El pleito y divorcio en México es muy evidente

Lo que sucedió en Torreón, pero sobre todo las reacciones a lo ocurrido, nos lleva a una realidad absoluta: a la mayoría de la afición mexicana le importa cada vez menos el Tri, algo que se ha ganado a pulso.

Sí, todos queremos que en el Mundial gane, eso me queda muy claro, pero no por los jugadores ni por directivos ni mucho menos por el prestigio de nuestro futbol.

Si la gente tiene ese deseo de que el Tri avance en el Mundial es por ellos mismos, por sentirse bien y nunca por los futbolistas.

Voy a decir un facto que ya comprobé con la afición y también con jugadores, y más en mi gremio de periodistas.

He hablado durante años y años con jugadora y entrenadores, sí, muchos años. No tengo margen de error en lo que les voy a escribir:

El futbolista evita y le huye al aficionado; entre menos se le acerque, mejor.

El aficionado ya comienza a rechazar a los jugadores, sobre todo a los que están en la Selección Nacional. Ya los insultan, los rechazan y hasta desean que les vaya mal.

El periodista en México también tiene un pleito no oficial, pero sí real, con el futbolista crecido, engreído y que trata mal al que ejerce esta profesión, haciéndolo menos al sentirse superiores por lo que ganan.

El futbol en México vive su momento más álgido en relaciones entre sus actores, y eso no es debatible.

El aficionado, el periodista y el futbolista (incluye a los entrenadores) son los 3 actores principales de esta película llamada futbol mexicano, y los 3 cada vez se odian y se critican más.

— El aficionado critica a los medios por amarillistas o por solapadores. Por cualquier extremo, pero lo critica.

También ya se le va vs. los futbolistas por no aguantar las críticas y se les van con todo.

— El futbolista -aunque no lo acepten, pero a mí me consta al 100%- no quiere al aficionado, lo ven como un mal necesario, como un “apestoso” que no les gusta que se les acerquen. Odia cuando les piden fotos y autógrafos.

También evitan al periodista por ese resentimiento contra nosotros por las críticas que hacemos y que ellos odian escudándose en: “¡Tú nunca jugaste!”.

— El periodista es para el aficionado un amarillista que sólo ve lo malo y que si no hablas bien de su equipo, te tachan de vendido.

También tenemos mala relación con los actores de la cancha por las investigaciones o las críticas que se vierten.

Hoy en día todo es pleito entre todos, y si les digo que tengo todo comprobado es porque diario lo vivo.

Es muy evidente el hartazgo de la gente, el repudio a la selección y el rechazo a esas actitudes soberbias de los futbolistas.

Tras la polémica se vieron las reacciones de la afición y fácilmente en un 90% eran de críticas a Raúl Jiménez, a Edson, a Aguirre y a más futbolistas del Tri.

Yo les he dicho durante años que me consta que los jugadores no quieren a los aficionados; es mas, ni los hacen en su mundo.

El futbolista es un doble cara, te muestra que le importas porque le conviene tenerte así, pero la realidad es que no te quiere.

“No nos gusta la presión que hacen por acercarse a nosotros”, es algo que siempre me han dicho los jugadores con los que he hablado desde hace más de 25 años.

El divorcio

Éste existe y el más afectado es el futbol mismo. El directivo no quiere que eso suceda porque le pega en el bolsillo.

Es cierto, el futbolista es el actor principal porque es el que juega, pero no ganaría ni el 10% si el aficionado no pagara ni mostrara interés.

Si la gente no fuera a los estadios o no consumiera por televisión, las marcas no se anunciarían como lo hacen y los futbolistas no ganarían lo que perciben en sus contratos.

Y el futbolista no fuera estrella o ídolo si el periodista no le diera difusión.

Un día le dije a un entrenador de Rayados que ellos (futbolistas y DTs en general) se sienten mucho, pero que no serían quienes son si nosotros los periodistas no habláramos de ellos.

Bueno, pues todo eso, todo ese mundo en México, hoy por hoy está dividido.

Y como yo vivo de la gente que bendito Dios me consume, pues le doy la razón a ellos.

Satanás ha metido la cola y su maligno reina en México: afición, futbolista y periodista están en el divorcio más marcado desde que yo ejerzo esta profesión, que ya data de 35 años.

Posdata

¿Coincides conmigo?

Te leo.

​

​

​

​

​