Desde la yarda 1

El ingeniero del touchdown

Aaron Rodgers puede tomar un grupo de vagabundos y convertirlos en súper estrellas, de eso no me queda alguna.

Es un quarterback de esos que pasan una vez cada generación. De esos que se pueden contar con los dedos de las manos. Un jugador que tiene la inteligencia que tanto alabamos en jugadores del calibre de Brady o Manning, pero que, a su vez, goza de una habilidad atlética que estos dos jamás tuvieron.

Si bien es cierto que suspiramos con pasadores cuya presencia en la bolsa de protección impone, también lo es que cuando Rodgers sale de la misma, es cuando comienza la diversión. Su capacidad para lanzar en movimiento es única y la precisión con la que coloca sus envíos lo hace un hombre sumamente peligroso, sin importar quien sea el receptor.


Un brazo potente, con velocidad para soltar el balón de su mano y el agregado de ser un jugador sumamente eficiente, pues rara vez entrega el ovoide, prefiriendo lanzarlo fuera antes de siquiera pensar en regalarlo a la defensa rival, hacen del quarterback de los Packers una verdadero dolor de cabeza para las defensivas rivales.

Por si fuera poco, Rodgers es un maestro para el manejo del reloj. Dejarle un marcador adverso con dos o menos minutos por jugarse no garantiza nada para sus rivales, pues como ha demostrado una y otra vez, sus mejores actuaciones vienen cuando el juego esté en la línea y el tiempo apremia.

Se habla sobre su difícil personalidad en el vestidor, así como de rencillas con sus entrenadores, mismas que surgen a raíz de su alto coeficiente intelectual para interpretar el fútbol americano, sin embargo, el liderazgo que tiene es innegable cuando pisa el emparrillado y tiene que “echarse al equipo al hombro”.

Por talento, El Ingeniero del Touchdown tiene su lugar como el mejor de la historia asegurado, sin embargo, el Olimpo de la NFL y el título de GOAT requieren confirmación con campeonatos, algo que aún tiene pendiente Rodgers, quien a pesar de ya haber conseguido ganar un Super Bowl, queda aún muy lejos de lo logrado por leviatanes como Joe Montana y Tom Brady, lo que nos deja lleva a la pregunta ¿Logrará Rodgers confirmarse como otro de los grandes ganadores en la historia del Super Bowl, o el caprichoso destino nos privará de verlo levantar el tan codiciado trofeo Vince Lombardi?

  • Douglas Sloane
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