¿Para qué quiero 10 Ferraris? Sadio Mané, el joven de zapatos rotos que ilumina a Senegal

Salió de su pueblo natal Bambali con unas monedas para probar fortuna en el futbol; en junio salió como crack del Liverpool y aterrizó en el Bayer Munich.

Sadio Mané llenar a su gente de alegría, siendo la más reciente su clasificación a Qatar 2022

No hay duda de que cada vez que Senegal tenga una presentación en el Mundial de Qatar 2022, de inmediato se nos vendrá a la mente el nombre de Sadio Mané, referente del selectivo que quedó fuera de la justa de última hora por una lesión, máxime que se ha ganado el corazón de la afición a nivel mundial por su noble corazón.

“Le dije que era la mejor ropa que tenía y que lo único que quería era jugar para mostrar de lo que era capaz”, recordó Sadio Mané (Banbali, 10 de abril de 1992) al rememorar cómo fue ese día en M’bour, la ciudad más grande para practicar futbol en Senegal, cuando un anciano le preguntó si estaba en el lugar correcto al ver las zapatillas rotas y el short desgastado que portaba, a unos minutos de hacer una prueba que encaminaría su vida.

“Luego entré al campo y pude ver el asombro en sus ojos”, añadió a la versión francesa de Goal (septiembre, 2017), sonriente todavía por cómo su inquisidor se maravilló al ver cómo arrastraba el balón por el campo, con desparpajo, potencia e incisivo, como ningún otro joven lo hizo esa tarde. “Se me acercó y me dijo: ‘Te llevo, vas a jugar en mi equipo’".

Días después el joven se encontraba en la capital Dakar, donde los reclutares de la academia del club Génération Foot organizaban pruebas para sumar talento. Le pusieron el número 10 en la espalda, jugó unos 15 minutos y después el partido fue detenido, convencidos los visores de que ese muchacho no tenía nada más por mostrar.

“Le dije a mi colega: si este niño recibe un buen entrenamiento, se convertirá en un gran jugador”, explicó Jules Boucher, cabeza de la expedición, a quien llevó a Mané a la práctica junto a otros tres jóvenes que encontró también a M’bour en entrevista a France 24 en diciembre pasado. Ahí pareció iniciar todo… No fue así.

Golpes de la vida que lo impulsaron

Mané recuerda que desde los tres años empezó a practicar el futbol; incluso, tiene presente que era su única diversión, al no asistir por a la escuela por causa de su pobreza; y aunque su padre, que era un imán -también imam o predicador de la fe- en su pueblo natal, no quería verlo practicar ese deporte, al grado de que lo golpeaba para disuadirlo.

Imaginarse en la selección de Senegal, cuando jugaba con sus amigos, era común; a él le gustaba imitar a El Hadji Diouf, un portento de ébano que encabezaba al equipo en la Copa del Mundo de 2002, certamen en el que su país llegó a los Cuartos de Final y fue eliminado por Turquía, un Mundial que agitó algo en la cabeza de Mané.

A los 15 años, en el año 2007, Mané decidió salir de casa para buscar su ideal, el cual estaba dentro de los campos de futbol. Se fue sin dinero, en una aventura que no cayó mal en su familia, pero que igual acabó por ayudarle a convencer a sus cercanos de lo que realmente deseaba en la vida. Se fue Dakar, reclutado por Génération Foot.

“En mi pueblo todos me decían que yo era el mejor, pero en mi familia la religión ocupaba un lugar especial y querían un destino diferente para mí; empecé a convencerlos de que podía irrumpir en ese campo, cuando me fui a Dakar. Al principio no lo aceptaron, pero en cuanto pudieron medir mi voluntad de triunfar, me ayudaron”, añadió el futbolista a Goal.

En ese punto, fue su tío el que le tendió primero la mano, pero hay versiones en prensa senegalesa de que la gente de su pueblo también colaboró con algunas monedas, gesto que se habría quedado muy en la cabeza del futbolista, quien nunca abandonó a quienes lo impulsaron.


Su meta: maravillarnos a todos

Génération Foot es un club que desde sus primeros años estableció relación con el club francés Metz, que hoy juega en la Ligue 1, por lo que quien brillara ahí podría dar fácil el salto a Europa, algo que logró Mané, tras solo dos años que estuvo ahí (2008-2011). 

Debutó en la Ligue 2 en el año 2012 y de ahí pasó, un año después, al Red Bull Salzburg, donde disputó 87 partidos y marcó 45 goles. En 2014 vendría Southampton, en la Premier League, para hacer 25 goles en 75 partidos, y finalmente apareció Liverpool, club que puso 36 millones de euros para firmarlo en 2016.

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Las donaciones de Sadio Mané

En los Reds formó parte de un ataque de ensueño junto al egipcio Mohamed Salah y al brasileño Firminio para ganar la Premier League (2020), la Champions League (2019), el Mundial de Clubes (2019) y la Supercopa de Europa (2019), aunque los éxitos que más ha disfrutado son la Copa Africana de Naciones y el pase a la Copa Mundial de Qatar 2022, ambos a costa de Egipto.

El 22 de junio, Bayern Munich amarró su tercer contratación para la temporada confirmando el traspaso de Mané; en el club alemán seguramente seguirá demostrando su enorme calidad y su indomable carácter, aunque en Qatar 2022 nos quedaremos con las ganas de verlo en la cancha por esa infame lesión.

"¿Para qué quiero diez Ferraris, veinte relojes con diamantes y dos aviones? ¿Qué haría eso por el mundo? Yo pasé hambre, trabajé en el campo, jugué descalzo y no fui al colegio. Hoy puedo ayudar a la gente. Prefiero construir escuelas y dar comida o ropa a la gente pobre", apuntó en octubre de 2019 un futbolista que salió de casa con unos zapatos viejos y un short que no era ideal para jugar al futbol.

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