Columna de Carlos Calderón

El España y el Asturias (época romántica del futbol mexicano)

El equipo España, baluarte del futbol mexicano desde 1912, es sin duda uno de los máximos exponentes de nuestro balompié y máximo Campeón de la época romántica del futbol nacional.

El Asturias, que nació como contrapeso al España, vivió sus mejores momentos durante los años 30 del siglo XX.

Un partido entre ambos contendientes, daba comienzo desde días antes del partido en sí.

Cuando el encuentro se anunciaba, los dirigentes de ambas instituciones empezaban a discutir acaloradamente en lo referente al campo en donde se celebraría. Los jugadores, igualmente imbuidos por la proximidad del encuentro, se enfrascaban en discusiones. Los aficionados, partidarios de ambos equipos, también discuten, pleito que llevan hasta las gradas. En las tribunas, éstas se hallaban perfectamente delineadas por los asistentes. El lado derecho era ocupado por los partidarios del España y el izquierdo por los del Asturias: los derechistas y los izquierdistas. Así les llamaba la prensa, haciendo alusión a ideologías políticas.

La pugna clásica y rancia de los dos onces peninsulares siempre tuvo una virtud. Desde que brotó el Asturias para disputarle al España los laureles y las glorias de sus hazañas futboleras, entre ambos nació la rivalidad encarnizada que llegó en más de una ocasión a desenlaces desagradables, manchados frecuentemente hasta con sangre, pero normalmente llenos de emoción y calor.

Siempre, en cada partido jugado entre estos dos conjuntos, llenó nuestros campos de un vivo interés, discusiones, calor, afición y color.

El España, normalmente en los primeros lugares, sufría para ganarle al Asturias, también conocido como el cuadro de la Casona o el "Cagancho mexicano". El Asturias era considerado como de “mala suerte”, ya que constantemente perdía campeonatos, juegos y trofeos por ese mal. Partidos en los que llevaba cómoda ventaja o en los que con el sólo empate resultaría campeón, eran perdidos en los últimos minutos por el "team" asturiano.

Durante la década de los treinta y cuarenta, estos dos cuadros fueron camada de excelentes jugadores nacionales, pero sobre todo de extranjeros. Entre los primeros podemos considerar a Fernando Marcos, "El Pirata" Fuente, "Tití" García, Carlos Laviada o Carlos Septién. Entre los extranjeros desfilaron jugadores como Lángara, "Charro" Moreno, Luis Regueiro, Aballay, Bush y Fernando García entre muchos otros.

Los clubes iberos preferían los extranjeros sobre los mexicanos. A tal grado, que en una temporada el España llegó a alinear nueve españoles, un argentino y un mexicano.

La década de los cuarenta fue difícil para ambos clubes. La Guerra Civil Española había desembocado en México en dos grupos. Unos apoyaban a los equipos españoles, otros más se valían de cualquier hecho para atacarlos. A tal grado, que se pensó en el retiro del futbol.

El parque del Asturias fue quemado en 1939. Nadie pudo convencer a los españoles que habían sido otros los motivos y no los políticos los que ocasionaron el atentado. Días más tarde, ante el triunfo de Franco sobre los rojos en España, un grupo de fascinerosos atacó el Casino Español, en donde se alojaba el equipo. Algunos radicales vengaron la derrota en el edificio de un club donde colgaba la fotografía de Franco en lugar prominente.

Hacia 1949, el Asturias toma nuevamente el tema del retiro después de que en una junta de la Federación Mexicana de Futbol, al calor de una discusión, se les refutó su opinión al indicarles que en el ámbito nacional solo debían opinar los nacionales y no los españoles.

En una reunión interna, el Asturias planteó entre sus agremiados que su misión dentro del futbol organizado era el de promover lazos de unión entre la colonia asturiana y la mexicana y que esa misión ya estaba cumplida. Al final, el Asturias decidió seguir.

En Junio de 1950, después de largas discusiones, el España anunciaba su retiro del futbol profesional por los mismos motivos esgrimidos por el Asturias un año antes. En los círculos políticos se manejó que era una orden directa del dictador español Francisco Franco. Dos meses después, el 27 de Agosto, en una junta de todos los socios del Asturias, por mayoría se acordó que el equipo se retiraba de la Primera División y de toda competencia futbolística. Se retiran porque en su concepto, han sido hostilizados y molestados por una campaña que ellos llaman anti-española.

Estos equipos, con entusiasmo, objetivos, pasiones, interés, afición y dinero, contribuyeron a dar una característica especial a nuestro ámbito futbolero.

Con el retiro de los clubes representantes de la Colonia Española, se cerraba un capítulo trascendente en la historia del futbol mexicano.

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