Fue al balón

Gatopardismo de las Selecciones Nacionales

El rotundo y sonoro fracaso de la Selección Nacional de México en el Mundial de Qatar 2022 exigía, como ofreció (o pareció) la Federación Mexicana de Futbol, un análisis transparente, integral, nítido y que reflejara los aprendizajes para lo que venga.

¿Cuáles aprendizajes? Ya veremos lo oficial, pero a la vista: una elección argumentada y alejada de los lugares comunes, lo que muchas veces se obvia según el currículum del personaje, a prueba de los porqués. A la vista: claridad del escalafón, o dicho de otro modo, a qué amo le rendirán cuentas, ¿al amo deportivo o al amo económico?

A la vista: perfilar a los candidatos con probada trayectoria exitosa, estructurados y con un plan a largo plazo, sustentado en los resultados a prueba de excusas según los objetivos, así como la relevancia de lo ganado y perdido. Y a la vista: sea quien sea, surgido de un proceso cuyo interés de gloria deportiva se priorice (por primera vez) sobre la recaudación económica.

Hoy sabemos que eso no sucederá, hoy sabemos que las elecciones del director técnico y del director general de Selecciones Nacionales serán el resultado del deseo de quienes están para cuidar el estado bancario, que es lo que les importa respecto del Tricolor. Un grupo que es el que controla el futbol mexicano y ha demostrado que en Selecciones, deportivamente, fracasan una y otra vez.

¡Miren nada más! Tanto así, que la mayoría de los dueños de clubes no han sido informados ni han sido citados para discutir el perfil del director general de Selecciones Nacionales, mucho menos el de técnico del Tricolor. No esperan nada distinto de aquí a la Copa del Mundo 2026, cuyo éxito económico está garantizado, ¿pero el deportivo?


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