
El dilema de Ochoa
Guillermo Ochoa se rebeló al futbol mexicano y a los cantados que atan al jugador al confort de una liga muy bien pagada. Fue en el año 2011 cuando Emilio Azcarraga, dueño del América, le ofrecía un cheque en blanco con tal de que renovara y se quedara en el equipo que lo vio nacer. Ochoa dijo que no.
Quedó como agente libre y fichó con el Ajaccio. Sin olvidar que llegamos a esto después de que por culpa del clembuterol no fue futbolista del PSG y que por una fuga de información se complicara su traspaso al Fulham, como él mismo nos confesó en #SinDerechos.
Guillermo en definitiva es la definición de lucha y perseverancia. Es ejemplo de lo que significa tener un sueño y aferrarse a el. Pasó por Francia, España y ahora Bélgica, siempre con la ilusión de que el futbol le hiciera justicia por sus buenas actuaciones en cada competición local o internacional que disputó.
El no contar con pasaporte europeo ha impedido que Memo vaya a un grande de Europa. De hecho, por mucho tiempo Ochoa fue de los pocos porteros en jugar en el Viejo Continente ocupando plaza de extra comunitario, lo cual significa mucho.
Memo sigue peleando. Nunca ha dicho que no a un llamado con la Selección Nacional y se ha convertido en el mejor futbolista en las dos últimas Copas del Mundo y se está preparando para jugar una más.
Pero hoy el futbol, la vida y el destino lo ponen en una situación muy complicada. América se queda sin portero. Marchesin se va y el candidato número 1 es Guillermo.
¿Renunciar al sueño de algún día jugar en un grande de Europa por venir a ayudar al equipo que te dio la oportunidad? Es la gran pregunta que se está haciendo Ochoa. Sumando la calidad de vida que ofrece cualquier ciudad europea y que está lejos de encontrar el la CDMX.
No se puede reclamar nada. Él mejor que nadie sabe que lo ha dado todo, que ha sido profesional y disciplinado. Que después de casi 10 años en Europa no le tiene que demostrar nada a nadie.
Ochoa será culpable de que más porteros mexicanos tengan la oportunidad de salir de la Liga MX y probar suerte en cualquier futbol, pues ya hay un precedente de un mexicano que se atrevió a hacerlo.
Hoy, lo que decida Guillermo estará bien. Si se quiere regresar, jugar en el América y pelear por el campeonato estará bien. Volverá como ídolo, referente y capitán. Tendrá el respeto de compañeros y rivales. Así como si decide quedarse en Europa y aferrarse a su sueño, como lo hizo en ese 2011 y seguir luchando por jugar en un equipo grande, eso también estará bien.
Si me pudiera leer, le diría que decidiera su corazón. Que se dejará llevar por su instinto. Que no pensara mucho, que sintiera. Pues pase lo que pase, decidirá lo correcto. Vámonos, que la pasen bien.
@NicolasRomay
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