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Alimentación consciente en fiestas

Todos los años nos pasa lo mismo, o nos “portamos mal” rompiendo la dieta, o intentamos sobrevivir a la Navidad contando las calorías.

La alimentación en las fiestas decembrinas siempre es un tema de arrepentimiento
La alimentación en las fiestas decembrinas siempre es un tema de arrepentimiento
Ciudad de México

Todos los años nos pasa lo mismo, o nos “portamos mal” rompiendo la dieta, o intentamos sobrevivir a la Navidad contando las calorías. Entre brindis, cenas y largas sobremesas, la alimentación suele convertirse en motivo de culpa, en lugar de un momento familiar para convivir. Sin embargo, puede ser que el problema no sea lo que comemos, sino la relación que tenemos con la comida.

¿Qué es la alimentación consciente?

En pocas palabras, es comer poniendo atención de verdad. Significa: saber qué estás comiendo, cómo lo estás comiendo y por qué lo estás comiendo. Si lo traducimos a la vida cotidiana: comer sin ver el celular, despacio, saboreando la comida y dejar de comer cuando ya estamos satisfechos.


¿Por qué no la aplicamos en el maratón Lupe-Reyes?

Hablar de alimentación consciente en fiestas no se trata de elegir el plato más saludable, ni decir que no al postre. Significa estar presentes, escuchar a nuestro cuerpo, reconocer cuando tenemos hambre de verdad, identificar el placer y la saciedad, sin juicios ni castigos posteriores. No es comer perfecto: es comer con atención.

Si nos presionamos por hacerlo todo bien: comer poco, no repetir, compensar con más ejercicio al día siguiente, suele generar el efecto contrario: más ansiedad y una relación cada vez más tensa con la comida. Lo malo es que generalmente se habla de esto en la mayoría de las reuniones, además de los comentarios familiares, las comparaciones y la idea de que enero será el mes del arrepentimiento.

La alimentación consciente propone otro camino.

Lo mejor sería permitirnos disfrutar sin desconectarnos y, sobre todo, sin culpa. Saborear despacio, elegir lo que realmente nos gusta, detenernos cuando el cuerpo lo pide y no comer por comer.

Recordemos que lo más importante es disfrutar y convivir, esto tiene más valor que los alimentos en sí. Una comida no define nuestra salud, la salud se construye junto con los hábitos que llevamos día a día.

Quizá este diciembre el verdadero acto saludable sea sentarnos a la mesa sin miedo y recordar que comer también es un acto social, cultural y emocional. Cuando la comida deja de ser una batalla, las fiestas recuperan su sentido.

¡Te deseo una muy feliz Navidad en compañía de tus seres queridos!


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Sobre el autor
Raquel Pérez de León

Raquel Pérez de León es Nutrióloga del Deporte y ultramaratonista. Te enseñará hábitos saludables de alimentación, así como los tips que necesitas para ser un mejor corredor.

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