Columna de Daniel Aceves

El deporte y los propósitos de Año Nuevo

A escasos días y horas de que concluya el año 2015, y en el día conmemorativo de los inocentes, vale la pena referirnos a algo que lejos de ser una inocentada es parte de los más recurrentes propósitos de año nuevo de un número incuantificable de seres humanos que alrededor del mundo tienen como objetivo el mejoramiento de la salud, la estética corporal y hasta en el plano competitivo el realizar ejercicio deportivo o activación física con toda continuidad y perseverancia.

Sabemos que cuando inicia el año los gimnasios públicos y privados y los circuitos pedestres o ciclistas llegan a abarrotarse y conforme pasan las semanas va decayendo el número de asistentes a ejercitarse, y más aún en aquellos casos en donde se destinó una buena parte del aguinaldo a la adquisición de equipamiento deportivo que a la altura del mes de marzo o abril se transformará en percheros de lujo, tendederos o estorbos inservibles en medio de la sala; entendiblemente no hubo en la mayor parte de los casos ni la motivación, el hábito o la planeación debida.

Hay que recordar que en los parámetros internacionales debemos de realizar entre 30 y 60 minutos de actividad física moderada, cinco veces a la semana, para poder contar con un beneficio medible, entonces hay que comenzar por elegir una actividad o deporte que te motive, buscar, en su caso, realizarlo con otra u otras personas en donde haya acompañamiento, generar el hábito a activarnos en una primera etapa por 21 días y cuidar la alimentación disminuyendo la ingesta calórica, incrementar el consumo de agua, de frutas y verduras.

Es importante estar consciente de que la activación física es el mejor regalo que nos podemos hacer y que esta dependerá del estado de salud que tengamos para poder acceder a una planeación que nos lleve a no desertar de nuestros propósitos.

Al ser la última columna de este año aprovecho para felicitar a mi hermana Cristina por su cumpleaños y para desearles a todos los amigos de Mediotiempo que "tengan salud en su cuerpo, fiebre en su corazón y un horizonte hacia donde caminar".

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