La feroz batalla entre Rosberg y Hamilton en Mercedes que culminó en 2016

Todo comenzó en 2014. Era el comienzo de la era híbrida y Mercedes había hecho todo para convertirse en el equipo dominador de los próximos años: tener a dos de los pilotos más prometedores del circuito (Nico Rosberg y Lewis Hamilton), y, por su puesto, poner a su disposición un monoplaza sumamente competitivo, prácticamente imposible de batir. 

Rosberg y Hamilton eran amigos desde pequeños, ya que habían compartido muchos momentos por el karting. Cumplían su segunda temporada juntos en Mercedes con un solo objetivo: marcar época. 

Sin embargo, a pesar de que la temporada 2013 fue buena para ambos, en 2014 la escudería se dividiría en dos facciones, la de Nico y la de Lewis. Las ganas de llevarse el Mundial de pilotos eran tan grandes en ambos que no había sitio para el talento de ambos en Brackley, lo cual tuvo como resultado una de las batallas más feroces de los últimos años en la máxima categoría. 

El día que todo estalló 

En 2014, en el circuito de Mónaco y tras algunas disputas calientes en Bahrein y España, Rosberg realizó una maniobra muy controversial para quedarse con la pole position, lo cual no le gustó para nada al piloto inglés.

Al concluir la primera tanda de la Q3, Rosberg finalizó con un tiempo de 1:15.989 superando a Hamilton por solo cinco centésimas. Sin embargo, con un nuevo juego de neumáticos súper blandos, el inglés se posicionaba como el favorito a llevarse la pole. Algo que estaba cumpliendo, ya que Rosberg perdió una décima en primer sector, mientras que Lewis se encontraba dos por debajo. 

Posteriormente, Rosberg salió de la curva de Casino para dirigirse a Mirabeu, sin embargo, en su intento por evitar un bache, comenzó a mover de un lado a otro el volante. Intentó cambiar de dirección nueve veces, lo cual nunca logró, por lo que bloqueó su rueda delantera y su monoplaza se fue directo a la escapatoria.   

Ante esta situación, salieron las banderas amarillas, ordenaron la reducción de velocidad y Rosberg se quedó con la pole, mientras que la furia de Hamilton estalló por la radio de forma sarcástica: "Ahhh, muy bueno por su parte. Muy bien". 

La victoria de Rosberg que terminó todo 

A partir de aquí se repiten historias de algunos percances en pista, declaraciones atacándose entre sí y una lucha feroz en cada uno de los circuitos que durante dos años ganó Hamilton, hasta que Rosberg puso un hasta aquí en 2016. 

El alemán estaba cansado de que su examigo le restregara la victoria en la cara una y otra vez, como cuando lo hizo en 2015, por lo que libró una última gran batalla con su máximo rival, Lewis Hamilton, en una temporada de 21 carreras. 

Rosberg ganó 9 carreras y Hamilton 10. Sin embargo, a pesar de estar tan parejos en toda la temporada 2016, el inglés se vio obligado a dejar el Gran Premio de Malasia. Esa retirada fue clave para que el alemán ganara el Mundial de pilotos, imponiéndose con 385 puntos, solo cinco por encima de Hamilton. 

Tras su victoria, Hamilton lo único que quería era la revancha, sin embargo eso nunca llegó, ya que Rosberg anunció cinco días después de victoria que se retiraba del Gran Circo, tras 6 temporadas representando a Mercedes. 

El mundo del automovilismo se cimbró completamente, sin embargo, la mayoría de pilotos que la Fórmula 1 entrevistó señalaba que, si él sentía que era lo correcto, debía dejar la máxima categoría. Ello se concretó y Rosberg no defendió su título en 2017, el cual ganó su excompañero. 

El punto final 

A pesar de que fueron grandes amigos antes de su roce en Mercedes, las cosas entre Rosberg y Hamilton no volvieron a ser como antes. La cordialidad se mantuvo cuando les tocaba hablar públicamente del otro, pero las fotografías juntos y las felicitaciones quedaron en el pasado, uno que la Fórmula 1 se encargó de destruir.