
La dictadura del Vasco y la división de clubes que pega al mercado local
División de clubes le pega al mercado interno
El futbol mexicano está más dividido que nunca. A nivel directivo la camaradería que se tenía, que se presumía desaparece día a día. Entre señalamientos, indirectas, amenazas, “periodicazos”, la estructura de negocio se ve afectada, ya que el doble mercado que se tenía o mercado interno para futbolistas mexicanos está en peligro.
Este mercado que tenía o tiene de clientes a los clubes más ricos del futbol nacional y que cada torneo se daban la oportunidad de una compra cara ya sea a Necaxa, Pachuca, Xolos, Gallos, Puebla se está extinguiendo luego de la división proclamada por el G-8 (Pachuca, León, Chivas, Toluca, Monterrey, Tigres, FC Juárez, San Luis).
Esta separación ocasionó que el mercado se partiera de igual manera y ahora es muy complicado que las negociaciones entre grupos lleguen a buen puerto, ya que difícilmente se hablan. Y más luego de episodios como el comunicado del Club América acusando a Grupo Pachuca de las filtraciones para dañar a su portero Luis Ángel Malagón, o el tema del Mundial de Clubes y la no participación del León que trajo la participación de las Águilas en un juego de repechaje.
La realidad es que el mercado interno va lento y sólo algunos equipos que no entran en conflicto podrán negociar tranquilos, tema de Cruz Azul y Necaxa, que están en contra del G-8 y prefieren el actual manejo del futbol mexicano, o del otro lado Chivas, Pachuca y Juárez, quienes se han prestado jugadores para el Mundial de Clubes.
Aguirre y sus muestras de control y poder
La disciplina se sale de lo normal, lo que siempre y cada vez que llega de “bombero” un entrenador a la Selección Mexicana es quitar y eliminar los grupo de poder e imponer “nuevas” reglas, métodos de trabajo y comunicación para el grupo o llamando a nueve jugadores para inmiscuirlos en el día a día y equilibrar la balanza, y esta misma situación se ha repetido en tres ocasiones con Javier Aguirre en el Tri, con Miguel Herrera, y con todos y cada uno de los que han llegado a dirigir de emergencia.
En esta ocasión, el legado de Juan Carlos Rodríguez y todo el entorno inmediato de Jaime Lozano, Javier Aguirre lo convirtió en una dictadura absoluta, al grado de generar un sentimiento de duda, miedo, incertidumbre a la hora de consultarlo como jugador, ya que a nivel directivo el control lo tiene el entrenador, al no tener a nadie ni una sola figura de peso que le imponga o que le cuestione o diga algo.
La frase: “A mi me dejan tranquilo y trabajar o aquí está su Selección”, se volvió una decisión incómoda a la interna y muy dura de mediar. Esto se ha convertido en lo que tenía Ricardo La Volpe con sus cuatro jugadores de confianza que decidían todo (Rafa Márquez, Oswaldo Sánchez, Jared Borgetti y Pável Pardo), y por ello la llegada de Jorge Campos para el Mundial de Alemania en un intento de equilibrar las cosas.
O lo que Hugo Sánchez tenía con Cuauhtémoc Blanco y Nery Castillo. Juan Carlos Osorio con Miguel Layún y Javier Hernández, y así el eterno dilema de liderazgo y manipulación en la Selección Mexicana que a un año del Mundial pesa más de lo necesario.
Rubén Rodríguez es uno de los grandes insiders de la Selección Mexicana y del futbol mexicano. Te mantendrá informado sobre lo más relevante que esté sucediendo en nuestro balompié.
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