Columna de Oscar Guzmán

Bajo perfil

Un término de moda que impacta poco en el deporte más apasionado, aunque coseche triunfos. Normalmente la multitud se identifica más con los personajes eufóricos y parlanchines. La esencia misma del futbol conecta con lo irreverente, lo escandaloso. En México no es lo mismo hablar de directores técnicos como Enrique Meza, José Luis Trejo o Víctor Manuel Vucetich, que de entrenadores estrambóticos como Herrera, Reinoso o el “Chelis”. En el ámbito internacional la comparación entre Mourinho y Guardiola puede sonar ya desgastada, pero si además revisamos la diferencia de personalidades entre los dos hombres que desde la banca consiguieron el “milagro español”nos ayudaráaún más a ejemplificar esta condición: la templanza de Vicente del Bosque ante el protagonismo petulantedel “Sabio de Hortalizas” Luis Aragonés. Hoy, me llama la atención que algunos de los deportistas más brillantes prefieran no aparecer mucho, como si por las venas les corriera atole en lugar de sangre, aunque una vez entrando a la cancha se multipliquen como “cracks” de época: El humilde y tímido Lionel Messi destacando por encima de personalidades electrizantes como Cristiano Ronaldo, Carlos Tévez o Samuel Eto´o. O en otros deportes como el basquetbol, aparece la nueva figura deDerrick Rose al que apenas se le entiende en las entrevistas debido al bajo tono de voz sin cambiar nunca la expresión en el rostro pero que para muchos hoy sea mejor sobre la duela que los impactantes Kobe Bryant o LebronJames. En el futbol mexicano los dos equipos que mejor juegan en la actualidad son históricamente serenos, equilibrados y sin provocar aspavientos: Los Pumas, que nunca se espantan por los malos resultados ni se crecen ante las buenas rachas (para continuar el trabajo diseñado por su filosofía de escuela) y que ahora presentan a su nuevo egresado a la baraja nacional de entrenadores: Memo Vázquez Jr. Heredero de un envidiable análisis táctico y un muy destacado manejo de grupo. Y por supuesto el Cruz Azul, que juega tan bien como el manual de su entrenador, al que nunca le gusta complicarse sino mejor sacarle provecho a sus jugadores (en el Cruz Azul están tan acostumbrados a la moderación que a ellos mismos les sorprendió el eufórico apoyo recibido en el Clásico ante el América). El llamado bajo perfil quizá no tenga mucho “punch” porque son más los aficionados que buscan encontrar modelos explosivos cuando asisten a los  estadios y en los que pocas veces intentan descifrar esquemas tácticos o digerir serenos el desarrollo de un encuentro. La afición futbolera estámás apegada al involuntario desfogue, aunque en ocasiones la sangre fría entregue mejores resultados deportivos. facebook.com/oscar.telemundo
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