Bacteria 'come carne' en México: ¿Cómo se contrae?
A pesar de que la bacteria vibrio vulnificus no tiene un registro oficial en el territorio mexicano, han sido documentados al menos cuatro casos clínicos en distintos años.
En lo que va del 2023 han muerto cinco personas a causa de una bacteria llamada Vibrio vulnificus, según cifras del Departamento de Salud de Florida.
Por esta razón, su presencia ya ha despertado alerta en Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, mismos que han advertido que ya se ha esparcido por costas estadounidenses, del Golfo de México y el Caribe.
Hasta el momento dentro del territorio mexicano no se han reportado casos o muertes por vibrio vulnificus, y tampoco se ha emitido una alerta por parte de las autoridades, a pesar de esto es importante resaltar que no estamos exentos de riesgos, ya que han existido casos clínicos documentados que demuestran que la bacteria ya ha tenido presencia en nuestro país.
¿Existen bacterias "carnívoras"?
Si bien se le conoce a la vibrio vulnificus, se le ha apodado como "bactería carnívora", lo cierte es que el Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas y Sepsis (GTIS) de la sociedad Española de Medicina Intensiva ha señalado que el término no es del todo correcto, ya que este tipo de microorganismos no comen carne, sino que pueden llegar a provocar infecciones en la piel y tejidos.
Esta bacteria solo forma parte de un amplio listado de bacterias que en algunos casos pueden alcanzar membranas que rodean al músculo derivando en una fascitis necrotizante (una infección sumamente grave que acaba con el tejido ubicado debajo de la piel)
¿Hay registros de casos en México?
Para que esta bacteria pueda vivir requiere de dos condiciones importantes; un clima tropical y un cuerpo de agua donde se mezclen las corrientes dulces con saladas (conocidos como estuarios)
En 2010, se comprobó que 12 puntos de las costas mexicanas del área del Golfo de México presentaban éstas características, ya que fueron halladas cepas del microorganismo "come carne".
Ese mismo año, una mujer de 60 acudió a una playa ubicada en la zona. Únicamente tomó el sol, nadó y comió camarones.
Diez días después de su visita a la playa comenzó a sentir un fuerte dolor en el pie izquierdo, náuseas, mareo, cansancio, debilidad y malestar abdominal.
Debido a sus molestias decidió asistir a urgencias, donde se le administró antibiótico y paracetamol, sin embargo no mejoró, al contrario, comenzó a presentar enrojecimientos en la piel, hinchazón por acumulación de líquido y calor en el miembro pélvico izquierdo.
A pesar de recibir un nuevo tratamiento, este no surtió efecto ya que después de 36 horas, la zona afectada había aumentado de tamaño, manteniendo su coloración rojiza y el dolor se había extendido hasta la rodilla, además de la aparición de una ampolla de líquido similar a una vejiga en la parte posterior del pie izquierdo.
Dos días después, a pesar de administrar más medicamentos, la zona del miembro pélvico había adquirido un tono violáceo. Junto con este cambio de color, se formó otra ampolla en el muslo que contenía líquido. En ese momento, la paciente experimentaba dificultades respiratorias. Finalmente, después de estar hospitalizada durante 80 horas, lamentablemente falleció.
Aunque el informe médico no detalla la forma en que la bacteria infectó a la paciente, es posible que haya ingresado a través de la úlcera que la mujer tenía en el pie durante sus vacaciones.
Tanto este caso, documentado en el artículo "Choque séptico por Vibrio vulnificus en las costas del Golfo de México", como otros tres casos registrados en 1994, 2000 y 2011, ejemplifican los graves efectos que este microorganismo puede tener en el cuerpo humano.
¿Dónde se encuentra esta bacteria y qué ocasiona?
La bacteria puede hallarse en diversos lugares como moluscos, peces, sedimentos, agua y plancton. Cuando ingresa al cuerpo, puede dar lugar a tres condiciones: septicemia, que provoca un descontrol del sistema inmunológico; gastroenteritis, que se manifiesta con dolor abdominal, vómitos y diarrea alrededor de 16 horas después de ingerir alimentos contaminados; e infecciones de heridas.
Este microorganismo se considera un patógeno oportunista, principalmente afectando a personas con sistemas inmunológicos debilitados (como la mujer que falleció debido a su hipertensión) o problemas hepáticos. Sin embargo, no se descarta que individuos sanos puedan desarrollar infecciones en heridas después de entrar en contacto con esta bacteria.
¿Qué puede pasar en caso de que la persona tenga diabetes o cirrosis?
Las personas con sistemas inmunológicos comprometidos, como diabéticos, cirróticos o aquellos con infecciones hepáticas crónicas, generalmente comienzan a experimentar síntomas preocupantes aproximadamente 24 horas después de que la vibrio vulnificus ingresa al cuerpo. Debido a su capacidad para propagarse libremente, la bacteria eventualmente infecta el torrente sanguíneo, lo que resulta en fiebre, escalofríos y una reducción en la presión arterial, lo que finalmente lleva a un estado de shock séptico, según lo indicado en el artículo "Patógeno Oportunista Vibrio vulnificus" publicado en la Revista Digital de la UNAM.
¿Cómo se diagnostica y cómo debe tratarse?
Para determinar la presencia de la bacteria en el cuerpo, es posible realizar análisis de sangre, heces o cultivos de heridas.
Si los síntomas son leves, se aconseja a la persona afectada que ingiera líquidos para reponer las pérdidas causadas por la diarrea.
No obstante, en el caso de pacientes con signos o síntomas de una infección más grave, es crucial proporcionar atención médica inmediata, que generalmente implica el uso de antibióticos. Además, es necesario mantener una supervisión médica constante, ya que en situaciones más graves podría requerirse una cirugía para extirpar el tejido infectado.
¿Cómo prevenir el contagio?
Para prevenir la amenaza de la "bacteria carnívora", el Journal of the American Medical Association (JAMA) ha emitido las siguientes pautas de seguridad:
- Evitar el consumo de mariscos crudos o insuficientemente cocidos.
- Utilizar guantes o realizar un lavado exhaustivo de las manos después de manipular mariscos.
- En caso de tener heridas abiertas, incluyendo recientes cirugías, perforaciones en la piel o tatuajes, es fundamental abstenerse de nadar, pescar o tener contacto con aguas estuarinas.
- Lavar de manera minuciosa cualquier herida o corte que haya estado en contacto con agua salobre o productos del mar crudos utilizando agua y jabón, con el fin de reducir el riesgo de infección.