¡Al doble es mejor! Gemelos Diablo, iguales, pero diferentes arriba del ring | VIDEO

Los luchadores norteños portan con mucho orgullo a un par de personajes icónicos del pancracio nacional.

Gemelos Diablo I y II | CMLL

Desde chavales, como si fuera su cruz, dirían por ahí, aunque en sentido positivo, a aquellos hermanos tamaulipecos parecían presagiarles lo que sería su futuro, el punto clave y culminante de sus vidas.

“Lo pensamos mucho, veníamos con otros nombres ya trabajados a la capital, pero creo que esto ya estaba escrito, porque yo recuerdo que cuando éramos chavitos, como de unos cinco años, los cuates de mi papá nos decían: ‘Miren, ahí vienen los gemelos diablo, como haciendo referencia a aquellos luchadores, parece que todo estaba destinado”, cuenta en entrevista con Sin Máscaras, Gemelo Diablo II, y su carnal, el I, comparte acerca de que son efectivamente dos personas iguales.

“Somos gemelos idénticos, la única diferencia es muy mínima, que tal vez alcancen a ver, es que yo soy un poco más alto que mi hermano”.

“Dicen que las cejas las tenemos diferentes, uno de más enojón y otro de más menso, él es el menso, pero dicen que las cejas es lo que más nos distingue”, agrega el menos alto, según la percepción de ellos mismos.

Herencia de familia

Como sucede en varios relatos del tipo, la estirpe marcó el camino de estos cuates, pues al venir de familia luchística, de pronto decidieron seguir los pasos de los jefes de la casa.

“Los dos empezamos a la vez, el mismo día comenzamos a entrenar, somos de familia luchística, mi abuelo fue luchador en los años 40 y 50, mi padre fue luchador en Matamoros, Tamaulipas, y también mi hermano mayor”, dice el primero de esta dupla.

“Viene de familia, desde muy chicos mi padre nos inculcó la disciplina del deporte, hasta que a la edad de 10 u 11 entrenamos, aunque mi papá no quería, nos decía que para qué, que mejor futbol o basquetbol, nosotros le decimos que era sólo ejercicio, pero se dio que estuviéramos en una exhibición y luego a la semana debutamos.

“Existe la conexión, aunque no decidimos ser luchadores para estar siempre juntos, cuando empezamos cada quien lo hizo por su lado, mi hermano era rudo, yo técnico, hasta que un día, después de cinco niños, decidimos juntarnos y no nos hemos separado”, agrega el segundo.

Portar los nombres, un compromiso

Los primeros Gemelos Diablo nada tienen que ver con estos chavales, pero ellos ondean con orgullo los nombres y se imaginan consiguiendo grandes glorias.

“Yo siempre he sido rudo, me han gustado las marrullerías, hasta que un día le dije a mi hermano que se viniera conmigo y que le sacáramos jugo a eso de ser gemelos.

“No existe ningún parentesco con los señores José y Alfredo Sánchez, los primeros Gemelo Diablo, el nombre nos lo dieron aquí en el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL), en la Arena México nos dieron la oportunidad”, lanza el primero.

“Claro que pesa, son nombres legendarios, con mucha historia y los hemos sabido llevar con mucho respeto arriba y abajo del ring, sí pesan demasiado, pero poco a poco vamos perdiendo ese temor a defraudar al público, porque creo que nos lo hemos ganado”, finaliza el dos, el de las cejas malignas.


  • Rodrigo Mojica
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