Columna de Caleb Ordoñez

Murió la medallista Melanie Martínez a los 17 años

Sabemos que el cáncer no perdona, esa maldita enfermedad ataca de pronto a quien se le pega la gana. No distingue raza, sexo, preferencias, posición económica, ni estado civil. El cáncer es una de las enfermedades que genera más muertes al año.

En ocasiones, el arsenal utilizado contra el cáncer parece excesivamente violento. Prepararse mentalmente para las tomografías o la radiación, someterse a infusiones o transfusiones, incluso, formarse en la farmacia y por horas esperar un turno en los servicios médicos, para luego recibir quimioterapias y aplicaciones de medicamentos que crean un cúmulo de desgaste, dolor y temor.

Todo esto enfrentó Melanie Martínez Macías durante meses, a sus escasos 17 años, hasta que cerró sus ojos para no volver a abrirlos.

Nacida en el Estado de Oaxaca, Melanie era una promesa del deporte nacional, se adjudicó la medalla de plata en el taekwondo de la Olimpiada Juvenil de Ciudad Juárez, justamente hace un año. Era una fuente de inspiración en su natal Oaxaca.

Era estudiante de preparatoria en el Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios número 26, en la humilde comunidad de San Felipe del Agua en la zona norte de la capital oaxaqueña. La joven se encontraba internada desde varias semanas atrás en el Hospital Regional Presidente Juárez y falleció este miércoles 12 de junio.

El funeral de la menor de edad se realizó en el velatorio del DIF Oaxaca, entre recuerdos de hazañas y triunfos relatados por sus familiares y amigos, mezclados con impotencia y la tristeza que embarga a sus allegados. En su féretro decenas de medallas que consiguió.

Y es que Melanie era una sensación y fuente de inspiración en su comunidad, primero por sus logros en el deporte que tanto amaba, luego como una guerrera que enfrentó la peor batalla de su vida, el cáncer.

La muerte de Melanie conmociona y pone en luto al deporte nacional. Por muchas razones; primeramente porque es desgarrador cuando tantas atletas jóvenes y con tantas ganas de vivir y triunfar mueren. También porque nos enfrenta a una realidad cercana.

La ciencia nos ha enseñado que el cáncer es una parte inseparable de nuestra naturaleza, nadie está exento de ser diagnosticado y comenzar la batalla de nuestras vidas, como relató el futbolista Miguel Layún, quien hace apenas unos días celebró que venció el cáncer.

EL DOLOR NO FRENA LA PASIÓN

Un día antes del fallecimiento de Melanie, el mundo supo de la muerte a causa de cáncer de hígado de la atleta Gabriele Grunewald, quien durante más de 10 años luchó arduamente contra la enfermedad y dedicó todo esos, a través de sus redes sociales a transmitir su lucha contra la enfermedad, consejos a gente más joven y su determinación para continuar con la que era la pasión de su vida.

Miles de enfermos con cáncer alrededor del mundo, le escribían diariamente para compartirle sus testimonios combinados entre coraje, valentía y temor.

En 2013, Gabriele era una de las mejores 10 corredoras del mundo en la distancia de 1500 metros, su ilusión era dejar la camilla y volver a las pistas, cosa que logró en 2016 y aunque le habían extirpado la mitad de su hígado y no le recomendaban hacer deporte, la atleta insistía en que debía cumplir su pasión, para vivir feliz hasta el último día.

Finalmente, el pasado 11 de junio, su esposo Justin anunció que había fallecido pacíficamente sin sufrimiento, haciendo lo que más amaba.

ABRIR LOS OJOS

Quizá estos dos tristes ejemplos podrían desmotivar a quienes hoy están en el proceso más difícil de sus vidas, quizá pudiera ser doloroso pensar que la muerte es el final de todo. Pero no es así. Ser diagnosticado con una enfermedad terminal es también un despertar, una causa para enfrentar un destino con la mejor actitud.

Durante años he compartido la lucha contra el cáncer con decenas de niños y adolescentes, he sido fuertemente desafiado por ellos. Desde que conocí la Asociación Mexicana de Ayuda con Cáncer (AMANC) y su interminable empeño fui inspirado a apoyar la causas de esas vidas, de los que para mí son superhéroes. Años después me uní a la causa de Kenji López –quien había sufrido la muerte de su madre a causa de la enfermedad- y junto a otros grandes amigos formamos la fundación Cáncer Warriors de México (http://cancerwarriorsdemexico.org), en donde cada día se unen profesionistas, artistas, deportistas, periodistas, activistas y otras profesiones para luchar entre todos por los guerreros que hoy están peleando contra todo.

La lucha de Melanie Martínez y de miles de personas que han terminado el camino de su vida por causa del cáncer, deben abrir nuestros ojos para voltear a ver a quienes hoy sufren y están en la batalla contra esta maldita enfermedad.

Sí, es una desgracia que Melanie con todos sus sueños e ilusiones hoy no esté en este mundo. Sin embargo, si cada uno de nosotros dedicáramos algo de nuestro dinero, nuestro tiempo y apoyo a organizaciones, fundaciones y familiares de estos pequeños guerreros las cosas cambiarían para los miles de niños y adolescentes con cáncer, pues cada cuatro minutos muere uno de ellos en este país y en cambio, más del 70% de los ellos tienen la oportunidad de vencer el cáncer, si tuvieran los tratamientos –costosos- correctos.

Te invito a darle el mejor reconocimiento a Melanie Martínez y todos aquellos que se han ido luchando. Únete a los guerreros que se aferran a vivir ¿Cuáles ideas tienes para apoyarlos?

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