
El valor detrás del éxito
Sin duda, todo mundo busca el éxito, o tener éxito; y aunque aún no tengo muy claro que significa esto, ciertamente las personas lo buscamos y trabajamos para obtenerlo. Algunos dirían que el éxito es llegar a la meta, obtener una remuneración económica, la felicidad, tener una familia, subirse al pódium, quedar campeón o llegar en primer lugar, yo que sé; hay tantas definiciones de éxito que cada quién la interpreta a su manera.
De lo único que estoy seguro es que eso que cada quién llama éxito, provoca una satisfacción absoluta y un estado de plenitud indescriptible. El éxito por sí sólo ya representa un logro, que al ser el deseado, inunda nuestra mente y corazón de emociones y pensamientos muy positivos. Pero hay ocasiones en las que el resultado no es el que nos hubiera gustado, y no por eso deja de ser un éxito.
Y es que el éxito no es el resultado, y muchas veces interpretamos que para ser exitoso o tener éxito, debemos ser el mejor, quedar campeones, llegar en primer lugar, colgarse una medalla o ser el mejor pagado de la liga. Tenemos la mala costumbre de pensar que el éxito es el resultado, y creo que el éxito, el valor detrás del éxito, está en el proceso.
Detrás de eso tan valioso que llamamos éxito, están los hábitos y valores que nos hicieron alcanzar nuestros sueños, y que siguen existiendo aún si el resultado no fue el deseado.
Un corredor que compite para un maratón se ha levantado durante ocho meses a entrenar, comió saludablemente, descansó, procuró tener hábitos y valores que lo pusieran en condiciones de competir. No llegó en el lugar que quería, no se subió al pódium, y no por eso deja de ser un éxito, pues el valor detrás del éxito está en esos hábitos y valores que durante meses arraigó en lo más profundo de su ser y que guiaron sus esfuerzos buscando una meta. Aunque no haya llegado en primer lugar, todos los hábitos y valores que ya forman parte de él son los que componen el valor detrás del éxito.
El resultado depende de muchísimos factores que están fuera de tu control, pero el proceso si depende de ti, y ese es el verdadero éxito, hacerte de hábitos y valores que hagan de tu camino una experiencia plena y satisfactoria, porque al final de día el éxito, insisto, no es el resultado, es en quien te convertiste buscando tenerlo.
Solemos tener una visión muy limitada del éxito pues lo etiquetamos o interpretamos solo a partir del resultado.
Es tiempo de expandir nuestra visión y ver que el verdadero éxito es aquello que se queda para siempre, y eso tiene que ver con lo que soy, con lo que hago, con mis hábitos y valores, y en el deporte, como en muchas otras actividades de la vida, los hábitos y valores, nos acercan o alejan del resultado deseado.
Y recuerda… ¡Siempre es posible!
TEXTO: David Vila
@SportsJunkie_MX
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