Columna de Caleb Ordoñez

Para triunfar, cerremos nuestros oídos

Hace poco más de tres años el país entero conocía a Alexa Moreno, nacida en Mexicali, Baja California y orgullosa cachanilla. En ese entonces, la gimnasta que participaba en los Juegos Olímpicos, acaparaba la atención del mundo, más allá de su talento, por su aspecto físico.

Los comentarios en redes sociales estaban llenos de la crueldad, misoginia y estupidez. De pronto algunos bufones, de esos que abundan en Twitter y Facebook se lanzaron a partir de su mediocridad, para criticar el físico de quien quedara en octavo lugar de la disciplina.

Alexa fue criticada por tener “cara de mexicana” ¡por sus mismos «compatriotas»! Algunos, decían que ganaría mejor en una competencia de tacos. Gente que no es la mejor del mundo en nada, que no ganaría un solo aplauso en la competencia en la que Alexa se presentó.

Lo que se destaca por estos últimos años, es que Moreno ha callado las bocas insultantes en su contra, con triunfos inimaginables para México, en un deporte como la gimnasia. En la Copa del Mundo de Gimnasia Artística de Anadia, Portugal, celebrada en 2016, Alexa obtuvo la medalla de plata en su especialidad de salto de caballo, siendo la primera vez que un atleta mexicano ocupara un podio en la historia de ese deporte. Además obtuvo la medalla de bronce en el campeonato mundial de Doha, Qatar, el tercer lugar en la Copa del Mundo de Azerbaiyán y su boleto a los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020.

Alexa es un orgullo para el país, a tal grado que ha sido elegida el premio nacional de deportes 2019. Todas esas burlas acumuladas durante años, hoy se han convertido en aplausos.

Aprender a desaprender

El ejemplo de Alexa queda marcado para siempre como un testimonio vivo de que el bullying y el acoso puede ser vencido a través del esfuerzo, la valentía y la determinación.

Hoy en día es común escuchar de cómo cada vez más jóvenes, las personas deciden claudicar porque nadie los apoyó o no tuvieron lo suficiente para lograr un sueño que prefieren no retomar por temor a revivir esa sensación de frustración que nos causa el sentirnos derrotados.

La motivación no sirve de mucho, aunque nos levantemos cada mañana con las mismas frases optimistas y busquemos sonreír todo el tiempo, en ocasiones lo que nos hunde es sentirnos incapaces por algo o alguien que en el pasado, marcó nuestro futuro.

Para triunfar, es necesario dejar de escucharlo todo, tanto aplausos como críticas. Y es que lo que está registrado y almacenado en nuestro cerebro es capaz de desalentarnos o disuadirnos de mejores ideas.

Esto tiene una explicación científica, pues en un lugar de la mente, tenemos una región nuclear cerebral llamada el hipocampo, ahí están guardados nuestros recuerdos, nuestras emociones y aprendizajes. Ahí tenemos enredadas nuestras creencias y temores.

Los animales funcionan tan distinto al ser humano que si una cebra se encuentra con un león, su cuerpo recurrirá a todo a fin de salir con vida, la adrenalina correrá intensamente y si logra librarse de ese peligro, cuando se sienta fuera de peligro, seguirá pastando tranquilamente o divagando por una pradera. Sin embargo, si un día a alguno de nosotros se nos presentara la misma realidad, nuestra mente quedaría marcada para siempre al ver a un león, una carga sentimental quedaría instaurada para siempre.

Cada vez que pensamos en emprender algo o buscar una mejor realidad, el hipocampo podría jugarnos en contra, pues nos recordará las veces que intentamos y fallamos. Entonces esa voz interna que nos desmotiva “ya lo intentaste y no pudiste güey”, tiene todo que ver con que tengamos una serie de recuerdos y reacciones que fueron almacenados y nos causaron un impacto a tal grado que quizá no tiene detenidos o paralizados.

Por todo esto es importante, más allá de aprender, desaprender. Vaciar nuestra mente hacia los recuerdos y voces que nos hacen menos. En ocasiones, esas voces son las de nuestros padres o de la persona que más amamos; esa carga es aún más pesada que la de los enemigos que podemos ir conociendo en nuestra vida.

La oportunidad es ahora

La capacidad infinita que tenemos todos por reivindicarnos y empezar de nuevo tiene que ver con enfrentarnos a nuevos retos, sin las ataduras del pasado.

Quizá nunca estemos en la misma condición de Alexa Moreno para enfrentarnos a críticas tan desmedidas y el trauma de la crítica desmedida, que podrían deprimirnos fácilmente. Sin embargo, todos tenemos el reto de sacudir nuestra mente y reinventarnos diariamente. Pues todo lo que aprendimos del pasado nos debe hacer más humildes, pero nunca más derrotados.

La clave está en vivir sin temor, potenciar las emociones, movilizar nuestro cerebro y llenarlo de endorfinas, serotonina, dopamina y oxitocina. Empecemos perdonando nuestro pasado y quienes lo dañaron. Agarrando los tenis y saliendo a correr, una vez más, hasta olvidar nuestros pensamientos.

Se trata de amar intensamente y retomar los sueños que nunca debiste haber archivado por culpa de las palabras que te criticaron.

Si respiras, aún tienes esa capacidad.


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