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Activision, la nueva joya de Microsoft

No había amanecido en Seattle el pasado 19 de enero, cuando Phil Spencer publicaba en sus redes sociales la adquisición de Activision-Blizzard por parte de Microsoft, lo que se traduce en la transacción más importante para la empresa fundada por Bill Gates, al desembolsar $68.7 mil millones de dólares de contado, sin recurrir a algún tipo de crédito.

¿Es antimonopolio?

El señor Spencer ha seguido al pie de la letra su discurso, en la tónica de las declaraciones que realizó a finales del año pasado, afirmando que no se pondrían límites para hacerse de otras compañías siempre y cuando existiera alguna oportunidad, y así lo han vuelto a poner en marcha.

La referida transacción generó polémica respecto a si se estarían violando las leyes antimonopolio, sin embargo, no existen evidencias para afirmarlo. En primer lugar, porque la división de gaming de Microsoft pasaría a posicionarse en tercer lugar en cuestión de ingresos detrás de Tencent y PlayStation.

Complementando lo anterior, la industria de los videojuegos está conformada por múltiples participantes como Amazon, Apple, Google, y Nintendo, por mencionar algunos, cuyas cuotas de participación de mercado, incluida la de la nueva fusión, no incurren en la violación de las leyes de libre competencia.


En segundo término, una transacción de la envergadura como la que se ha ejecutado, lleva un análisis previo sumamente minucioso, donde se evalúan los impedimentos legales, contables y comerciales, además de proyectar cuáles serán los beneficios y la amortización de la operación en el mediano y largo plazo.

De esta manera, Xbox Game Studios ahora tendrá más de treinta equipos creativos para desarrollar nuevas experiencias y ha agregado múltiples franquicias en su portafolio, incluyendo Call of Duty, Crash Bandicoot, Diablo, Overwatch, Spyro y Warcraft, así como otras que han quedado en el olvido: Blackthorne, Geometry Wars, Gun, Hexen, Pitfall y The Lost Vikings.

Tampoco hay que dejar a un lado a King, la filial encargada de Candy Crush, la cual obtiene beneficios millonarios en el mercado móvil. Con esta rama de negocio, Microsoft podrá competir con EA, Ubisoft y Take-Two Interactive en ese lucrativo segmento.

La apuesta por Game Pass seguirá más fuerte que nunca y se espera que las cifras de crecimiento superen a las del año pasado (39%), toda vez que los títulos actuales de Activision-Blizzard hagan su arribo al servicio de suscripción y con el paso del tiempo desembarquen nuevas producciones en el día uno.


La inquietud generada por la distribución multiplataforma de sagas como Call of Duty, tiene como antecedente que Microsoft ha respetado todos los acuerdos comerciales que tenía previos a sus compras, tal y como lo hizo con Deathloop, Outer Worlds o Psychonauts 2.

Si bien es una realidad que algunas franquicias podrían pasar a ser first party, es previsible que otras licencias sigan los pasos de Minecraft, la cual está disponible en diversos dispositivos y ha beneficiado comercial y mediáticamente a todos los participantes.

En los últimos años, Xbox ha reforzado su estrategia por el sector de los videojuegos y eso es una gran noticia para los gamers, pues a mayor competencia, los diferentes participantes del mercado tendrán que ofrecer alternativas que suban el listón de la innovación, interconectividad y se vuelvan más amigables con los consumidores. Apenas vamos en enero y los siguientes meses serán apasionantes.

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