Desde la yarda 1

No todo es casualidad

En el último juego de la temporada regular del 2011, Green Bay enfrentaba a Detroit. Ya con la postemporada en la bolsa, los Packers mandan al campo como titular al suplente de Aaron Rodgers, un joven llamado Matt Flynn, quién se convertiría en agente libre al terminar la temporada.

En un partido trepidante que culminó con marcador 45-41 a favor de los Packers, Flynn lanzaría para 480 yardas y 6 touchdowns, poniéndolo como uno de los objetos del deseo en el mes de marzo que abriera la agencia libre.

Dicho y hecho, Flynn firmaría con Seattle un contrato de 19 millones de dólares por 3 años, algo impensable para un quarterback cuyo mayor logro era lanzar 6 pases de touchdown en un mismo partido.

Ese año, 2012, la generación de jugadores universitarios que participaría en el Draft era comandada por dos prospectos, Andrew Luck y Robert Griffin, quienes serían elegidos como 1 y 2 por Indianápolis y Washington, respectivamente.

Una clase muy rica en talento de quarterbacks, presentó a 8 pasadores que en algún momento u otro, fueron titulares con sus respectivos equipos. Dentro de esos ocho, en la tercera ronda y con la selección 75, Seattle tomó a un joven de nombre Russell Wilson, proveniente de la universidad de Wisconsin. A pesar de contar con la habilidad necesaria para triunfar como titular en la NFL, Wilson fue pasado por varios equipos pues los detectores de talento consideraban que su estatura no le ayudarían en la liga, algo que hemos escuchado en infinidad de ocasiones.

El campamento de entrenamiento se encargó de cambiar la narrativa por completo para los Halcones Marinos, pues fue Wilson quien con su notable mayor talento, así como grandes actuaciones en la pretemporada, le robaron el puesto de titular al millonario Matt Flynn.

Un par de años después, detrás de una gran defensiva y un dominante juego terrestre, Seattle ganaría el Super Bowl ante Denver, sin embargo Wilson aún no evolucionaba al quarterback que vemos hoy. Seguía dependiendo mucho de lo que hiciera o no su juego terrestre.

Pero a final de cuentas, y, muy a pesar de la necesidad de inmediatez que necesitamos hoy en día, Pete Carroll, entrenador de los Seahawks, sabía que la veta de talento de Wilson, no había sido explorada al 100%. Tras ganar el trofeo Lombardi, Seattle fue perdiendo a la columna vertebral que los llevó a probar el mayor de los logros deportivos profesionales en la historia de la franquicia. Ya sin la “Legión del Boom”, Seattle se tuvo que reinventar, sin embargo, el mayor beneficiario de ese proceso fue Wilson, pues entendió que por fin el equipo dependería de él, por fin sería el gran líder que estaba destinado a ser.

Siete años después de ser seleccionado en al tercera ronda por Seattle, Wilson no solo obtuvo un contrato que refleja monetariamente su valor como atleta, sino que, nos demuestra que está listo para ser el Jugador Más Valioso de la temporada y regresar a los Halcones Marinos al Olimpo de la NFL.

Pete Carroll sabía en ese Draft de 2012 que el joven Badger de Wisconsin tenía algo especial. En 2019, el tiempo le ha dado la razón, fortaleciendo que las cosas no pasan por casualidad cuando de ganar se trata.


  • Douglas Sloane
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