Ángeles, el equipo perdedor de Puebla que ni La Volpe o Lapuente levantaron

De una jornada a otra cambiaron de nombre y sede, esa era la clara advertencia de lo que mal empieza, mal acaba…

El Ángeles de Puebla no pudo arraigarse. Foto: Mexsport

Hubo una vez una escuadra que tenía todo para triunfar en México: fue comprado por un gobierno, llevado a una plaza futbolera por excelencia, tuvieron a Carlos Poblete como delantero, uno de los grandes goleadores chilenos de la historia y, por si fuera poco, los llegó a dirigir Ricardo Antonio La Volpe y Manuel Lapuente. Sin embargo, nada de eso le dio el éxito deseado y el Ángeles de Puebla desapareció sin que nadie llorara por su ausencia.

La incursión de Ángeles de Puebla en la Primera División se debió a una decisión política. Guillermo Jiménez Morales, entonces gobernador poblano, quería para la campaña 1984-85 tener otra escuadra en la entidad, una que le diera batalla al Puebla, por lo que buscaron alguna franquicia disponible.

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Esa franquicia era la de los Halcones de Oaxtepec, que, en uno de esos casos bizarros y propios casi en exclusividad del futbol mexicano, disputaron el 18 de agosto de 1984 la Jornada 1 como visitantes ante los Tecos de la UAG (0-0) todavía con el nombre de Oaxtepec, pero en dos días se concretó la venta del IMSS al gobierno de Puebla y ya para la Jornada 2 tenían el aval de jugar como Ángeles. Debutaron con esta nueva cara el 25 de agosto con triunfo de 3-2 ante las Chivas en el Estadio Cuauhtémoc.

EL PRIMER FRACASO DE LA VOLPE

Aquel equipo tenía como timonel a Ricardo Antonio La Volpe, con apenas una campaña como director técnico, pues en plena temporada 1983-84 se despidió de la portería para hacerse cargo del Oaxtepec y salvarlos del descenso.

La tarea seguía siendo la misma para el Bigotón y lo consiguieron sin tantos problemas, pues finalizaron en la cuarta posición del Grupo 2 (13 de la General) con 35 puntos, fruto de 12 triunfos, 11 empates y 15 derrotas.

Después de ese torneo, La Volpe dirigió al equipo en los torneos cortos Prode 85 y México 86, en el primero se quedó a un punto de clasificar a la Liguilla, pero en el segundo fue despedido a siete jornadas del final tras estar sumido en el sótano de la tabla general. Su lugar fue tomado por Alfonso Portugal.

LAPUENTE, LOS SALVA Y ADIÓS

Tras el Mundial de México 86, la directiva del Ángeles quería un equipo ganador, pero Portugal no lograba tomar ese rumbo, por lo que tras 15 jornadas apostaron por un técnico que ya había hecho campeón a sus vecinos y contrataron a Manuel Lapuente, monarca con Puebla en la campaña 1982-83.

Con solo 25 fechas al frente del equipo, Lapuente logró el milagro y consiguieron 9 triunfos, 7 empates y 9 descalabros, salvando el descenso con 3 puntos de ventaja sobre Cobras, sotanero general. Con la misión cumplida, Lapuente se marchó al Atlante, donde protagonizaron un capítulo oscuro en el futbol mexicano.

EL GÉNESIS DE SANTOS LAGUNA

Tras volver a salvarse del descenso en la 87-88, superaron por un punto a Correcaminos con un inesperado y dudoso triunfo como visitantes sobre el Atlante en la última jornada, Ángeles finalizó su paso por el Máximo Circuito.

Dos semanas después de finalizado el torneo y con algunas dudas sobre el cómo salvaron la categoría, la nueva administración del Gobierno de Puebla determinó vender la franquicia para que Santos Laguna apareciera en la escena de la Primera División de México.

RENACIERON, PERO MURIERON DE NUEVO

Tras el Verano 1999, el Puebla descendió a la entonces Primera A, pero Francisco Bernat adquiere la franquicia de Unión de Curtidores, recién ascendido, para mantener la plaza con el mismo nombre. Sin embargo, habían olvidado un ‘pequeño’ detalle, ahora tendrían dos equipos llamados Puebla, uno en Primera y otro el recién descendido a Primera A.

Por ello, decidieron que el equipo de la división inferior cambiara de mote y fueran los nuevos Ángeles de Puebla, aunque seguían usando el uniforme y escudo de La Franja, pues funcionaron como su filial.

Así, duraron tres torneos cortos (Invierno 99 al Invierno 2000) y previo al Verano 2001 vendieron la franquicia a la Universidad Cuauhtémoc de Puebla, que los rebautizó, pero ahora como otro exequipo poblano: el San Sebastián.


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