Mario vs Donkey Kong: Un clásico que llega desde la Gameboy Advance

Que deleite es poder probar juegos de Game Boy Advance ahora en la Nintendo Switch, es la hora de hablar de Mario vs Donkey Kong, un título en donde el gigante primate se pone en acción al robarse a los mini marios de la fábrica de juguetes, la tarea de Mario bros es recuperarlos, puede que el juego te saque canas verdes a los que no esten tan familiarizados con la primera entrega, en los primeros niveles suele ser amigable y a la vez te va explicando poco a poco como ir recorriendo el juego, pero tal cual como vas avanzando y adentrandote en los mundos que brinda el juego se va poniendo más dificil la cosa.

Tienes que poner mucha atención por donde pisas, que botón activas y a la vez que despliega, por donde subir y de que manera poder utilizar los recursos que nos brinda el juego para llegar al objetivo. El objetivo principal para ir pasando el juego es recuperar la llave a toda costa, a la vez ir recogiendo los regalos que están regados y finalizar recuperando al Mini Mario. Este tipo de puzzles te lleván a estar siempre al pendiente con cada situación y más porque el tiempo lo tienes encima ya que si no te es posible resolver el nivel a tiempo tendrás que intentarlo de nueva forma pero a la vez vas perdiendo el número de intentos.

¿Qué tan difícil puede llegar a ser?

​Hay que tener cuidado a la hora de dar brinco tras brinco, ya que podemos estar acostumbrados por otros títulos de Mario Bros a que salte muy lejos, en este caso así no es la cosa, el juego te brinda herramientas de hacer piruetas para superar obstáculos, otra cosa que me pareció super interesante es la manera de congelar el juego y analizarlo minuciosamente para encontrar la solución sin tener que consumir segundos valiosos en el reloj.

Cada que vayas resolviendo los niveles que contiene un mundo te pondrás cara a cara con Donkey Kong, aquí voy a comentar algo de lo muy poco que no me agrado del juego ya que es nula la dificultad con la te enfrentas a un jefe en un videojuego, le quita un poco la mística, ya que el esfuerzo es nulo y también se vuelve un poco lineal y repetitivo al ir pasando mundo tras mundo.

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