Desde el vestidor

Por indisciplinas, América prescindió de Cuauhtémoc Blanco

Tras la reprobable actitud de Nahuel Guzmán de apuntar con un láser a jugadores de Rayados en el Clásico Regio, un sinfín de cuestionamientos han surgido y la mayoría apuntan hacia la postura que debería asumir la directiva de Tigres para imponer un correctivo a su portero, por sus reincidentes y polémicos comportamientos.

Hacia el exterior se tiene la impresión de que, en caso de existir una sanción interna, esta quedaría en una fuerte multa, pero difícilmente se rescindiría el contrato de uno de sus ídolos y referentes, quien se supone terminaría su relación laboral con la institución hasta junio de 2025.

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Pero en el futbol mexicano hace cerca de dos décadas en el Nido de Coapa se tomó una decisión contundente, sin mediar que se tratara de uno de los estandartes del cuadro capitalino e ídolo de la afición americanista, como era en ese momento el delantero Cuauhtémoc Blanco.

El ahora gobernador del Estado de Morelos, entre 2003 y 2004 fue el actor principal de tres penosos sucesos, que terminaron por influir para que la entonces directiva encabezada por Guillermo Cañedo White determinara prestarlo a los Tiburones Rojos de Veracruz.

El primer acontecimiento donde se vio involucrado sucedió a las afueras de los vestidores del Estadio Luis 'Pirata' Fuente, donde sacó su mano por una ventanilla de los baños para dar un golpe en la cabeza al periodista David Faitelson, generando que toda la crítica se le fuera encima.

Posteriormente los reflectores lo persiguieron encarnizadamente, por haber mandado a la silbante Virginia Tovar a lavar los trastes, en el partido Irapuato ante América en el Sergio León Chávez de la ciudad fresera, justamente en el debut de la colegiada en la entonces Primera División.

En el Estadio Azteca, Blanco fue uno de los principales jugadores americanistas involucrados en la batalla campal contra el cuadro del Sao Caetano de Brasil en Copa Libertadores, donde se dieron con todo.

Además, el ídolo de las Águilas en esa etapa de su carrera de todo se quejaba, era recurrente verlo golpear con el puño el pasto cuando le cometían una falta y los silbantes no se las marcaban a favor, en pocas palabras iba de berrinche en berrinche.

Sus comportamientos negativos eran constantes y se convirtieron en una bomba de tiempo, situación que terminó desencadenando su salida del equipo, porque en ese momento la dirigencia de Coapa consideró que ese tipo de actitudes iban en contra de la imagen y principios del club América.

Cuauhtémoc estuvo sólo un torneo con los veracruzanos, donde hizo época al lograr meterlos a la fase de Liguilla, y volvió a las Águilas a petición del técnico Mario Carrillo, pero ya con una actitud diferente.

Pero esto sucedió hace 20 años, en aquella ocasión poco importó que se tratara de uno de los estandartes americanistas de la época, lo cual se antoja realmente complicado que lo pueda hacer la actual directiva de Tigres, y menos con uno de sus líderes que psicológicamente por su comportamiento, estaría catalogado como negativo.

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