Futbol
Editorial Mediotiempo
Columna de Mauricio Cabrera Editorial Mediotiempo

Del subcampeonato a la catástrofe

Meses de trabajo son tirados a la borda en un dos por tres. El actual subcampeón del balompié mexicano experimentó con inusitada velocidad el paso de la alegría a la catástrofe. Si hace algunos ayeres se medían al América en la batalla final por la corona del futbol azteca, hoy, los Tecos  pelean sin tregua alguno por evitar el deshonroso último lugar de la tabla.  Decisiones viscerales, círculos viciosos, apatía de los integrantes del conjunto emplumado y hasta una pequeña dosis de mala suerte han provocado que Zapopan vuelva a ser tierra ignorada por el medio futbolístico. Un equipo manejado como empresa familiar está destinado a vivir en un permanente claroscuro.

Identificar el peso específico de un estratega en el desempeño del conjunto que dirige ha sido tema de polémica permanente. Para algunos, la figura del timonel es indispensable para que una institución se vuelva triunfadora. Para otros, es simplemente un guía que estructura armoniosamente los diferentes recursos que están a su alcance. Lo justo es encontrar el equilibrio entre ambas corrientes. En el caso de la Universidad Autónoma de Guadalajara no puede omitirse la despedida de Daniel Guzmán como una de las causas fundamentales de la catástrofe. Bajo la tutela del “Travieso”, el cuadro emplumado no sólo accedió al último y definitorio capítulo de la competencia con un presupuesto inferior al de otros competidores, sino que adquirió un sello distintivo que atrajo la atención de los aficionados. De una u otra forma., se convirtió en la segunda opción de la mayoría, exceptuando a los americanistas. En cuanto se supo que habría cambios en el banquillo, los malos presagios florecieron por doquier; peor aún, terminaron cristalizándose.

La directiva estudiantil siempre se ha caracterizado por “condicionar” el trabajo de los directores técnicos. Es un secreto a voces que la inclusión de Juan Carlos Leaño en la oncena titular forma parte de las singulares imposiciones de los hombres de pantalón largo. Muy pocos aceptan un grado tal de entrometimiento en el trabajo que sólo debiera corresponder al estratega en turno; algunos han preferido darse a respetar que seguir aceptando órdenes provenientes del escritorio: otros se adaptan a las cirscunstancias y se tragan el coraje a cambio de una oportunidad de sobresalir. Eduardo Acevedo y Julio César Uribe son dos de los hombres que mejor se han “acoplado” a la forma de trabajo en Zapopan. Por dichos motivos, son llamados una y otra vez para asumir las riendas del equipo. Los resultados sólo adquieren relevancia momentánea. Cuando les va mal, son cesados. Pero se marchan con la tranquilidad de saber que terminaran regresando. Al menos así de repetitiva se percibe la historia.

Tecos volvió a ser el de antes a lo largo de los cinco últimos minutos de la contienda frente a los Jaguares de Chiapas. La entidad emplumada remó contracorriente y logró rescatar la unidad del Víctor Manuel Reyna. Acevedo se salvó de manera momentánea; aplazó la fecha de su despido. Lo curioso y enfermizo es que sea Uribe el que se perfila como nuevo timonel. O no hay opciones, o en la Autónoma de Guadalajara sólo contemplan a quienes cumplen sus caprichos al pie de la letra.

Tags relacionados

Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MEDIOTIEMPO S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.