Futbol
Javier Balseca
Los dineros del deporte Javier Balseca

¿Quiénes son los dueños de las franquicias de NFL y de cuánto es su fortuna?

Ciudad de México

La NFL no solo es la liga deportiva más poderosa del planeta por ingresos y organización, también es un exclusivo club de élite donde únicamente 31 personas o familias tienen una membresía imposible de comprar en cualquier otro mercado: la propiedad de una franquicia. Ser dueño de un equipo de la NFL no es únicamente un símbolo de prestigio, sino la llave a un negocio que genera más de $ 21 mil millones de dólares anuales y que continúa expandiéndose globalmente.

Detrás de cada uno de los 32 equipos hay historias de fortunas construidas en industrias tan diversas como el petróleo, el gas, la construcción, las telecomunicaciones, la moda, los bienes raíces y hasta la tecnología. Algunos dueños heredaron sus equipos de generación en generación como parte de un legado familiar; otros, en cambio, aprovecharon su visión empresarial y un momento estratégico para invertir en una franquicia que, con el tiempo, se ha revalorizado de forma exponencial.


Esta semana arranca una temporada más, la 2025, y con este pretexto, con este artículo y, seguramente en otras entregas, exploraremos quiénes son los dueños de las franquicias de la NFL, de dónde provienen sus fortunas y qué estrategias financieras, familiares y de negocios han utilizado para mantener —y en muchos casos multiplicar— su poder dentro de una liga en la que ser propietario es tan complicado como ganar un Super Bowl.

Comentamos 31 dueños porque en una liga dominada por multimillonarios y dinastías empresariales, los Green Bay Packers representan una excepción histórica y romántica: son el único equipo de la NFL que no pertenece a un individuo o familia, sino a la comunidad. Desde 1923, la franquicia se constituyó como una corporación sin fines de lucro, propiedad colectiva de cientos de miles de aficionados que, a través de la compra de acciones, se convirtieron en socios del equipo. Actualmente, más de 530,000 accionistas forman parte de esta estructura única en el deporte profesional estadounidense.

A diferencia de otros clubes, las acciones de los Packers no generan dividendos ni se pueden vender en el mercado abierto; su valor es simbólico y otorga únicamente el orgullo de ser “dueño” de un pedazo de historia. Cada cierto tiempo, el equipo abre nuevas rondas de venta de acciones, y los fanáticos responden masivamente, no como inversión financiera, sino como muestra de identidad y pertenencia.

Este modelo ha permitido que los Packers permanezcan en Green Bay, una ciudad de apenas 100,000 habitantes, lejos de los grandes mercados que suelen atraer a la NFL. El equipo es administrado por un consejo directivo y un presidente elegido por los accionistas, garantizando transparencia y decisiones enfocadas en la estabilidad de la franquicia más que en el beneficio económico de un solo dueño.

Gracias a este esquema, los Packers no solo se han mantenido competitivos en la era moderna de la NFL, sino que también han preservado una conexión única con sus aficionados, quienes pueden decir, con total literalidad, que el equipo es suyo.

La posición 31, el caso de los Cincinnati Bengals es muy particular dentro de la NFL porque su dueño, Mike Brown, no llegó a la franquicia a través de una gran compra ni por la vía de una herencia empresarial multimillonaria, sino como parte del legado familiar directo de uno de los personajes más influyentes en la historia del fútbol americano: Paul Brown. Paul fue fundador y primer entrenador de los Bengals en 1968, tras haber sido despedido de los Cleveland Browns —equipo que él mismo había creado años antes—. A su muerte en 1991, su hijo Mike Brown heredó la mayoría de las acciones de la franquicia, convirtiéndose en propietario y presidente del equipo.

A diferencia de otros dueños que cuentan con fortunas diversificadas en industrias externas al deporte, la riqueza de Mike Brown proviene casi exclusivamente de los Bengals. Su patrimonio está íntimamente ligado al valor de la franquicia, que en 2024 Forbes estimó en alrededor de $ 4,000 millones de dólares, muy por encima de los $ 7.7 millones que costó establecer al equipo en sus orígenes en los años sesenta. Brown, sin inversiones de gran escala fuera del fútbol, representa un modelo más “tradicional” de dueño: alguien cuyo poder económico depende directamente del desempeño y la evolución del negocio dentro de la NFL.

Durante años, Mike Brown fue objeto de críticas por su estilo de gestión, considerado conservador y reacio a gastar agresivamente en agentes libres o en infraestructura de primer nivel. Bajo su mando, los Bengals atravesaron varias décadas de bajo rendimiento deportivo, ganándose la reputación de franquicia poco competitiva. Sin embargo, con la llegada de Joe Burrow en 2020 como mariscal de campo franquicia, la narrativa ha cambiado: los Bengals alcanzaron un Super Bowl en 2022 y se consolidaron como contendientes de la AFC, lo que aumentó de manera exponencial el valor y prestigio de la organización.

Hoy, Mike Brown sigue siendo una de las figuras más veteranas entre los dueños de la NFL, manteniendo un control férreo de la franquicia junto a su familia. Aunque su fortuna personal no se compara con la de magnates petroleros, inmobiliarios o tecnológicos que abundan en la liga, su permanencia demuestra cómo la NFL ha convertido a incluso a dueños de perfil bajo en multimillonarios gracias a la expansión global y al imparable crecimiento del negocio.

La posición 30 es de Los Pittsburgh Steelers, son una de las franquicias más emblemáticas de la NFL y su historia está íntimamente ligada a la familia Rooney, que ha estado al frente del equipo desde su fundación en 1933. El actual presidente, Art Rooney II, nieto del legendario fundador Art Rooney Sr., asumió la presidencia en 2003, continuando con el legado familiar. A diferencia de otros dueños que llegaron a la liga mediante compras millonarias, los Rooney han construido su influencia a lo largo de generaciones, consolidando a los Steelers como un equipo con identidad, tradición y una de las aficiones más apasionadas.

Art Rooney II se hizo del control operativo de los Steelers tras la reestructuración accionaria que vivió la franquicia en 2008, cuando varios de sus familiares decidieron vender su parte. En ese momento, para cumplir con las reglas de la NFL que exigen un dueño mayoritario con al menos el 30% de participación, Art Rooney II lideró la compra de acciones junto a su tío Dan Rooney, garantizando que la familia mantuviera el control de la franquicia.

La fortuna de Art Rooney II está ligada directamente al valor de los Steelers, estimado por Forbes en alrededor de $ 4,600 millones de dólares en 2024, muy lejos de los $ 2,500 dólares que pagó su abuelo en 1933 para fundar el equipo. A diferencia de otros propietarios que diversifican sus negocios en sectores externos como energía, bienes raíces o tecnología, el peso económico de los Rooney se centra en el propio crecimiento de la NFL y en la consolidación de Pittsburgh como una de las franquicias más exitosas.

Bajo el liderazgo de Art Rooney II, los Steelers han mantenido su reputación como una organización estable, con pocos cambios en su estructura y con la continuidad como sello distintivo: apenas tres entrenadores principales desde 1969, una rareza en la NFL. Su filosofía de estabilidad y construcción a largo plazo ha permitido que el equipo se mantenga competitivo, sumando títulos, presencia en playoffs y una cultura que trasciende lo deportivo. Aunque no siempre son los más agresivos en gastos, los Steelers representan un modelo de consistencia que ha sido clave para convertirlos en una de las marcas más valiosas del deporte mundial.

La posición 29 pertenece a Los Chicago Bears, los cuales son una de las franquicias fundadoras de la NFL y su historia está profundamente ligada a la familia Halas. La actual dueña, Virginia Halas McCaskey, es la hija de George Halas, el mítico “Papa Bear” que no solo fundó el equipo en 1920, sino que también fue jugador, entrenador y pionero de la liga. Virginia heredó la propiedad del equipo en 1983, tras la muerte de su padre, convirtiéndose en la figura principal de la franquicia. Desde entonces, la familia McCaskey ha mantenido el control, siendo Virginia la accionista mayoritaria y una de las personalidades más respetadas de la NFL.

Cuando George Halas compró el equipo en 1920 —entonces conocido como los Decatur Staleys—, la inversión fue de apenas 100 dólares, un contraste impresionante con el valor actual de la franquicia. Según Forbes, en 2024 los Chicago Bears estaban valuados en aproximadamente $6,300 millones de dólares, colocándose entre las organizaciones deportivas más valiosas del mundo. La fortuna de Virginia Halas McCaskey proviene directamente de esa propiedad; a diferencia de otros dueños con emporios en sectores como petróleo, tecnología o bienes raíces, su patrimonio está ligado casi por completo al crecimiento de los Bears y de la NFL.

Aunque Virginia, con más de 100 años de edad, ya no está involucrada en la gestión operativa diaria del equipo, sigue siendo una figura simbólica de gran peso. El manejo cotidiano de la franquicia recae en sus hijos y nietos, principalmente George McCaskey, quien funge como presidente del equipo. La familia ha sido criticada en varias ocasiones por no modernizar suficientemente la estructura de la organización y por la falta de títulos recientes —el último Super Bowl ganado fue en 1985—, pero los Bears continúan siendo una de las marcas históricas y más seguidas en el deporte estadounidense.

El caso de los Chicago Bears demuestra cómo un equipo fundado con una inversión mínima en los inicios de la NFL se transformó, bajo el resguardo de una misma familia durante más de un siglo, en un gigante económico y cultural. La longevidad de Virginia Halas McCaskey y su legado son testimonio vivo de la evolución del fútbol americano, desde un deporte regional hasta el espectáculo global que es hoy la NFL.

En el lugar 28, Los Minnesota Vikings son propiedad de Zygi Wilf y su familia, empresarios de origen judío-polaco que emigraron a Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial. Zygi, junto a su hermano Mark y otros socios, adquirió la franquicia en 2005 por aproximadamente $ 600 millones de dólares, después de que el entonces dueño Red McCombs pusiera el equipo a la venta. Su fortuna proviene principalmente del negocio inmobiliario: la familia Wilf es propietaria de Garden Homes, una empresa desarrolladora de bienes raíces fundada por el padre de Zygi, que con los años se convirtió en un imperio de miles de propiedades residenciales y comerciales en Nueva Jersey y otros estados.

Hoy, casi dos décadas después de la compra, la inversión de los Wilf ha resultado altamente rentable. En 2024, Forbes valuó a los Vikings en alrededor de $ 4,650 millones de dólares, multiplicando exponencialmente el capital inicial que pagaron. Con una fortuna personal estimada en más de $ 1,5 mil millones de dólares, Zygi Wilf ha consolidado su lugar en el exclusivo grupo de propietarios de la NFL, un club que mezcla tradición, dinero y poder de forma única en el deporte.

Bajo la gestión de Wilf, los Vikings han buscado modernizarse tanto en lo deportivo como en lo comercial. Uno de sus mayores logros fue concretar la construcción del U.S. Bank Stadium, inaugurado en 2016 y considerado uno de los recintos más avanzados de la liga, con un costo superior a los $ 1,100 millones de dólares. El estadio no solo elevó el valor de la franquicia, sino que también convirtió a Minneapolis en sede de eventos de primer nivel, incluido el Super Bowl LII en 2018.

En el plano deportivo, los Vikings han tenido altibajos durante la era Wilf, con varias apariciones en playoffs pero sin alcanzar aún un Super Bowl. Sin embargo, la administración ha sido reconocida por invertir en infraestructura, marketing y experiencias para los aficionados, consolidando al equipo como una de las marcas más sólidas de la NFL. Para Zygi Wilf, ser dueño de los Vikings no es solo un negocio, sino también un proyecto de prestigio y legado familiar dentro del deporte más rentable de Estados Unidos.

En la posición 27, Los Arizona Cardinals son una de las franquicias más antiguas de la NFL y, al mismo tiempo, una de las más ligadas a una sola familia. El actual dueño, Michael Bidwill, heredó la franquicia como parte del legado de su padre, Bill Bidwill, quien a su vez la había recibido de su propio padre, Charles Bidwill, cuando adquirió al equipo en 1932 por apenas $ 50 mil dólares. Desde entonces, los Bidwill han mantenido la propiedad durante más de 90 años, convirtiéndose en una de las familias con mayor permanencia en la liga.

Michael Bidwill asumió la presidencia de los Cardinals en 2007, poco antes del fallecimiento de su padre en 2019, momento en que se consolidó como propietario principal. Su formación como abogado le permitió aplicar un estilo de gestión más corporativo y enfocado en modernizar la organización, tanto en la administración interna como en la relación con la comunidad de Arizona.

La fortuna de Michael Bidwill está directamente ligada al valor de la franquicia, que en 2024 fue estimada por Forbes en alrededor de $ 3,800 millones de dólares, muy lejos del costo original de la familia en los años treinta. A diferencia de otros dueños con grandes negocios fuera de la NFL, los Bidwill han hecho del equipo su mayor patrimonio, dependiendo en gran medida del crecimiento del deporte como industria.

Bajo la gestión de Michael Bidwill, los Cardinals han vivido momentos históricos, como la llegada al Super Bowl XLIII en 2009 con Kurt Warner como mariscal de campo, además de haber construido en 2006 el State Farm Stadium, una de las sedes más modernas de la liga en su momento y clave para atraer el Super Bowl LVII en 2023. Sin embargo, la franquicia también ha sido criticada por su inconsistencia deportiva y decisiones polémicas en la gestión de entrenadores y jugadores.

Aun así, Bidwill ha logrado consolidar a los Cardinals como una marca con mayor proyección nacional e internacional, apoyándose en el mercado en crecimiento del estado de Arizona y en el atractivo de un estadio que constantemente recibe eventos de primer nivel. Su estilo combina la tradición familiar con una visión empresarial moderna, buscando que los Cardinals dejen atrás su reputación de equipo “histórico pero perdedor” y se conviertan en un contendiente moderno en la NFL.

La posición 26, Los Tennessee Titans son propiedad de Amy Adams Strunk, hija del legendario empresario tejano Bud Adams, fundador de la franquicia en 1960 bajo el nombre de Houston Oilers, antes de mudarse a Tennessee en 1997 y convertirse en los Titans. A la muerte de Bud Adams en 2013, la propiedad del equipo pasó a manos de sus hijas, y fue Amy quien asumió la posición de accionista mayoritaria y representante de la familia en la NFL. Con ello, se convirtió en una de las mujeres más influyentes en el futbol americano profesional.

La fortuna de Amy Adams Strunk proviene directamente de la herencia familiar y de su posición como dueña de los Titans, cuyo valor ha crecido de manera extraordinaria. En 2024, Forbes estimó a la franquicia en aproximadamente $ 4,400 millones de dólares, una cifra impresionante si se recuerda que Bud Adams pagó apenas $ 25 mil dólares por la franquicia original de los Oilers en 1960, cuando la liga apenas daba sus primeros pasos.

Desde que tomó el control del equipo en 2015, Amy Adams Strunk ha sido reconocida por su estilo pragmático de gestión, buscando estabilidad tanto en lo deportivo como en lo administrativo. Bajo su liderazgo, los Titans han experimentado un renacimiento competitivo, alcanzando la final de la AFC en 2019 y consolidándose como un equipo sólido en la conferencia. Además, ha impulsado inversiones estratégicas, como la construcción de un nuevo estadio en Nashville, con apertura prevista para 2027 y un costo superior a los $ 2 mil millones de dólares, que será clave para aumentar el valor de la franquicia y asegurar grandes eventos para la ciudad.

Aunque su fortuna personal no se compara con los gigantes en la NFL, Amy Adams Strunk ha ganado prestigio como una de las dueñas más activas e influyentes, combinando el legado familiar con una visión moderna. Su gestión ha reforzado la identidad de los Titans en Tennessee y ha asegurado que la franquicia siga creciendo en valor, relevancia y competitividad.

El número 25, Los Las Vegas Raiders son propiedad de Mark Davis, hijo del icónico y polémico Al Davis, quien fuera durante décadas la cara y el alma de la franquicia. Al fallecer su padre en 2011, Mark heredó junto con su madre, Carol Davis, el 67% de las acciones del equipo, lo que le dio automáticamente el control mayoritario de la organización. A diferencia de otros dueños que construyeron sus fortunas en industrias externas, la riqueza de Mark proviene casi en su totalidad del legado familiar y del extraordinario aumento de valor que ha tenido la NFL.

Cuando Al Davis tomó control total de los Raiders en los años setenta, la franquicia valía apenas unas decenas de millones de dólares. En contraste, bajo la gestión de Mark Davis, el equipo fue valuado en alrededor de $ 6,200 millones de dólares en 2024, lo que lo coloca entre los más valiosos de la liga. Mark Davis, cuya fortuna personal gira en torno a esa propiedad, no tiene grandes inversiones externas, por lo que su posición económica depende en gran medida del éxito financiero de los Raiders.

El movimiento más trascendental de su gestión fue la mudanza de Oakland a Las Vegas en 2020, una decisión arriesgada que transformó la identidad del equipo y le dio un nuevo impulso comercial. Con la construcción del Allegiant Stadium, un recinto de $ 1,900 millones de dólares, los Raiders pasaron de ser una franquicia con problemas financieros en un mercado limitado a convertirse en una de las marcas más atractivas de la NFL, con fuerte presencia turística y eventos de talla mundial como el Super Bowl LVIII en 2024.

En lo deportivo, la era de Mark Davis ha sido inestable: múltiples cambios de entrenadores, temporadas con altibajos y apenas apariciones esporádicas en playoffs. Sin embargo, en términos de negocio, su administración ha sido considerada un éxito rotundo, al llevar a los Raiders a un mercado que los ha revitalizado y asegurado su viabilidad a largo plazo. Mark, conocido por su estilo excéntrico y su cercanía con los aficionados, se ha convertido en una de las figuras más peculiares entre los dueños de la NFL, combinando el peso de un apellido legendario con la responsabilidad de mantener a los Raiders en la élite económica de la liga.

Estos primeros siete dueños más ricos de la NFL representan no solo fortunas individuales impresionantes, sino también diferentes caminos para alcanzar el poder dentro de la liga deportiva más lucrativa del mundo. Desde herencias familiares que han preservado legados de casi un siglo, hasta empresarios visionarios que vieron en el fútbol americano un negocio de proyección global, cada caso refleja cómo la NFL es un espejo de las élites económicas de Estados Unidos.

Aunque sus estilos de gestión y orígenes de riqueza varían, todos comparten un punto en común: la capacidad de multiplicar exponencialmente el valor de sus franquicias gracias al crecimiento imparable de la liga. Más que un simple deporte, la NFL es hoy un motor económico donde los dueños no solo administran equipos, sino marcas globales que trascienden generaciones.

Este primer recorrido por los más acaudalados propietarios deja claro que la riqueza no es solo una cuestión de cifras, sino de visión, influencia y estrategia. En los siguientes artículos se explorará cómo el resto de los dueños —con perfiles distintos, fortunas medianas o incluso patrimonios ligados casi por completo a su franquicia— también juegan un papel crucial en sostener el imperio que la NFL ha construido a nivel mundial…Soy Javier Balseca y esto fue: Los dineros del deporte.

Javier Balseca. Lic Marketing con especialidad en Sports Mkt e industria del entretenimiento. Catedrático de sports Mkt Anáhuac y Tec de Monterrey; representante comercial de equipos profesionales de Liga MX, LMB, LMP y columnista en medios y conferencista.


Tags relacionados
Sobre el autor
Javier Balseca

Javier es un profesional del apasionante mundo del negocio en el deporte. Especialista en Sports Marketing quien representa comercialmente a equipos de Liga MX, Liga Mexicana de Beisbol y del Pacífico, otras ligas profesionales y deportistas. Con él nos pondremos al día de los dineros del deporte.

Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MEDIOTIEMPO S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.