Futbol
Editorial Mediotiempo
Columna de Mauricio Cabrera Editorial Mediotiempo

América y su inclusión en el TOP 10

No pienso defender lo que no tiene razón de ser. La inclusión del América en el TOP 10 de los clubes a nivel mundial es una muestra más de lo inexacto y absurdo de los rankings que realiza la Federación Internacional de Historia y Estadística, mas no por ello comparto el sentir de quienes se burlan de los datos y hablan de unas Águilas del América infladas y en una posición inmerecida.

Puede leerse contradictorio, pero partamos del ejercicio matemático realizado y ahí entenderemos que no se trata de ningún engaño, sino de la misión imposible que para la FIFA significa el conciliar intereses, no lastimar susceptibilidades y entregar al mundo un recuento con cierto fundamento.

Parte innegable de uno de los negocios globales más redituables de los primeros años del siglo XXI radica en una labor política comparable a la que vemos en el día a día por el poder en los altos puestos de Gobierno de nuestro país. Más allá de velar por el beneficio del deporte y por los millones de aficionados que cada fin de semana colman los estadios, quienes dirigen el destino de la pelota alrededor del orbe realizan una labor diplomática ardua y envidiable, pues se requiere de notable inteligencia para tener contenta a una mayoría y así conservarse en los puestos ejecutivos.

En este caso, no es la FIFA en sí misma la que da a conocer su listado, pero sí el órgano avalado para estos fines. El aficionado común dirá que es una tontería otorgar los mismos puntos por un cotejo ganado en la Champions que en la Libertadores o que dista mucho de verse un nivel semejante entre la Copa UEFA y la Sudamericana. No busquemos más explicaciones. La paridad obedece al peso de ambas Confederaciones y al hecho de que los representantes del Cono Sur no aceptarían que su torneo “valiera” menos que el europeo. Así de sencillo…

Sobre el rubro deportivo, no hace falta realizar un análisis exhaustivo para concluir que el conjunto de Coapa no está entre los mejores diez equipos del orbe. Los propios aficionados americanistas están conscientes de las carencias de su escuadra y no debieran celebrar más que como un dato anecdótico. Dudo incluso que el cuerpo técnico lo tome en consideración; sin embargo, y en ese intento por buscarle el beneficio a la matemática bondadosa con el presente del conjunto azulcrema, necesita reconocerse el hecho de que estas clasificaciones dan la vuelta al mundo y fungen como un certero golpe publicitario, en especial a lo largo de fechas de ligera carga balompédica.

Las Águilas son sinónimo de controversia. De ahí que no sea de extrañar la automática descalificación del listado por parte del grueso del medio futbolístico. No obstante, siempre será agradable y positivo aparecer en los primeros lugares. En la escuela, en el trabajo, en el día a día, nos gusta sobresalir y no considero que ésta sea la excepción. Además, los emplumados también recibieron reconocimientos individuales hace algunos días a través de Guillermo Ochoa y Salvador Cabañas, quienes fueron considerados como dos de los hombres más importantes del continente.

Los hechos son fríos. El América fue finalista en la Sudamericana y accedió a los cuartos de final de la Libertadores en el 2007. Ambos resultados posibilitan el que aparezca en la décima posición. Sin necesidad de darle más vueltas, sólo quedaría reflexionar respecto a la actitud con que encaramos este tipo de noticias. Hoy, los pupilos de Brailovsky son desacreditados; antes, lo ha sido la Selección Mexicana, y así podríamos seguir escribiendo nombres de conjuntos que por una u otra razón, válida o no, destacan y acaban empañados por esta mentalidad de mofarnos de los hechos en vez de aprovecharlos para pensar que sí se puede estar entre los grandes, y no únicamente en los rankings sino también en la práctica, sobre el terreno de juego. Opina de esta columna aquí.

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