
Gignac vs Cardozo vs Cabinho
A propósito de su gol récord ante Pumas, surgió en redes sociales y en algunos medios la idea de que André-Pierre Gignac es el mejor delantero extranjero en la historia de la Liga MX. Como siempre en casos así, se encendió la polémica y me pareció interesante dedicar esta columna a la comparación.
El francés ha, sin duda, marcado huella desde su llegada a México. 105 goles en 4 años es una cifra extraordinaria, y su aportación para los éxitos colectivos de su equipo es también valiosísima.
A nivel estadístico se hace complicado compararlo con los que, para mí, son los otros dos máximos referentes en ataque en la historia de la liga nacional, Saturnino Cardozo y Evanivaldo Castro “Cabinho”. El primero porque estuvo mucho más tiempo en México y el segundo porque, cuando jugaba, se disputaban torneos largos, así que tanto los títulos de goleo como los campeonatos eran más difíciles de conseguir.
Pese a ello, intentemos hacer el análisis, un poco con mi percepción y un poco con números. ¿Está Gignac por encima de esos dos monstruos? En mi opinión, no. Trataré de explicar por qué en los siguientes párrafos.
Cardozo coincidió con mi adolescencia, así que lo vi muchísimas veces, tanto en la cancha como en la televisión y, sin temor a equivocarme, puedo decir que es, junto con Cuauhtémoc Blanco, el mejor jugador que he visto en vivo en la Liga MX.
Hay una extraña percepción de que el paraguayo era sólo un killer del área. Un gran rematador y nada más. Esto está completamente alejado de la realidad. Cardozo era un delantero completísimo. Le pegaba con las dos piernas y con la cabeza. Podía resolver desde fuera del área y también de media distancia, pero sus características más importantes las tenía en la mente, no en el físico.
Nunca vi a un jugador en México anticiparse a la jugada como Cardozo. Mientras Gignac y todos los otros delanteros corren para encontrar la mejor posición, el paraguayo se paraba en un punto y esperaba a que la pelota llegara infaltablemente a él.
Era un jugador de ajedrez, pensando tres movimientos delante de lo que iba a pasar, por pura intuición. Además, tenía una calma impactante. Podía controlar la pelota, hacer una finta y definir con un globito, en décimas de segundo en el área chica. Su temporada de 29 goles en un torneo corto en 2002 es la mejor actuación individual en un torneo en la historia de la Liga MX, y no hay quien se le acerque.
En Twitter me discutían ayer que Gignac es un jugador más completo porque se bota más. Grave error. La posición no tiene que ver con las características. Van Basten era mucho más completo que Butragueño y jugaba más adelantado. Cardozo lo sabía hacer todo bien, con la cabeza, con la mente y con los pies. Estaba, de verdad, en otro nivel.
En cuanto a Cabinho, prácticamente no lo vi en vivo. Como aficionado de Pumas, he visto muchos videos suyos, eso sí, y ese sí era más un killer del área, potentísimo. En su caso, le doy ventaja sobre Gignac por simple estadística. Ganó OCHO títulos de goleo en torneos largos, algo absolutamente impensable en tiempos actuales.
Ahora, hay que resaltar que el francés apenas lleva cuatro años en México. Y que llegó a los 29 años. Lo que ha hecho es espectacular. Pero lo cierto es que la comparación tiene que ver con las participaciones en nuestro país y no con la calidad intrínseca. En ese caso, el mejor delantero en la historia de la Liga MX sería, sin duda, Ronaldinho, seguido por Hugo Sánchez. Pero ellos llegaron tarde a canchas mexicanas, y Gignac, aunque lo hizo en un gran momento, tampoco logró llegar a tiempo para convertirse en el número 1. El mejor de esta época sí, sin duda y, la verdad, no es para nada poca cosa.
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