
Soñemos con María
Todo lo que hace Augusta National Golf Club lo hace bien. No hay ningún detalle que sea por coincidencia. Nada es casualidad. Lo digo para el Masters, para el Augusta National Women’s Amateur, para el Latin America Amateur Championship y para todos los eventos que el club organiza y/o está involucrado. La obsesión por la perfección en todo lo que hacen.
Había uno que a mí no me había tocado todavía poder presenciar: El Drive, Chip & Putt, que este año cumple 9 ediciones. Creado para inspirar a niños y jóvenes, desarrollando 3 de las habilidades más importantes en el golf. La agenda y un elemento más lo permitieron este año: Por primera vez competiría una Latinoamérica. La mexicana María Giles se ganó su lugar de manera improbable en las finales de este certamen que se juegan en ANGC, siempre el domingo antes de iniciar el Masters.
Hoy fue ese domingo, cuando le vi los ojos a María y a su familia, entrevistándola, al terminar su participación, lo entendí todo: Sueños, determinación, inspiración. Le vi, a la chihuahuense de 13 años, ese fuego interno con el que algunos llegan a tocar el cielo en Augusta National. María lo hizo hoy.
Lo hizo porque, junto con su familia, se embarcaron en un largo recorrido ganando los torneos locales y regionales a los que asisten miles de niños. María se ganó su lugar en estas finales derrotando en el torneo regional de Arizona, entre otras, a ¡su hermana Valentina!
La experiencia de conocer a los socios del club, a las demás finalistas y a jugadores que son leyenda en este campo de golf es algo de lo que rescataba María en la entrevista. Nerviosa, pero concentrada, María logró poner en juego los 2 drives que cada jugadora tiene para contabilizar. En la competencia de chip, María logró el mejor chip de toda la competición (su primero), para luego errar un poco su segundo. En el putt, María logró dejarla a 4 pies del hoyo en su primer intento (¡llevado a cabo en el green del hoyo 18!), algo difícil de creer pensando en la velocidad de estos greenes.
Realmente, lo “menos” importante de hoy era el lugar en el que quedara María. Estar acá, en verdad, es una proeza. Y es el comienzo, eso es lo que mas emociona. 13 años y ya conocer Augusta National. 13 años y haber visto como la ganadora del certamen recibía el trofeo en manos de Jordan Spieth.
-“Sí, estaba muy nerviosa y no me esperaba que él viniera a dar el trofeo”, respondió María, cuando le pregunté que le pareció ver a Jordan Spieth en la premiación.
Para llegar a este momento, el espíritu competitivo de María (y de su familia) fue fundamental. Su disciplina, la parte mental de una jugadora de 13 años, creérsela. Pero realmente lo que se vive en estas finales va más allá de eso. Se trata de inspirar a una generación de golfistas y seres humanos que volverán a casa a contar una historia que, a su vez, inspirará a otra generación. Es un circulo virtuoso, y México ya es participe de él.
En México tenemos Xuntas, la plataforma que impulsa al talento femenino en el golf. Se lleva tiempo, se requiere planeación, visión… y mucho trabajo. Pero se necesitan jugadoras que vengan con un hambre distinta. María es una de ellas.
-"Lorena, María Fassi, Gaby López. Pienso mucho en ellas, ojalá llegue algún día a donde ellas han llegado". Así respondía María, cuando le pregunté por sus referentes.
María piensa, inocentemente, que hoy cumplió un sueño, para ella y para su familia. En realidad, está equivocada, porque con lo vivido hoy nos ha invitado a todos a soñar con ella. El sueño es de todos. El ejemplo es para todos. Hemos visto, de nueva cuenta, como una chica de 13 años nos muestra el camino para un país mejor: soñar en grande, trabajar en grande, y compartirlo todo.
Me siento orgulloso de esta niña chihuahuense y de su familia, por lo que lograron hoy.
Habrá María para rato.
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