Columna de Carlos Calderón

Jugadores muertos trágicamente

Miguel  Ángel  "Angelillo"  Velázquez.- El 27 de enero de 1950 el recio defensa del Veracruz pereció en un accidente automovilístico. El conjunto jarocho se encontraba en primer lugar de la Liga e iba que volaba para campeón de liga. Velázquez se dirigía a Veracruz luego de pasar el fin de año con su familia y se reuniría con el equipo que disputaría el 29 de enero en la capital un encuentro frente al River Plate de Argentina. Los jugadores del cuadro pampero, solidarios con el jugador fallecido, acompañaron sus restos durante el velatorio. El partido se disputó de igual forma y fue dedicado a la memoria de “Angelillo”.

Salvador “Chavo” Cisneros.- Volaba materialmente por el extremo derecho cuando disputaba un encuentro con su equipo del Zacatepec. Cisneros ponía los servicios a “Charro” Lara, a Ernesto Cisneros y a Tedesco. Salvador apenas contaba con 23 años y tenía un futuro promisorio; sin embargo, fue atropellado el 5 de abril de 1964 y murió casi de inmediato.

Juan Manuel Medina.- El jugador de Cruz Azul y de los Tuzos falleció en un accidente automovilístico el 29 de marzo de 1973 cuando transitaba por la carretera federal a Pachuca. Regresaba de un bautizo, tenía 26 años, estaba casado y tenía dos niños pequeños.

Luis “La Cuca” Amuchástegui.- Jugó en León, Atlante y San Luis.  Al principio de la década de los setenta, el que fuera primo de Vicente Fox, fue atropellado cerca del Zócalo, aunque fue llevado al hospital, murió a las pocas horas.

Octavio Gómez.- El 24 de septiembre de 1978 el Famosito, jugador del Monterrey, murió en un accidente carretero. Se estrelló en el kilómetro 144 de la carretera Mazatlán-Matamoros a la edad de 25 años. Había sido jugador del Zacatepec y del Laguna y apenas tenía un mes con el equipo. Días antes había disputado completo el Clásico Regio.

Fernando Bustos.- El gran ídolo del Cruz Azul, que jugó 13 años con la Máquina Celeste y fue fundamental para que los azules subieran a Primera División y lograran una hegemonía importante en la década de los setenta, murió trágicamente el 23 de septiembre de 1979 cuando viajaba rumbo a ciudad Cooperativa Cruz Azul y se accidentó estrellando su automóvil contra una pipa estacionada en la carretera sin luces. Bustos tenía ocho meses de retirado. Un automovilista que se percató del accidente avisó a la policía. Bustos fue trasladado al hospital Rubén Leñero de la Ciudad de México, pero pocas horas más tarde moría el ídolo azul. Tenía 33 años y dejó a su esposa y a sus niños.

Héctor Hernández.- Uno de los ídolos del Campeonísimo Guadalajara, ganador de seis títulos de Liga y anotador de 130 goles. Ya retirado, era director técnico de los Lobos de la Universidad de Colima. El 23 de enero de 1984 regresaba a Colima proveniente de Guadalajara en donde visitó a su familia, viajaba en un autobús comercial cuando a la altura del kilómetro 7.5 de la carretera Guadalajara-Manzanillo, éste se volteó. Hernández sufrió una fuerte fractura craneal y murió casi al instante. Fue el único de los 27  pasajeros que perdió la vida.

Rey Hernández.- El 5 de marzo de 1985 el joven integrante del Puebla murió cuando su automóvil fue alcanzado por el ferrocarril. Rey llevó a su hermano menor a la planta Volkswagen, donde laboraba, lo dejó y cuando regresaba, a la altura del bulevar Hermanos Serdán, aceleró para cruzar las vías del tren porque se le hacía tarde para el entrenamiento, pero el automóvil se paró al pasar por la vía y el tren lo arrolló y lo arrastró 10 metros. Tenía 24 años de edad.

Raúl “La Pina” Arellano.- Una de las viejas glorias de aquellas Chivas legendarias de los años cincuenta y sesenta moría en un charco de sangre luego de ser arrollado por un automóvil el 12 de octubre de 1997 en la avenida López Mateos de la ciudad de Guadalajara.

Pedro Peñaloza.- El 29 de diciembre de 2000 el joven elemento de Pumas, de 18 años de edad, conducía su automóvil en la carretera México-Cuernavaca. Nuevamente la velocidad resultó fatal cuando impactó su vehículo en contra de un camión de carga sin luces. La madre del joven, cartel en mano, y devastada por la tristeza, acudió al Zócalo capitalino llamando a la gente a que orara por el alma del muchacho, además de pedirles que asistieran a la misa en su honor. A Pedro se le había avisado que debutaría con el primer equipo en el siguiente partido.

Pablo Hernán Gómez.- Tal vez el accidente que más conmocionó a la opinión pública en los últimos años fue el ocurrido al joven elemento argentino del Pachuca de 23 años de edad, ídolo de la Bella Airosa y prometedora gran estrella del firmamento futbolístico mundial. El lunes 23 de enero del 2001 Pablo y su esposa Mónica Elizabeth González perdieron la vida cuando viajaban en su vehículo acompañados por sus hijos Pablo Leandro de tres años y Paola Micaela de un año. La familia Gómez regresaba de San Luis Potosí en donde visitaron al hermano del futbolista, el también jugador Darío Gómez. Pablo Hernán tenía que viajar con el Pachuca rumbo a Monterrey y para llegar a tiempo metió el acelerador a fondo, aunque, desgraciadamente, sobre la carretera Querétaro-Pachuca, en el tramo Ixmiquilpan-Huichapan, en la curva conocida como La Manga, el automóvil se salió de control, abandonó el asfalto y se estampó. Pablo Hernán y su esposa -que no llevaban puesto el cinturón de seguridad- salieron disparados del vehículo y fallecieron casi de inmediato. Los pequeños salvaron la vida gracias al implemento de seguridad, sufriendo Leandro la fractura del fémur y la pequeña Paola resultó ilesa.

Edgar Ulises Rangel.- Edgar era un joven nazareno que a los 38 años, cuando se dirigía al congreso de árbitros en Acapulco, falleció en un accidente automovilístico el 5 de julio del 2002.

En la siguiente entrega: jugadores asesinados. 

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