¿Cuánto contamina internet al medio ambiente?
De acuerdo a Greenpeace, si Internet fuera un país, sería el sexto más contaminante del mundo.
Mucho se ha hablado acerca del impacto al medio ambiente que genera el ser humano a partir de diversas actividades. Por su puesto que la contaminación es cosa seria. Pero, entre todas las industrias alrededor del mundo, ¿qué sucede con el Internet, también contamina? Aquí te respondemos.
Cifras que van en aumento
De acuerdo a un estudio realizado en 2019 por la compañía analítica Cumulus Media, cada minuto se enviaron en el mundo 38 millones de mensajes de WhatsApp, se visualizaron 266.000 horas de Netflix, así como 4,3 millones de vídeos en YouTube y se realizaron 3,7 millones de búsquedas en Google.
En su informe Clicking Clean de 2019, Greenpeace indicó que si Internet fuera un país, sería el sexto más contaminante del mundo.
A partir del estudio que realizó Cumulus Media, la compañía indicó que para 2020 más de 30 mil millones de dispositivos estarían conectados a Internet, tal y como lo afirmó el informe Big Data 2015 de la OBS Business School, y cerca de 4.100 millones de usuarios, lo que equivale a más de la mitad de la población mundial.
¿El Internet puede contaminar?
Primero, hay que partir de que los gigantescos centros de datos llegan a alcanzar extensiones de hasta 130.000 m2. Y, claro, no podemos dejar de lado las redes de comunicación, así como la energía utilizada para la fabricación de los dispositivos y la utilización de las instalaciones. Todo esto forma parte de la demanda de energía que conlleva el funcionamiento de Internet.
La huella ecológica del tráfico digital mencionado al inicio de este texto, equivale a un consumo aproximado del 7% de la electricidad mundial, según el informe de 2020 de Greenpeace.
En 2019, la industria de las tecnologías de la información generó el 2% de las emisiones globales de CO2, el equivalente energético a una flota de Boeings 747, de acuerdo a lo publicado por la BBC.
¿Qué es la huella ecológica?
La huella ecológica es un indicador para conocer el grado de impacto de la sociedad sobre el ambiente. El concepto fue propuesto en 1996 por William Rees y Malthis Wackernagel.
Es una herramienta para determinar cuánto espacio terrestre y marino se necesita para producir todos los recursos y bienes que se consumen, así como la superficie para absorber los desechos que se generan, usando la tecnología actual.
¿Qué es la contaminación digital?
Por supuesto que el Internet trajo consigo grandes beneficios, no solo para las actividades del ser humano, sino también para el medio ambiente.
Por ejemplo, el envío de mensajes mediante aplicaciones evita la tala de árboles para la producción de papel para cartas, así como el que transportes motores tengan que enviarlas de un sitio a otro.
Pero, tras estos grandes beneficios se esconde una huella ambiental que resulta difícil de rastrear y calcular. Cada búsqueda que realizamos en internet libera al medio ambiente 0.2 gramos de CO2, lo que, de acuerdo al propio Google, significa que el efecto invernadero provocado por mil búsquedas equivaldría a conducir un coche durante un kilómetro.
Cambiar el chip
Hay ciertas acciones que podrían tener un buen impacto en el medio ambiente. Por ejemplo, apagar la caja del router, no dejar la televisión, la impresora o la consola de videojuegos en stand by, así como la computadora, ya que si el equipo está conectado directamente a la red, se seguirá consumiendo. Algo que debiera hacerse tan común y cotidiano como el apagar los interruptores.
Incluso el cerrar aquellas pestañas y ventanas que no utilices, vaciar la bandeja de entrada de tu email o reciclar todos esos objetos tecnológicos como teléfonos celulares o portátiles que acumulamos en casa cuando ya están obsoletos.
Virtualidad - Realidad
En 2015, la investigadora digital Joana Moll, inició su proyecto CO2GLE, el cual monitorea en tiempo real cuántos kilos de CO2 emites al medio ambiente mientras navegas por la web utilizando Google. De acuerdo a los datos arrojados por este proyecto la media es de unos 500 kg de emisiones por segundo.
“En los últimos cinco años, nuestra huella de carbono decreció un 55%”, afirmó Google en su informe ambiental de 2017. Las llamadas compañías GAFA, Google, Amazon, Facebook y Apple, son las más implicadas en lograr una reducción de su consumo, y así ahorrar costes a la vez que realizan una buena campaña de greenwashing.
Como ejemplo de la energía que pueden llegar a consumir estos centros de datos, un estudio de la plataforma Power Compare afirmó que la creación de bitcoins y otros cientos de monedas virtuales consume la electricidad equivalente de 159 países.