Así fue la vida de excesos de Julio César Chávez: locura, sobredosis y hasta golpeados

El Gran Campeón ha dado detalles de cómo eran sus días cuando estaba inmerso en el mundo de las drogas y el alcohol.

Julio César Chávez logró levantarse de su caída a las adicciones. FOTO: @jcchavez115

Julio César Chávez lleva ganada su batalla más dura hasta el momento: contra las adicciones. El Gran Campeón nunca ha negado que tuvo una fuerte caída en el mundo de la drogadicción, la cual ha confesado fue un auténtico infierno por la terrible persona en la que se convirtió, debido a que no le importaba lastimar a su familia con tal de seguir inmerso en ese mundo oscuro.

Incluso, durante una entrevista con que dio hace unos meses con Yordi Rosado, detalló cómo eran esos días de adicciones, en los que solo le importaba el alcohol y las drogas.

“Me levantaba con mi cerveza y mi clámalo. En Culiacán me regalaban kilos de cocaína, yo no necesitaba comprar. Yo consumía mucho. Empezaba con la cerveza, luego el tequila, el whisky y el cognac. Era una locura. Así eran todos los días, duraba hasta 4 o 5 días sin dormir.

"En la madrugada me salía a correr una hora, así como andaba. Llegaba todo bañado en sudor y como si no hubiera tomado, y otra vez y otra vez, así eran todos los días", comenzó a relatar JC Chávez.

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La locura 

El César del Boxeo, que está cerca de cumplir 13 años de sobriedad, detalló que cuando estaba en su situación más crítica de las adicciones a las drogas, solía perder la cordura, al grado de que solía amarrar y golpear a la gente que lo visitaba en su casa y que lo veía bajo el influjo de las drogas.

Luego iba gente a visitarme a la casa, a tomarse fotos conmigo y yo los encerraba, no los dejaba salir para que siguieran la fiesta conmigo, era una locura. 

"Los amarraba, no los dejaba salir para que no hablaran mal de mí, llegaban a tomarse fotos conmigo, a conocerme, porque llegaban de todas partes del mundo, pero yo ya en mi loquera pensaba que me querían traicionar, entonces los amarraba, los golpeaba, fue una verdadera locura, un infierno”.

Chávez explicó que tras someter a sus 'invitados' finalmente eran sus trabajadores quienes los liberaban: "Al otro día amanecían amarrados, los trabajadores míos (los desamarraban), ya que se me bajaba un poquito los dejaba ir”, añadió.

La sobredosis

Y como todo, los excesos tiene consecuencias, así que el excesivo consumo de cocaína llevó en su momento a Julio César Chávez al hospital, pero ni así aprendía las lecciones, según relata él mismo.

“Varias veces me fui al hospital (por sobredosis), estuve a punto de morir varias veces. El día que vomité tres litros de sangre, estuve en el hospital y me cauterizaron, pero después mandé a traer cocaína a mis trabajadores al hospital. Era demasiado, estaba perdido", reconoció JC.


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