‘La lucha libre no es para una niña’; Black Fury, la luchadora que debutó a los 14 años

La gladiadora independiente revela en entrevista para Sin Máscaras que, en otra vida, se la pensaría mucho en ser parte de este deporte, más allá de que hoy es su gran pasión.

Black Fury, en mediotiempo | César Cerón

Las muñecas, la cocinita, el juego de té, y todos esos trebejos de cualquier niña de primaria, tuvieron que arrumbarse, guardarse en el baúl de las cosas de poco uso, en el cuarto de los tiliches, porque apenas a los 11, la vida le dio un vuelco; fue un despertar instantáneo, tal vez hasta incomprensible, pero siempre inmerso en lo ilusionante, porque más allá de los asegunes, dirían los abuelos, de eso se trata la lucha libre, de algo mágico y místico.

Black Fury, hoy convertida en madre y esposa, y como parte de un circuito en el que la libertad es la bandera a ondear, porque así se manejan los independientes, completó las líneas anteriores, pues desde muy chavita comenzó su relación con el bendito pancracio.

Una actividad recreativa, para darle vuelo a la niñez, para evitar aquello de la hiperactividad a una edad hasta cierto punto común en el segmento, en un parpadeo cruzó la línea y se instaló en la formalidad, en el profesionalismo, pero aún en esa etapa en que la consciencia es más bien divagante y nada analítica, porque los pensamientos llegan a ser incluso hasta atrabancados.

“La verdad no es que a mí me haya llamado la atención, empecé a entrenar este deporte por mi papá, comencé a entrenarlo aproximadamente a los 10 años de edad, así es que no tuve como una opción de poder decidir si quería ser una luchadora en ese momento, o entrenarlo; a mi papá, desde que estábamos pequeños mis hermanos y yo, le gustaba encontrarnos un deporte y primero estuvimos en el pentatlón.


Panchito Villalobos fue vecino de mi mamá hace muchísimos años y comenzó con un grupo de alumnos, puros niños como de 10 a 15, y se acercó a mis papás para hacer la invitación de que nos llevaran a entrenar lucha libre y ellos accedieron, así fue como conocimos este mágico deporte. Esos fueron mis inicios”, comparte en entrevista para Sin Máscaras la encapuchada.


“A todos en la familia nos gustaba, desde que tengo uso de razón éramos muy fans, a los cinco o seis años ya nos llevaban a las Arenas, en ese tiempo íbamos a AAA o al Consejo (CMLL), así es que sí éramos aficionados, pero jamás pensamos que en algún momento de nuestras vidas nos íbamos a dedicar a esto, yo jamás me imaginé que esto iba a ser como mi profesión o mi deporte, y que me apasionara tanto”, agrega.


Estreno a los ‘14’

¿Cómo es la vida de una niña luchadora? Fury, sin desparpajo y despojada de cualquier tapa, lanza que ni siquiera tendría que ser una opción en esos amaneceres, porque además el proceso natural da un salto inmisericorde, y entonces las decisiones toman una forma en las que se anteponen más bien las ganas de querer ser.


“El primer año fue como una mezcla de todo, porque voy a ser muy honesta, la lucha libre no es el deporte para una niña, yo creo que como todos los ambientes, tiene un lado oscuro, hay cosas malas, muchas cosas que como niña yo viví o pasé, que no debía haber vivido a esa edad, por ese lado entonces fue muy complicado, y como yo no tenía ningún conocimiento, creí que iba a ser muy fácil, porque tenía la ilusión, yo decía: ‘en poquito tiempo, le voy a echar muchas ganas y voy a llegar al Consejo, voy a llegar a AAA, y voy a lograr todas mis metas’, entonces el primer año de una niña de 14 fue estar muy feliz y emocionada, pero también pasar cosas que no debía, me salté etapas de mi vida.

“La verdad es que sí me costó años tomar esta decisión, primero que nada porque cuando comencé a entrenar era una niña, y no sabía lo que quería, a los 10 quién sabe qué es lo que quiere; así que fueron como tres que entrenamos con Panchito Villalobos, mi hermano el que es mayor a mí, y yo, durante ese tiempo la verdad es que lo hacíamos precisamente por disciplina, lo hacíamos porque nuestro papá nos llevaba al entrenamiento y teníamos que cumplir, pero yo creo que a mí desde el primer mes me encantó, aunque recuerdo que en el día uno terminamos llorando y le dijimos a mi papá que ya no queríamos regresar, terminamos realmente mal. Mi papá nos pidió que probáramos un mes, y que si no nos gustaba ya buscaríamos otra cosa; pero bastó un mes para que nos atrapara, para adentrarnos”.

El momento de Black Fury

Antes de sus 15, un número mágico entre varias adolescentes, por la fiesta y el baile con los chambelanes, Black ya pensaba en liarse con una oponente arriba de un cuadrilátero, pues había tomado la alternativa como luchadora.

Y desde ese estreno en un encordado, a partir de una presentación en forma, se apareció por primera vez Black Fury, el personaje con el que igual ha vivido ese proceso de niña a mujer.

“Fue como a los 13 años que decido sí dedicarme a esto, y tuve la oportunidad de debutar como a los 14, ya ser parte de este ambiente, la verdad es que desde la primera vez que tuve un encuentro profesional arriba de un ring, ya con máscara y equipo, pues me di cuenta que sí quería ser luchadora.


“Yo creo que mi personaje nació una semana antes de mi debut; Black Fury es un personaje que mi primer profesor me quería otorgar para el día en que yo debutara, él me lo mencionaba cuando yo entrenaba, lamentablemente falleció antes de que yo me presentara, entonces él ya no pudo ver que lo portara.


“La semana antes de mi debut fue muy estresante, porque fue con mi siguiente profesor, y la realidad es que todos éramos debutantes, no teníamos algún nombre, nadie tenía idea, y fue cuando me decidí a usarlo, como un homenaje y porque también no tenía ni idea de algún otro”.

Y con ese conocimiento en cero y con pocas ideas respecto a cómo personificarlo, con el caminar de las manecillas le pudo poner su toque y es una gladiadora que logró esa conexión con el respetable, tan necesaria en pos del éxito.

“En un inicio no sabía cómo iba a representar a Black Fury, porque no está diciendo algo, como por ejemplo cuando salió Sexy Star, ella sabía que se iba a enfocar en su estrella; y fue después de que no tenía ni idea, que decidí inspirarme en la frase de la Furia del Dragón, que es muy famosa, y decido que me representen los dragones, entonces en mis máscaras, en mis equipos de lucha, siempre hay un dragón.


“Al principio recibí bullying de los propios compañeros por el nombre, porque me decían que era para un varón, que es muy fuerte, pero creo que tuvo mucho ángel y al público le gustó, lo aceptó”, comparte.

No lo volvería a hacer

La respuesta dista mucho de la constante entre el nicho, porque cada historia tiene sus letras, sus comas, sus puntos, su desenlace y, en el caso de la esteta capitalina, se la pensaría dos veces en volver a tomar esta ruta de los costalazos, pues más bien no lo intentaría, porque sus líneas además se adelantaron en el tiempo, y de paso aconsejaría a su pequeña yo a vivir su proceso, poco a poco, sin volarse.

“Obviamente intentaría detenerla, antes de dar un mal paso o de pasar algo que no haya querido vivir, le diría que se enfocara en otras cosas, yo me enfoqué en sólo ir disfrutando lo que hacía, realmente no me enfoqué en llegar a una empresa, no tuve buenas decisiones, como por ejemplo con gente a la que me acerqué, tal vez perdí mucho tiempo con personas que ni siquiera eran mis verdaderas amistades, y que ni siquiera me ayudaron a llegar a ningún lado, y por mi camino pasó gente que tal vez sí pudo ayudarme a llegar a algún lugar. Le diría eso, dónde no cometer el error y a qué enfocarse.

“Creo que no volvería a ser luchadora en otra vida, creo que si tuviera la oportunidad de saber qué es lo que va a pasar con Black Fury de 13 años, elegiría otro camino”, finaliza.

¿Qué es Sin Máscaras?

Sin Máscaras es un programa dedicado a la lucha libre, un deporte icónico de la gran nación mexicana. La tradición del pancracio es contada por los protagonistas, con entrevistas en las que puedes conocer más de tu luchador favorito. Esta emisión la puedes seguir en las plataformas digitales de Multimedios; una pieza en la que participan en sinergia Milenio La Afición y mediotiempo, la propiedad deportiva digital número uno de México.


  • Rodrigo Mojica
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