
La paz de Chivas
Vale más hablar dentro de la cancha que fuera de ella. En el Clásico del Futbol Mexicano, se volvió aún más evidente que una de las dos escuadras ya tiene tatuados sus valores, mientras que la otra divaga entre el americanismo más profundo, la apuesta por un talento juvenil inexistente y la contratación de extranjeros que ya vieron pasar sus mejores tiempos. Guadalajara se impuso al América jugando a lo que sabe y con lo que desde hace tiempo tiene. El Rebaño confió en los elementos surgidos de sus Fuerzas Básicas y basó la obtención de los tres puntos en una disciplina táctica muy bien trabajada por José Luis Real, técnico mucho menos escandaloso que su homólogo americanista, pero mucho más capaz de concentrarse de lleno en el trabajo. La estampa de Erick Torres venciendo a Guillermo Ochoa bien puede percibirse como el triunfo del semillero rojiblanco ante el de unas Águilas que lo último que pueden presumir a últimas fechas es justo a un arquero que parece pedir a gritos su salida para encontrar un rincón tranquilo que le permita resurgir de las cenizas. Mientras Chivas presume y trabaja con las nuevas promesas, América sólo se cuelga de ella cuando la afición está molesta por la falta de refuerzos de calidad. Una institución que aspira al éxito debe aferrarse a sus valores. El equipo de Jorge Vergara, en los malos y en los buenos momentos, ha tenido claro que se acabó la inversión espectacular de dinero por jugadores mexicanos consagrado y que, en cambio, el éxito o el fracaso estarán en manos de los jóvenes, con todos los riesgos y exigencias que ello implica. América no tiene claro cuáles son los suyos en estos días, un día pretende manejarse como el nuevo forjador de talentos, otro como el equipo espectacular que para muchos no es más que una utopía de los ochentas y al siguiente como una escuadra que privilegiará la obtención de los tres puntos por encima de la forma. Un aplauso para Chivas. Sacar la casta en lo deportivo con los rumores siempre constantes en torno a la administración de Jorge Vergara y el grupo que pretende arrebatarle el control del equipo resulta clave para vivir en Clásica paz, esa que hoy gozan en detrimento de un americanismo muy pregonado, pero escasamente visible sobre el rectángulo verde. De salida No puedo concluir este editorial sin reconocer el título de la Selección Mexicana Sub-20 en Guatemala. Lo primero para aspirar a la grandeza es imponerte en los torneos de tu región, el Tri lo está volviendo a hacer en sus distintas categorías y eso es digno de elogio. Espero sus comentarios en mcabrera@mediotiempo.net o a través de @macafut en Twitter. Por cierto, recuerden que la mejor cobertura de la doble jornada estará en @mediotiempo.
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