Columna de Jorge Sánchez

De árbitros y cosas peores

Es increíble creer que en un futbol donde existe la multipropiedad, el pacto de caballeros y cinco extranjeros, más naturalizados; sigamos pensando que el arbitraje es su principal cáncer.   Es verdad que semana a semana hay errores arbitrales en los diferentes partidos de la Liga. Algunos más grandes que otros o más determinantes en un resultado final. El problema es la dimensión que hoy se le da a ese error  por parte de jugadores, Cuerpos Técnicos, directivos y sobre todo medios de comunicación.   La pregunta es: ¿Cuándo el trabajo arbitral cobró tanta importancia? Si recordamos, hace algunos años conocíamos el nombre del árbitro apenas unos minutos antes de que los equipos salieran a la cancha y no existía esa presión para el silbante antes de un juego.   En los años setenta para no ir más lejos, recordamos la figura del árbitro como la única autoridad dentro del terreno de juego. Señorones en toda le extensión de la palabra, vestidos de negro que con su presencia imponían respeto.   Basta recordar algunos nombres como Arturo Yamazaki, Antonio R. Márquez, Mario Rubio, Maximiliano Couret, Javier Galindo y Marco Antonio Dorantes quienes se hicieron inmortales por sus enormes capacidades  pero también por las polémicas provocadas por algunas de sus actuaciones.   La mayoría, eran más grandes de edad que los jugadores, por lo cual, ya existía una barrera generacional que provocaba cierta distancia y hasta tener que dirigirse a ellos de usted.   Pero el desarrollo físico de este deporte provocó que el árbitro tuviera que ser cada vez más joven y con mayor preparación atlética, para poder intentar estar cerca de las jugadas. Con ello, quedaron atrás los hombres maduros y sus regordetas figuras.   Aparecen entonces nombres como Joaquín Urrea, Fermín Ramírez Zermeño, Bonifacio Núñez,  Edgardo Codesal, Pascual Rebolledo, Arturo Brizio, Felipe Ramos Rizo, Gilberto Alcalá y Eduardo Brizio. Entre muchos otros buenos árbitros. Pero la polémica y las quejas continuaron.   Y así como nombramos árbitros tenemos que mencionar titulares de la Comisión de Arbitraje, quienes  fueron cuestionados por sus decisiones y eso que no existía el famoso ordenador.

Empezamos con Don Javier Arriaga, también Presidente del arbitraje en CONCACAF y miembro de la Comisión de FIFA. Que por cierto no fue árbitro eh!

Seguimos con Mario Rubio, Edgardo Codesal  (2 etapas), Marcel Pérez Guevara, Garza y Ochoa y Arturo Yamazaki antes de Aarón Padilla.   Todo este recuento es para refrescar la memoria de aquellos  que se rasgan las vestiduras y aseguran que antes no había errores, críticas, polémicas y en algún momento serias acusaciones en contra de la honestidad de los hombres de negro y sus dirigentes; y para recordar que el error arbitral es y será siempre parte del juego.    El problema actual tiene que ver con la cantidad de tomas y contratomas que desnudan  la actuación del árbitro, e incluso la de los comentaristas que continuamente tenemos que corregir alguna afirmación después de una o 20 repeticiones. Y en ocasiones ni siquiera así nos ponemos de acuerdo.   Aunque al observar la facilidad con que se les reclama, cuestiona e insulta a los árbitros a todos niveles del futbol, incluido el infantil. La conclusión y preocupación va más allá de lo deportivo para convertirse en un tema social.   El notorio rechazo de nuestra comunidad a la autoridad o visto de otra forma, la poca credibilidad en nuestras instituciones responsables de impartir justicia.   Eso digo yo.

Y tú ¿Qué piensas?

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