
Los cimientos de la reestructuración americanista
La falta de nombres con impacto mediático ha provocado el escepticismo en torno a la nueva era del América. Durante el largo tiempo de rumores alrededor del conjunto emplumado se mencionaron nombres de importancia a nivel internacional, jugadores con una trayectoria reconocida y que llegarían avalados por un nombre formado en el medio futbolístico. Al final, con el arribo confirmado del paraguayo Enrique Vera se demuestra que la recién estrenada Directiva de las Águilas optó por un camino menos espectacular, con un poder limitado de convencimiento para sus principales detractores, pero no menos cierto es que este camino presenta mayores expectativas a mediano plazo.
Comprensible resulta que numerosos aficionados a la oncena de Coapa se sientan un tanto decepcionados después de pasar de nombres como el de Aimar y D´Alessandro y terminar con Rafael Márquez Lugo y Enrique Vera. Sin embargo, y yendo más allá de la emoción inmediato que todo leal seguidor siente en cuanto una figura llega al club de sus amores, encuentro en el accionar de la gente encabezada por Michel Bauer un comportamiento acertado y bien pensado en terminos que escapan de lo inmediato para entregar un esquema de trabajo organizacional y de frutos que tarde o temprano llegarán.
Tema recurrente en la actualidad es el relacionado a la notable diferencia contemporánea entre el valor de marca de las Chivas Rayadas y el del América. Mientras que Jorge Vergara ha sabido capitalizar al máximo las oportunidades de negocio y mercadotecnia en torno a su equipo, las anteriores directivas del comando azulcrema no comprendieron o no quisieron ir más allá de lo que ya se tenía, es decir, un equipo con mucha fuerza comercial pero mal explotado tanto en términos deportivos como económicos.
Hoy, tras las primeras acciones emprendidas por los hombres de pantalón largo que dominan Coapa, percibo un genuino interés por elevar la lealtad y el reconocimiento hacia la marca del América. La presentación masiva en el estadio Azteca puede no haber sido espectacular; no se alcanzó el lleno, pero sí fungió como una muestra ineludible de la capacidad de convocatoria de la que incluso después de los peores seis meses de la historia, continúa gozando el equipo de Televisa. Bauer ha identificado ese potencial y posee, más allá de su exitoso historial como alto ejecutivo de la televisora de Chapultepec, una clara credibilidad y confianza por parte de Emilio Azcárraga.
El riesgo latente en esta reestructuración radica en que esa búsqueda notable por crear atractivas estrategias en términos de comunicación y negocie acaben colocándose por encima de lo deportivo. Jorge Vergara y sus Chivas, en mi punto de vista, están sufriendo de ello. Así, los planteamientos mostrados por el presidente de las Águilas en su evento de presentación tienen diversos puntos de apoyo para pensar en que serán exitosos, siempre y cuando se acompañen de títulos y, sobre todo, de un futbol propositivo y alegre, que no necesariamente espectacular, pues ello también está ligado de forma íntima a la capacidad de los rivales en cuestión.
La paciencia jugará un papel fundamental en el nuevo amanecer americanista. Se nota que Bauer sabe lo que hace; igualmente, se percibe un claro interés de Televisa por volver a impulsar el americanismo. En términos de mercadotecnia y acercamiento con el aficionado, estoy seguro que le irá bien al América. De lo demás, tendrá que encargarse Ramón Díaz, quien al menos parece comprender a plenitud lo que significa dirigir a uno de los equipos más importantes de México.Opina de esta columna aquí.
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