Travieso Arce y el día que peleó noqueado: ‘Yo decía, por qué me quiere pegar este cab…’
El expeleador mexicano reveló sobre la reyerta en la que más la padeció, pues hasta llegó a perder la consciencia y la noción del tiempo.
Jorge “Travieso” Arce, un boxeador que, más allá de sus gestos técnicos o estilo, tendría que ser enlistado entre los máximos exponentes en la historia del boxeo mexicano, bien podría animarse a hacer la película de su vida, o un libro en donde relate todo lo que pasó en esa ruta boxística.
Arce, un tipo colorido, valiente, y que fue en contra de la corriente, porque además tuvo que sortear estar en el ojo crítico de quienes son expertos en estos menesteres, sin dudar en siempre intentarlo, sin importar las carencias que le decían tenía, en uno de tantos capítulos que pudo rubricar, contó uno que raya en lo dramático.
Perder la consciencia, tal vez hasta la memoria, la noción del tiempo, lo cierto es que Jorge, recordó, aunque se lea trillado, cuando en una pelea, literal, combatió en otra órbita, fuera de sí, y hasta delirando, porque él se creía en un escenario que nada que ver.
En entrevista con Erik “Terrible” Morales para Un Round Más, rememoró un enfrentamiento en el que estaba más bien nublado.
¿Contra quién perdió la noción El Travieso?
Era 1999, duelo por el título Minimosca de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) ante Michael Carbajal, y entonces Arce vivió las de Caín, porque prácticamente se aventó toda la batalla noqueado.
“Es el boxeador que más duro me ha pegado en toda mi vida, donde me pegaba no sabía de mí, donde me pegaba, sentía que me explotaba un cuete en mi cabeza, miraba negro, y yo decía, ‘con qué me pegó este cabrón’; volteaba a verlo, y pensaba, ‘por qué trae guantes’, y como me tiraba de chingadazos, yo lo abrazaba, ‘me quiere pegar este cabrón, está loco, le voy a decir a la policía que me quiere pegar’; y cuando reaccionaba, como que ya me acordaba que estaba boxeando, y me empezaba a mover, pero es el boxeador que más duro me ha pegado en mi vida”.
¿Cuál fue el desenlace de aquel combate?
Travieso, como era de esperarse, perdió ante el estadounidense, quien era apodado el Manitas de Piedra, porque además todo el tiempo estuvo en una realidad muy distinta, siempre opuesta.
“Estaba llorando en mi camerino, muy triste, porque había perdido, una pelea que llevaba ganada de calle, durante 10 rounds le pegué una golpiza, pero en el último, de un golpe me noqueó. Empecé a boxear bien bonito, entonces en el primero me pegó un derechazo, y no supe de mí; me senté y el papá de Erik Morales me echó en la esquina agua helada, y me dice, ‘oye cabrón, estás boxeando bonito, muévete’, se supone que tenía que ver el round dos, y cuando suena la campana, de repente vi el tres, pero yo pensaba que seguía el dos”.
Incluso, comparte que se le borró que lo habían tirado en el sexto, y que en cada asalto le pasó lo mismo, de ver una imagen con el número que seguía, pero él siempre pensando que había completado otro episodio y que faltaba mucho para el final.
“¿Ya me tumbó?, pregunté en la esquina, y me pidieron que subiera mi mano para que ya no me pegaran en la cabeza, entonces seguí boxeando, ni me acordaba de la pelea, estaba noqueado totalmente, pregunté que cómo iba, y me insistían con que subiera la mano, pero yo veía a mi rival inflamado de los ojos, le había dado una golpiza, lo traía todo sangrado, dije, ‘pues lo voy a noquear’, y en un intercambio él fue quien me noqueó y pararon la pelea.
“Estaba muy triste, llorando en mi camerino porque había perdido, y no me acordaba de nada, no sabía lo que pasaba; después me paré y le dije a mis hermanos, ‘qué, a qué hora empieza mi pelea’, y uno de ellos me respondió: ‘estás bromeando wey, ya peleaste’”. Había sucumbido y combatido noqueado.