Nick Kyrgios, el ‘chico malo’ más bueno del tenis
El tenista australiano, polémico cómo pocos, se encuentra cerca del objetivo de ganar el US Open.
Polémico, irreverente, provocador y todo un 'showman' son características que han acompañado a Nick Kyrgios durante una carrera que ha tenido altas y bajas muy pronunciadas, las cuales lo han llevado del fango a tocar el cielo, tal y como sucede en la presente edición del el US Open.
Australiano de nacimiento, pero de ascendencia griega y malasia, Nick tuvo una infancia complicada precisamente por sus rasgos físicos que provocaron que fuera objeto de burlas durante su niñez, situación que repercutió en su vida y que originó el carácter que hoy se le conoce.
Su destreza en la cancha siempre se notó, logró ser el número uno en juniors al conquistar el título en Roland Garros y Wimbledon en la modalidad de dobles en el año 2012, además de que en 2013 logró conquistar el Australian Open también en juniors.
El momento que catapultó su carrera fue cuando venció a Rafael Nadal en Wimbledon de 2014. El 'bad boy' de 19 años se encontraba como el 144 en la clasificación y llegó como un invitado al torneo por su pasado en la división de menores para gestar la sorpresa. Aquella victoria en la cuarta ronda en el All England Club significó un antes y un después para la ahora estrella australiana.
Además es de los pocos que puede presumir haber ganado en alguna ocasión a los tres grandes -Nadal, Djokovic, Federer-, aunque destaca su récord a favor ante el serbio de 2-1, ante quien cayó en su último encuentro en Londres cuando disputaban el trofeo del Grand Slam inglés, que resultó ser su primera Final en un Major.
Una vida ligada al escándalo
No ha sido una vida fácil la de Kyrgios, ya las polémicas son una constante en su vida dentro y fuera de las canchas de tenis, su estilo de juego es igual de irreverente que él, por lo que suele hacer saques de abajo, que no suelen ser habituales y por algunos es considerado como una falta de respeto.
Ha tenido fuertes encontronazos con diversos tenistas del circuito como Stefanos Tsitsipas, Stan Wawrinka, Bernard Tomic y Rafael Nadal.
El pleito con el español se suscitó en Acapulco mientras se disputaba la edición del 2019; al sellar su triunfo, Kyrgios celebró de manera explosiva frente a los abucheos de los mexicanos, su reacción no le cayó nada bien al ex número uno.
"Le falta un poco de respeto al público, hacia el rival y hacia sí mismo también", mencionó el balear en conferencia post partido.
Rápidamente, el campeón del Abierto Mexicano en 2019 criticó a Nadal por la manera en la que hace tiempo durante los saques y aseguró que haría caso omiso a sus palabras.
Otro episodio que causó mucho revuelo en el mundo fue cuando confesó en redes sociales haber librado una etapa oscura en su vida donde se refugió en el alcohol y las drogas, así como tuvo pensamientos suicidas mientras se encontraba en una profunda depresión.
Hoy en día parece que ha superado cualquier adversidad y que la madurez llegó a su vida, aunque eventualmente sus demonios afloran. En este año ganó en dobles el Abierto de Australia junto a su amigo Thanasi Kokkinakis, llegó a la final de Wimbledon en singles, logró el doblete en Washington y está a unas cuantas victorias de volver a tener una oportunidad de ganar un Grand Slam.
Fuera de las pistas de tenis se mantiene como el jugador relajado que sin importar si está en torneo va a algún bar o juega Pokémon durante altas horas de la noche.
Su estilo de juego se mantiene, pero a la vez se nota una mayor concentración por su parte durante los puntos, el show de Kyrgios ha disminuido, pero son más alegrías las que le da a sus fans con sus triunfos.
Una realidad es que el mundo del tenis necesita a su “chico malo” por cada generación, como lo fueron McEnroe, Jimmy Connors o Andre Agassi; incluso Novak Djokovic puede entrar a la lista por sus diferentes lapsos de rebeldía, pero el actual 25 del mundo seguro que lidera a los irreverentes de la actualidad y que mejor que con éxitos.
Nick sabe que está listo para ese siguiente paso que lo lleve a la élite, que lo coloque por primera vez dentro del Top Ten de la ATP y, ¿por qué no?, para ganar un Major.