
Alcanzando un sueño
La semana inicia con una noticia largamente esperada y muchas veces sufrida: Rafael Márquez es el nuevo defensa central del Futbol Club Barcelona.
El jugador mexicano tuvo que luchar contra todo y contra todos para llegar a uno de los equipos más importantes de Europa; con habilidad y carácter ha ido sorteando de manera exitosa los obstáculos que se le presentaron: se afianzó en la titularidad del Mónaco, se convirtió en uno de los mejores defensas centrales del mundo, se significó como el gran estandarte del fútbol mexicano y venció la eterna incredulidad de los europeos cada que se trata de hablar de un futbolista nacido en México.
Fueron días de intensas negociaciones, de comerse las declaraciones de algunos sectores de la directiva blaugrana en donde dejaban muy en claro que Roberto Ayala era la opción principal y en los que se aprovecharon al máximo de la urgencia económica del equipo del principado para comprarlo a un precio muy inferior comparado con la calidad del zaguero azteca, se habla de una transferencia por 5.7 millones de dólares.
La insistencia de Márquez resultó un factor determinante para que la transferencia pudiera lograrse, se mantuvo firme en sus convicciones y no dejó de presionar a los dirigentes del conjunto francés para que tasarán su pase en una suma verdaderamente accesible.
El momento que vive Barcelona no da espacio para errores, la entidad se encuentra iniciando un nuevo periodo tanto futbolístico como administrativo, encabezado por Frank Rijkaard y Joan Laporta respectivamente, quienes requieren de resultados inmediatos para acrecentar su nivel de aceptación tanto al interior como al exterior de la organización.
Es lamentable que nuestro fútbol tenga que sufrir tanto para que sus jugadores lleguen a formar parte importante dentro del plano internacional. Por ello, debemos aplaudir que Rafael Márquez, Gerardo Torrado y Javier Aguirre se encuentren en Europa, cada uno con sus logros y objetivos diferentes, pero con el común denominador de estar cumpliendo y enfrentando la difícil labor de ir a la conquista de un futbol que nos mira con recelo y desconfianza.
Por hoy, los mexicanos podemos festejar la llegada de un compatriota a la segunda institución más importante de España, situación que no sucedía desde los ya lejanos tiempos de Luis García y Hugo Sánchez.
Felicidades, Rafael.
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