Futbol

México 70. El 'juicio público' a Gustavo Díaz Ordaz en la inauguración del Mundial

El rechazo al presidente fue unánime en el Estadio Azteca, dos años después de la matanza de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968

México 70, el brutal juicio público del pueblo a Díaz Ordaz en la inauguración del Mundial
José Andrés Díaz López
Ciudad de México

"Declaro solemnemente inaugurado el noveno campeonato mundial de futbol: Copa Jules Rimet". Esas fueron las palabras con las que el entonces presidente, Gustavo Díaz Ordaz, daba el banderazo de salida para el Mundial en 1970; pero también, la forma en que el pueblo mexicano, personificado en el Estadio Azteca, sometió al repudio público y monumental al mandatario, dos años después de la matanza de Tlatelolco en 1968.

LA SILBATINA Y ABUCHEOS DEL COLOSO; DÍAZ ORDAZ EN EL 'PAREDÓN'

El 31 de mayo de 1970, apenas cuatro años después de su inauguración en 1966, el Estadio Azteca lucía sus mejores galas, no solo porque recibiría a más de 100 mil aficionados para la inauguración del Mundial, sino porque los ojos del mundo estarían clavados en el coloso mexicano; esa maravilla arquitectónica que enamoró a la FIFA para darle la sede a nuestro país.

Todo iba perfecto, la fiesta era majestuosa, memorable... pero faltaba algo; la inauguración oficial tenía que ser en voz de Díaz Ordaz en el inmueble, donde ya lo esperaba el terrible juicio público al que lo sometió el pueblo mexicano, que nadie pudo evitar como sucedió previo a los Juegos Olímpicos de 1968, que se inauguraron diez días después de la matanza en Tlatelolco sucedida el 2 de octubre de ese año.

EL PROTOCOLO EXPUSO A DÍAZ ORDAZ EN EL MUNDIAL

El arquitecto Javier Ramírez Campuzano, hijo de Pedro Ramírez Vázquez, autor de la obra del Estadio Azteca y quien estuvo en la inauguración tanto de la Copa del Mundo como de los Juegos Olímpicos, relató a Mediotiempo cómo fue el tremendo abucheo y silbatina que se llevó Díaz Ordaz en la inauguración de México 70', y explicó la causa de por qué en la inauguración de los Olímpicos, dos años antes en el Estadio Olímpico Universitario, el pueblo no recriminó al presidente, si bien la matanza de estudiantes estaba muy fresca.

Cabe mencionar que momentos antes de la inauguración en CU, unos asistentes al estadio hicieron volar un papalote en forma de paloma negra muy cerca del palco presidencial, en clara referencia a lo sucedido en la Plaza de las Tres Culturas, amén de que en ese momento, se respiraba una muy pesada atmósfera de miedo ante cualquier tipo de reacción del gobierno a las protestas.

"Yo me acuerdo y me impactó mucho porque dos años antes habían sido los Juegos Olímpicos, y el día de la inauguración a Díaz Ordaz lo aclamaron cuatro veces y el día del Mundial le silbaron; en los Olímpicos estamos hablando que fue a diez días de lo de Tlatelolco".

Díaz Ordaz, quien a la inauguración del Mundial llegó en helicóptero al Estadio Azteca, bajó a la cancha, se paró frente a un micrófono y bajo un sol radiante, con su tradicional cara adusta y gestos duros, ataviado en un traje negro con camisa blanca y ante la mirada inquisidora de más de 100 mil espectadores y millones más en México a través de la televisión, comenzó a dar su discurso de bienvenida. El pueblo no dejó pasar la oportunidad, fustigó brutalmente al hombre bajo la investidura presidencial, quien tuvo que soportar el breve pero demoledor juicio público previo al silbatazo inicial de una Copa del Mundo.

"En los Olímpicos llegó el presidente (a CU) y no se anuncia la llegada. En el Mundial, lo anunciaban y contrario a lo que pasó en los Olímpicos, el presidente en los Olímpicos no bajó a la cancha, no lo expones (como sí pasó en el Estadio Azteca). Y todo estaba muy bien, la investidura presidencial y la gente aplaudió (en el 68). Pero en el Mundial, bajándolo ahí con la bola, la gente lo que quería era ver el partido y me impresionó que le hayan silbado", remembró Ramírez Campuzano.

DOS SILBATINAS BRUTALES: A DÍAZ ORDAZ EN EL 70 Y A DE LA MADRID EN EL 86

El arquitecto Ramírez Campuzano, lamentó la forma en que Díaz Ordaz fue abucheado en aquella inauguración de México 70, pero al compararla con la que recibió el también presidente Miguel de la Madrid en 1986, previo a la inauguración del Mundial, no fue tan dura.

"Sí, fue sonora (la silbatina a Díaz Ordaz), pero mucho menos que la que se llevó de la Madrid en el 86. Pero mucho menos. En la de De la Madrid no se podía ni oír, lo que salvó al 86 fue a la hora que habló Joao Havelange (presidente de FIFA) que tenía un vozarrón y ya más o menos se calmó y vino el juego de Italia vs. Bulgaria, pero sí fueron dos rechiflas lamentables del 70 y el 86, porque no es el presidente, es la investidura", sentenció Ramírez Campuzano.​​


Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MEDIOTIEMPO S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.