Futbol
Javier Balseca
Los dineros del deporte Javier Balseca

El nuevo y polémico 'deporte' que nació en redes sociales: concurso de cachetadas

Power Slap es una liga de Slap Fighting (Facebook Power Slap)
Ciudad de México

Hay un nuevo “deporte” que ha causado un auge en este mundo de las transmisiones televisivas, que ha ampliado la oferta de contenido: el “concurso de las cachetadas” —Slap Fighting— es una disciplina de combate relativamente nueva que consiste en turnarse para dar una bofetada abierta en la cara del oponente hasta que uno no puede continuar. Nació como fenómeno viral en videos de redes y se organizó profesionalmente en distintas ligas (PunchDown/PunchDown → Slap Fighting Championship; Power Slap de Dana White; SlapFIGHT, etc.). Ha crecido rápido, atrae patrocinadores y dinero, pero también enfrentamientos regulatorios y críticas médicas por riesgo de daño cerebral. 

El combate de bofetadas es una competición en la que dos participantes se enfrentan cara a cara y se turnan para abofetearse. El competidor que recibe la bofetada no puede defenderse. La competición puede tener un límite de tiempo o un número de asaltos; de lo contrario, continúa hasta que un competidor se rinde o queda incapacitado, por ejemplo, al ser noqueado. Los ganadores pueden obtener un premio en metálico u otra recompensa. En combates no oficiales, el premio podría ser simplemente el derecho a presumir.

El formato que hoy conocemos —competidores de pie, inmovilizados por reglas y turnándose para dar una bofetada abierta hasta que uno quede noqueado o se rinda— no tiene una “fecha de nacimiento” única. Sus raíces modernas provienen de videos virales (especialmente de Europa del Este y Rusia) donde strongmen, bodybuilders o aficionados se retaban en pruebas de “quién resiste más la bofetada”. Esos clips, que empezaron a circular ampliamente alrededor de 2016–2018, inspiraron a promotores a transformar el espectáculo en eventos organizados con reglas y retransmisión pagada. 

  • Promotores independientes en Polonia (PunchDown) desarrollaron un circuito que ganó popularidad en YouTube y TikTok. Muchos atletas surgieron de ese circuito. 
  • Promotores estadounidenses (ej. JT Tilley con SlapFIGHT Championship) llevaron el formato a Estados Unidos en 2017–2020, creando reglas y protocolos médicos propios. Posteriormente hubo alianzas entre ligas (por ejemplo, una alianza mundial entre SlapFIGHT y PunchDown). 
  • En 2022–2023 la disciplina saltó a la televisión tradicional y a plataformas de pago: Power Slap, promovida por Dana White (presidente de UFC), es el caso más mediático —llevó el formato a audiencias masivas y controversias públicas. 

Cuando se pregunta “¿dónde se creó?”, la respuesta corta es: no en un solo país; su formato profesional se consolidó entre 2017 y 2023 gracias a circuitos polacos y estadounidenses que se influyeron mutuamente. 

Actualmente existen varias organizaciones que promueven competiciones de cachetadas a distintos niveles:

  • Power Slap / Schiaffo LLC (Dana White) — La más visible a nivel mediático en EE. UU.; produjo el reality show Power Slap: Road to the Title y eventos en vivo. Registró acuerdos de retransmisión y se ha expandido a eventos internacionales. 
  • SlapFIGHT Championship — Liga estadounidense creada por JT Tilley que empezó a organizar eventos en 2017 y que ha trabajado con otras promociones para estandarizar reglas. 
  • PunchDown (Polonia) — Circuito europeo que popularizó el formato en Europa; en ocasiones ha sido rebrandeado o aliado con promotores estadounidenses (ej. eventos bajo el nombre Slap Fighting Championship). 
  • Alianzas y “World Slap” — Ha habido intentos de coalición entre promotores (por ejemplo, formar una World Slap Fighting Alliance) para coordinar campeonatos y estandarizar títulos. 

Además hay eventos locales y promotores menores (Chin Check Slap Down, SlapFest, PPV independientes en FITE, Fanmio, YouTube, etc.); muchos de estos usan plataformas de streaming y PPV para monetizar. 

Aunque no existe un reglamento único universal, las reglas comunes—especialmente las institucionalizadas por Power Slap y SlapFIGHT—incluyen:

  • Turnos: un competidor ataca con una bofetada (mano abierta) tras moneda o sorteo; luego el otro tiene su turno.
  • Tiempo: cada atacante dispone de un tiempo límite (p. ej. 60 segundos) para ejecutar la bofetada.
  • Zona válida: golpes entre la línea del ojo y la barbilla (las reglas precisas varían).
  • Prohibiciones: no se permiten golpes con el puño, no se permite “sacar la mano” para empujar; también se penaliza el flincheo excesivo del receptor.
  • K.O. y recuperación: si el receptor queda aturdido/noqueado, se dicta KO técnico; si sobrevive, suele haber un tiempo de recuperación antes de reanudar.
  • Control médico: controles pre y post combate, y presencia de equipo médico en ringside (aunque la suficiencia de estas medidas ha sido cuestionada). 

El deporte monetiza a través de varios canales: patrocinios de marcas, publicidad en retransmisiones, PPV/streaming, venta de entradas y patrocinios individuales a atletas. Algunos puntos importantes:

  • Marcas y acuerdos: al principio, las ligas pequeñas dependían de marcas locales, equipos de suplementos deportivos, gimnasios y creadores de contenido, que no excedian gastos de $ 1,500 usd. Con la llegada de Power Slap algunos acuerdos mayores (plataformas de streaming, patrocinadores deportivos y cripto/fintech en ciertos shows) han aparecido, haciendo inversiones que ya rondan las 5 cifras. En eventos puntuales se han visto patrocinios asociados a retransmisores o a plataformas como Rumble, FITE o acuerdos comerciales anunciados en medios. 
  • Mega acuerdos: según reportes, Power Slap cerró acuerdos y tratos comerciales importantes —informes periodísticos mencionaron que la promoción logró atraer inversiones y tratos multimillonarios en 2024–2025, ya cercanos a los $ 1.8 MDD. Estos acuerdos incluyen difusión y patrocinios que aumentan los bolsillos de la liga. 

Importante: a pesar de la visibilidad, muchas marcas grandes se muestran reticentes por la controversia sanitaria; por eso los patrocinios “mainstream” han tenido altibajos y varían según el país y la liga.

No existe una cifra única; los ingresos dependen de la liga, el contrato del atleta, bonos y si el evento es PPV o TV. Fuentes y estimaciones públicas indican:

  • Pagos base: participantes pequeños en ligas independientes pueden cobrar desde unos pocos cientos hasta unos pocos miles de dólares por combate.
  • Estrellas/Top fighters: según estimaciones periodísticas y análisis de la industria, los pesos pesados o figuras mediáticas pueden llevarse entre varios miles y decenas de miles de dólares por noche; algunas estimaciones de 2023–2025 sitúan a los peleadores top en rangos de $ 10,000 – $ 45,000 USD por evento en casos excepcionales (incluyendo bonos y pagos por KO/mejor actuación). 
  • Bonos y patrocinios: hay bonos por desempeño (“Performance of the Night”), pagos adicionales de patrocinadores (por ejemplo, bonos en criptomoneda en eventos concretos) y derechos de imagen o acuerdos con creadores de contenido que aumentan el ingreso. En Power Slap, por ejemplo, se reportaron bonos de $10,000 USD por actuaciones destacadas en eventos específicos. 

En suma: la mayoría de participantes gana modestamente, mientras que unos pocos “headliners” alcanzan sumas que pueden ser sustanciales para sus familias; las cifras se asemejan a la fase temprana de otros deportes de combate antes de su consolidación.

  • Power Slap (Dana White): su show televisado y versiones en vivo generaron el mayor debate público. Médicos y expertos en neurociencia denunciaron riesgo alto de traumatismo craneoencefálico; el tema llegó incluso a comisiones y a la atención del Congreso en EE. UU. Por su visibilidad, Power Slap se convirtió en el referente mediático y en símbolo de la controversia. 
  • Incidentes trágicos y cancelaciones: algunos eventos con promotores menos regulados se han visto envueltos en tragedias o problemas médicos graves. Por ejemplo, la muerte de un participante en un evento tipo PunchDown (reportes y artículos periodísticos mencionan incidentes asociados a eventos previamente no regulados) alarmó a la comunidad y llevó a cancelaciones o revisiones de seguridad en varias regiones. Estos sucesos impulsaron llamadas a reglas más estrictas. 
  • Acciones regulatorias y cancelaciones locales: universidades o autoridades sanitarias en países como Escocia han rechazado o cancelado eventos por advertencias médicas. Además, algunos investigadores y neurólogos han pedido medidas legales o restricciones sobre la difusión televisiva de este formato por el riesgo para la salud pública. 

Los especialistas en neurociencia han sido unánimes en el recelo: los impactos directos en la cabeza, aunque sean “palmas abiertas”, transmiten aceleraciones y fuerzas al cerebro que pueden provocar conmsiones, daño axonal, y a largo plazo problemas tipo CTE. Varios científicos y médicos han catalogado el formato como de alto riesgo y han pedido prohibiciones o estrictas regulaciones médicas. Incluso figuras públicas del boxeo y MMA también han criticado el espectáculo. 

Algunas ligas han buscado licencias con comisiones atléticas estatales (en EE.UU.) o con autoridades locales para legitimar el deporte; Power Slap, por ejemplo, obtuvo licencia en ciertas jurisdicciones para eventos con reglas y supervisión. Sin embargo, la regulación es desigual: en muchos países sigue sin haber un marco legal específico para slap fighting.  Varios organismos académicos y médicos han solicitado a legisladores y cadenas de TV revisar o prohibir la difusión por razones de salud pública. En algunos lugares, la presión llevó a cancelaciones de eventos y a requerimientos de mayores controles médicos. 

Aunque el requisito físico puede ser menor que en boxeo o MMA (no se requieren técnicas complejas), los slap fighters entrenan fuerza de cuello, capacidad para resistir impactos (técnicas de bracing), acondicionamiento general, y mucha preparación psicológica —la tolerancia al dolor y la estabilidad emocional son claves. Algunos vienen del mundo del boxeo, lucha o bodybuilding; otros son creadores de contenido que se hicieron famosos por viralidad. 

El fenómeno alimenta contenido viral, memes y debates sobre los límites del entretenimiento. Ha atraído a audiencias jóvenes en plataformas como YouTube, Rumble y servicios de PPV. Ha generado un debate ético similar al ocurrido cuando surgieron otras prácticas extremas en TV: ¿es validación comercial de algo peligroso o libertad de entretenimiento? Los patrocinadores y broadcasters deben decidir hasta qué punto quieren asociarse con la disciplina debido a riesgos reputacionales. 

Este “deporte” si logra estandarizar reglas, someterse a controles médicos rigurosos, mejorar seguridad (por ejemplo, limitando rondas, tiempos de recuperación, control neurológico obligatorio) y atraer inversiones responsables. Puede trascender, como varios deportes mediáticos que estan llegando para quedarse. Y la respuesta es No, si las presiones regulatorias y el rechazo médico/reputacional aumentan: grandes sponsors y cadenas podrían retirarse, limitando su crecimiento.

El balance dependerá de cómo los promotores respondan a las críticas científicas y a la presión pública: sin cambios significativos en seguridad, su legitimidad como “deporte” será siempre discutida. 

El concurso de las cachetadas es un fenómeno real: nació de la viralidad online, fue formalizado por promotores en Polonia y EE. UU., y hoy genera audiencias, ingresos y, simultáneamente, fuertes cuestionamientos éticos y médicos. Ofrece oportunidades económicas para algunos atletas pero también plantea dudas serias sobre salud pública y responsabilidad mediática. Si existe el interés de seguirlo o cubrirlo periodísticamente, conviene vigilar las fuentes médicas, las licencias de eventos y las cifras oficiales de pagos y contratos que las propias ligas publiquen —porque ese es el núcleo del debate: dinero y riesgo en equilibrio…Soy Javier Balseca y esto fue: Los dineros del deporte.

Javier Balseca. Lic Marketing con especialidad en Sports Mkt e industria del entretenimiento. Catedrático de sports Mkt Anáhuac y Tec de Monterrey; representante comercial de equipos profesionales de Liga MX, LMB, LMP y columnista en medios y conferencista.

Sobre el autor
Javier Balseca

Javier es un profesional del apasionante mundo del negocio en el deporte. Especialista en Sports Marketing quien representa comercialmente a equipos de Liga MX, Liga Mexicana de Beisbol y del Pacífico, otras ligas profesionales y deportistas. Con él nos pondremos al día de los dineros del deporte.

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