Grupo activista y música de Pussy Riot interrumpieron la Final de Rusia 2018
Pussy Riot se atribuyó la responsabilidad por la invasión de cancha en el último juego del Mundial.
Estadio Luzhniki /
No fue parte de ningún espectáculo planeado porque Daniel Subasic apenas le había tapado un mano a mano a Kylian Mbappé, cuando de repente, del extremo opuesto de la cancha surgieron unos espontáneos que pausaron la Gran Final por algunos minutos.
El grupo de activistas y música punk de Rusia, Pussy Riot, se atribuyó la responsabilidad por la invasión de cancha que realizaron cuatro personas y que interrumpió al minuto 52 la Final de la Copa del Mundo entre Francia y Croacia.
Pussy Riot afirmó que había organizado la invasión, y emitió en su cuenta de Twitter una lista de exigencias al gobierno ruso, incluida la de liberar a los presos políticos, poner fin a los “arrestos ilegales durante las protestas y permitir la competencia política en el país”.
Fueron varios instantes de sorpresa los que se vivieron en el Estadio Luzhniki, pues las cuatro personas burlaron la seguridad y se metieron al campo, cada uno de los espontáneos con varios elementos de seguridad de chaleco amarillo corriendo detrás de ellos.
Varios apuros pasaron estos últimos para detener a los espontáneos, al grado de que uno de ellos de repente se vio libre en la cancha, sin alguien que por un instante lo siguiera, lo que le permitió saludar a un jugador croata.
De cualquier modo, los tres fueron retirados de la cancha, incluso uno de ellos arrastrado, pero no sin una enorme sonrisa por haber dado la sorpresa ante 75 mil espectadores y millones de televidentes en todo el mundo.
El grupo de activistas y música punk de Rusia, Pussy Riot, se atribuyó la responsabilidad por la invasión de cancha que realizaron cuatro personas y que interrumpió al minuto 52 la Final de la Copa del Mundo entre Francia y Croacia.
Pussy Riot afirmó que había organizado la invasión, y emitió en su cuenta de Twitter una lista de exigencias al gobierno ruso, incluida la de liberar a los presos políticos, poner fin a los “arrestos ilegales durante las protestas y permitir la competencia política en el país”.
Fueron varios instantes de sorpresa los que se vivieron en el Estadio Luzhniki, pues las cuatro personas burlaron la seguridad y se metieron al campo, cada uno de los espontáneos con varios elementos de seguridad de chaleco amarillo corriendo detrás de ellos.
Varios apuros pasaron estos últimos para detener a los espontáneos, al grado de que uno de ellos de repente se vio libre en la cancha, sin alguien que por un instante lo siguiera, lo que le permitió saludar a un jugador croata.
De cualquier modo, los tres fueron retirados de la cancha, incluso uno de ellos arrastrado, pero no sin una enorme sonrisa por haber dado la sorpresa ante 75 mil espectadores y millones de televidentes en todo el mundo.