Futbol
Editorial Mediotiempo
Columna de Mauricio Cabrera Editorial Mediotiempo

Males comunes

El mundo del futbol es más pequeño de lo que puede apreciarse a simple vista. Suficiente es con leer diarios de distintos países para darse cuenta de que el balón y sus diferentes componentes tienen problemáticas semejantes, sin importar que entre una nación y otra haya miles de kilómetros de distancia.

Como si de situaciones espejo se tratara, nos encontramos con que Alfio Basile pelea contar con sus jugadores durante tres días a la semana, mientras que en México hasta Jesús Ramírez, director de las selecciones menores, tiene que andar aguantando golpes bajos para integrar a la representación sub 20… En España, Fabio Capello veta a la prensa y se producen notables manifestaciones en su contra; en nuestro país, basta con que nuestro timonel nacional arroje un poco de agua a los representantes de los medios para que se incremente radicalmente el grado de animadversión hacia él.

Son ingredientes del deporte más famoso del mundo, dirán algunos. Lo cierto es que la constante e interminable repetición de conflictos como los citados invitan a reflexionar sobre las razones que originan los mismos y sobre posibles soluciones, porque la poca originalidad de los casos no necesariamente implica que se trate de males menores o de situaciones que deban mantenerse sin atención.

Los clubes que se niegan a ceder jugadores constantemente son criticados por aficionados y medios. Nos brota el sentimiento nacionalista y exigimos que dejen trabajar a los seleccionadores nacionales. Pero también está la otra visión, la de las instituciones que pagan sueldos millonarios y buscan recuperar o hacer rentable su inversión; quiérase o no esa es la premisa fundamental de toda empresa.

¿Cómo encontrar el punto de equilibrio? Apelando a una calendarización que no sature al futbolista, que respete el desgaste de los profesionales que prestan sus servicios en la cancha y que opte por la calidad en lugar de la cantidad. Sabemos que eso no pasará a mediano plazo; sin embargo, vale la pena recordar que hay aspectos en los que no se está trabajando de la manera correcta.

Son demasiadas competencias de nivel regular a bajo. Quiero pensar que los aficionados se dan cuenta. Para muestra están las bajas asistencias a los diferentes estadios en que se ha llevado a cabo el Interliga. Ni el arraigo del América ni la presencia de clubes cercanos a la frontera han logrado que nuestros paisanos se interesen por ver un torneo que no respeta la limpieza y el porte que debe tener una justa avalada por un futbol que sueña con estar entre los mejores del mundo.

En lo que respecta a Capello y las restricciones a los medios, lo entiendo completamente. Debe ser difícil aguantar las descalificaciones de los medios, y en ese sentido se le puede justificar. Además, nada como un entorno tranquilo para reencontrar el camino de la victoria. Aplica lo mismo para los demás técnicos. La prensa tendrá que respetar la decisión, pero los estrategas deben comprender que la única manera de acallar las críticas es con resultados positivos. Lo demás sale sobrando.

¿Qué sería del futbol sin este tipo de controversias? Cuesta imaginarlo, de lo que sí estoy seguro es de que mientras haya emociones en la cancha, todos estaremos con una sonrisa cada fin de semana.

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