Columna de Martín del Palacio

México y cómo consolidar a los Sub-17 del 2019

¿Qué tienen en común Carlos Fierro, Jonathan Espericueta, Julio Gómez, César Villaluz, Marco Bueno y Omar Esparza (entre bastantes otros)? Campeones del Mundo Sub-17 que fueron incapaces de alcanzar lo que se esperaba de ellos, al punto de ni siquiera consolidarse en la Liga MX.

Con la Selección Mexicana a las puertas de otra final de la categoría, vuelve a surgir la pregunta entre analistas y aficionados: ¿qué hacer para evitar que otra generación ganadora en categorías menores desaparezca al llegar a la mayor?

Empecemos diciendo que el problema no es solo de México. Es muy difícil predecir el potencial de un jugador a los 17 años cuando aún no está completamente desarrollado ni física ni mentalmente. Algunos maduran más rápido que otros. Unos más ni siquiera están en el radar a esa edad y hay aquellos que son tan buenos que sus clubes ni siquiera los dejan ir al Mundial y prefieren cuidarlos en casa.

¿Les suenan los nombres de Laurent Sinama-Pongolle, Anderson, Sani Emmanuel y Kelechi Nwakali? Todos ellos ganaron el Balón de Oro del Mundial Sub-17 (junto a Julio Gómez, en una decisión absurda incluso entonces) y no estuvieron ni cerca de estar entre los mejores del mundo en categoría mayor. Messi, Cristiano, Zlatan, Mbappé o Neymar ni siquiera jugaron la competición.

Lo normal es que de una buena generación de campeones del mundo Sub-17, apenas dos o tres se consoliden en la Selección Mayor. De hecho, nuestra generación de 2005, de la que salieron cuatro mundialistas -Vela, Gio, Moreno y Efraín Juárez-, más Chicharito que se quedó fuera en el último corte, es más la excepción que la regla.

Dicho esto, el talento se puede, por supuesto, desarrollar, pero la clave es no pensar en la generación en conjunto sino en los mejores futbolistas en ella. En mi opinión, los que me parece que han mostrado más potencial en el torneo son el delantero Santiago Muñoz, el mediocampista Eugenio Pizzuto, el portero Eduardo García, el lateral José Ruiz y el central Víctor Guzmán. Efraín Álvarez tiene el talento, pero me preocupa su potencia física e Israel Luna parece tener las condiciones, pero en el Mundial le ha fallado el aspecto mental.

Corresponderá a sus clubes darles las oportunidades necesarias y a nosotros ser pacientes. Es muy posible que ninguno de ellos logre consolidarse y en su lugar aparezcan otros jugadores que hoy no están en el radar de nadie.

Por supuesto y más allá de esta generación, la clave real para que nuestros talentos se consoliden a nivel mayor tiene que ver con alimentación, infraestructura, capacitación de entrenadores y cultura deportiva. El resultado en el Mundial Sub-17, en realidad, es menos relevante de lo que uno podría creer, aunque, obviamente, siempre será mejor ganar que perder.

MÁS OPINIONES