Columna de Alberto Ruiz

Pistorius y su juicio deportivo

De pronto parece increíble cómo alguien que es un modelo de coraje para millones de personas, discapacitadas o no, puede perder la cabeza y terminar su carrera deportiva de la manera más sucia posible. Oscar Pistorius posee las marcas mundiales de 100, 200 y 400 metros planos para atletas que han sufrido una doble amputación, además de que es el primero en su profesión en  disputar unos Juegos Olímpicos contra corredores en plenitud de facultades físicas. El sudafricano enterró con las acusaciones del asesinato de Reeva Steenkamp, su carrera como deportista independientemente de que resulte inocente o culpable.  A diferencia de los casos de Tiger Woods o Lance Armstrong, este es un asunto en el que se involucra la vida de una persona, hay una acusación clara de asesinato y eso convierte a Pistorius en una “mercancía defectuosa” para las compañías que lo patrocinan. En la publicidad deportiva se tienen que emitir juicios rápidamente y no se puede dar el lujo de esperar por una resolución de un jurado cuando se trata de algo tan grave como es el escándalo alrededor del hombre que fuera  llamado “la bala en la cámara” por Nike, que por cierto ya retiró toda la publicidad en la que se le relaciona con este atleta de alto rendimiento. Es de todos conocido que ganó millones de dólares gracias a los apoyos de empresas como Thierry Mugler, Oakley y Ossur, siendo esta última la compañía islandesa que fabrica las prótesis de fibra de carbono que utiliza para sus carreras. Todos ellos seguramente darán un paso atrás en este sentido y, aunque llegara a ser juzgado inocente,  la mancha de sangre es indeleble, por lo que muy difícilmente volverán a negociar con él. Hoy se habla de quien fuera un ejemplo de lucha, de persistencia y de positivismo como alguien violento, paranoico y amante de las armas de fuego. Hoy salió a la luz que vivía en una verdadera casa de seguridad en la ciudad de Pletoria, Sudáfrica, en donde tenía  un par de bates de béisbol y cricket, junto con una metralleta y una pistola al menos. Que ya había sido acusado de agresión sexual por una joven de 19 años y que había declarado su preferencia por la pena de muerte para los criminales de sangre, ya que este tipo de desgracias le afectaba mucho. Puede ser inocente para las instancias legales que hoy intentan condenarlo, pero el mundo deportivo podría no perdonarlo. Ninguna marca querrá estar relacionada con alguien que carga un bagaje sangriento, y sin ellos no podrá regresar a la actividad que tanto le dio. Mi Twitter: @betoruizg
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