
El trago amargo del 'Chicharito'
En algún momento tenía que concluir la historia cien por ciento rosa de Javier Hernández en el Manchester United. No porque su gran actuación en partidos previos haya sido un espejismo, sino porque la trayectoria de todo futbolista está marcada por aciertos y fracasos, por conquistas y cuentas pendientes que podrán o no ser resueltas en el futuro. Justo este viernes, a un día de que se llevara a cabo el partido, Guardiola mencionó que un futbolista que aspira a ser un ganador debe sufrir. La frase exacta de Pep fue: "Las finales hay que sufrirlas. Sólo así se aprende a ganar". Por eso, al "Chicharito" no hay que mandarle los típicos deseos que minimizan el tropiezo. Al contrario, hay que permitir que padezca el dolor y sienta el muy amargo sabor de la desilusión para que así se decida a no volver a probarlo y para que asimile la que ha sido su primera noche negra después de muchas veladas soñadas sobre la cancha. Si bien todo el Manchester United fue superado y no sólo el jugador mexicano, para un elemento en formación como él será fundamental el aprendizaje que adquiera a partir de esta experiencia. Su andar en el campo, aunque muy publicitado, pasó inadvertido. En parte porque no encontró la manera de ganar la espalda a sus rivales y también porque a su equipo le hizo falta alguien que diera conexión al juego desde el mediocampo. Cada quien expresa dolor a su manera. Ferguson, por ejemplo, parece el hombre más tranquilo del mundo después de perder otra vez ante un técnico 30 años más joven que él. Sin embargo, en el fondo, ha comenzado un proceso de reinvención que no ha despreciado ni siquiera por haber estado más de 25 años en el mismo cargo dentro de la misma institución. La constante es el cambio. Ganar o perder es parte de lo mismo. La idea del ascenso rápido cautivaba a cualquiera. Todavía no termina de asentarse con el Manchester, cuando ya muchos se muerden las uñas por verlo en el Madrid. Quizás, intentemos ser optimistas, el futbol ha mandado una señal para que cuidemos al único delantero mexicano que ha sido verdaderamente capaz de ocupar los primeros planos a nivel internacional en los últimos 17 años, para que nuestra sed de ídolos no derive en la matanza de uno de los pocos héroes contemporáneos aceptados por nuestra sociedad.Que la derrota no sea dolor de un día, sino una tortuosa lección que no parece mala alternativa. Si lo analizamos fríamente, ni siquiera se tratará de una situación en la que los medios lo culparán a él como individuo del ineficaz desempeño en la Final, sino de una responsabilidad que tendrá que compartir con cada uno de sus compañeros, quienes al final, también hemos de reconocerlo, tienen el argumento añadido de haber sido vencidos por el mejor equipo del mundo. DE SALIDAEspero sus comentarios en mcabrera@mediotiempo.net y a través de @macafut en Twitter. Ah, por cierto, de lo que no me van a convencer es en el punto que señala que somos los medios mexicanos los que enaltecemos a Javier Hernández. A lo largo de la cobertura que pudimos hacer Juan Manuel Terán y yo desde Inglaterra pudieron darse cuenta de que los reflectores están por lo que ha hecho y no por un invento mediático. A las pruebas me remito...
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MEDIOTIEMPO S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.