Octagón acepta que se le subió la fama, pues hasta películas hizo: ´Sí llegué a perder el piso’

El luchador veracruzano, que luego de debutar con el América prefirió hacer carrera en la lucha libre, es una de las máximas figuras de este deporte.

Octagón, un ícono del pancracio nacional e internacional

“La fama tiene que disfrutarse”, lanza Octagón, aceptando que cuando llega el éxito, seguramente pasa que a todos les da por despegar los pies del suelo, y no es para menos, pues es un estado que pega en varios aspectos, agrega.

El Amo de Los Ocho Ángulos, quien a la par de la lucha libre pudo probar en variados aparadores, comparte en entrevista con Sin Máscaras que hubo momentos en que pudo perder la brújula, porque además nunca se imaginó que sería una súper estrella de este deporte.

Después de una aventura fallida en el futbol, porque más bien desertó para ser parte del icónico pancracio, un salto recurrente en el segmento, en su caso no se dio por falta de oportunidades.

“Cuando me subí al ring y vi las gradas, tuve sensaciones que no tengo palabras para poderlas explicar, pero dije, ‘yo de aquí soy’; desde esa primera vez, hasta el día de hoy, no he dejado de entrenar, ni tampoco de aprender.
“Mi primera lucha fue: El Animal y Destructor (30 de mayo de 1989), para Tiberios y Dragón Dorado (su primer nombre), en la Arena Azteca de Iztapalapa; era mi debut, cuando me subí y la gente me empezó a apoyar y a aplaudir, de verdad es una sensación tan grande que la gente te esté gritando y aplaudiendo, es una sensación inexplicable, es muy bonito”.

Después dio el salto a la Arena Coliseo, luego a la Arena México y su primer triangular de capuchas le sirvió de catapulta.

¿Por qué pudo volarse siendo figura?

Ataviado de luces, de vítores, de palmadas, e inmerso en un reconocimiento valedero para un héroe de carne y huesos, el también artemarcialista acepta que de pronto se la creyó demasiado.

“Voy a ser honesto, ni por aquí me pasaba que iba a llegar a ser Octagón, y que iba a tener un lugar privilegiado en la lucha libre mexicana, jamás, pero también pienso que conforme tú vas caminando, te vas dando cuenta que tienes la facilidad y la oportunidad de poder sobresalir en un deporte tan importante como éste, que no cualquiera lo puede hacer, pero entrenando, trabajando y dedicándote, hay que tener muchas cosas: preparación, constancia, disciplina.
Claro que se pierde el piso, mucha gente piensa que uno sabe cuándo viene la fama, pero no es así, cuando tú te das cuenta, ya estás dentro de la fama, pero también deben de entender que la fama te hace diferente a las demás personas que están a tu alrededor, estás subido en la fama y tienes que disfrutarla, y ya después bajar los pies al suelo, porque la fama es un globo y se va a ir, va a explotar y vas a desaparecer; sin embargo, si pones los pies en la tierra, se te abre un panorama totalmente distinto y te puedes dar cuenta de muchas cosas que puedes lograr”.

Sus tres batallas más importantes…

Escarbando en el baúl de sus recuerdos, y dejando de lado las películas en los que fue protagonista junto a Atlantis y Máscara Sagrada: ‘La Revancha’ y ‘El Robo al Museo’, respectivamente, de las cuales, las ganancias no fueron recíprocas con la taquilla y lo que pudieron generar, pues revela que no cobró como debía, rememora las batallas que enmarca como sus más importantes.

“La primera fue el 10 de diciembre de 1990 en La Catedral de la Lucha Libre (Arena México), que fue el triangular de máscaras con Fuerza Guerrera y Huracán, en la que Fuerza con su colmillo y experiencia nos ganó, desenmascaré a Ramírez y fue un trampolín para mí; otra, el 15 de diciembre de 1999 en el Centro Convenciones de Tampico, la lucha de máscaras contra Jaque Mate, fue una batalla callejera, muy sangrienta, y esa tapa también está en mi vitrina; 6 de noviembre de 1994, El Hijo del Santo y un servidor, ante Eddie Guerrero y Love Machine, máscaras contra cabelleras, en el Sport Arena de Los Angeles, California, metimos 25 mil personas y fue el primer pago por evento, fue calificada con cinco estrellas”.

Puesto para el Aniversario 90

Octagón, con 61 años a cuestas, ni siquiera lo duda, “sí expondría aún mi máscara”, y acepta que es cierto que para ponerla en juego pide 15 millones de pesos, “para mí es una obra de arte y conforme van pasando los años, tú le vas dando más valor, y me voy corto, porque Rayo de Jalisco Jr., Canek, LA Park, les dan también un valor muy alto”.

Y ante la opción de que pudiera ser tentado para exponer la tapa en el 90 Aniversario del CMLL, en un combate de tres esquinas ante El Mosco de la Merced y “El Ídolo de los Niños” Atlantis, lanza que “es cuestión de ponernos de acuerdo, pero creo que el CMLL es la única empresa que está en condiciones de poder armar esta función”.

¿Qué es Sin Máscaras?

Sin Máscaras es un programa dedicado a la lucha libre, un deporte icónico de la gran nación mexicana. La tradición del pancracio es contada por los protagonistas, con entrevistas en las que puedes conocer más de tu luchador favorito. Esta emisión la puedes seguir en las plataformas digitales de Multimedios; una pieza en la que participan en sinergia Milenio La Afición y mediotiempo, la propiedad deportiva digital número uno de México.

Sin Máscaras | Octagón



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