
Tata Martino, esto es México
No se trata de cualquier país, dejémoslo en claro. Por más que busquen y busquen, estoy seguro que no encontrarán a ningún otro país como México. No quiero caer en el nacionalismo barato, sin embargo vea los colores multifacéticos, los tantísimos olores de comida, la música, los increíbles paisajes.
Hollywood nos ha querido pintar como flojos, ahogados en alcohol recargados en una nopal, no saben, que según el último estudio de la OCDE, México es el país que más trabaja en el mundo. Y esa gente de México es muy distinta entre sí; divididos por zonas geográficas, usos horarios, acentos tan distintos. Algunos sociólogos muy prestigiados han dicho que México no es uno, sino cuatro o cinco en un solo territorio.
Allá por Tijuana y hasta Los Cabos se escucha fuerte el conjunto norteño y la banda en todo Sinaloa y Nayarit; en Sonora se baila al ritmo de “La yaquesita”, Chihuahua llora con el acordeón y las canciones de Juan Gabriel, mientras que en Nuevo León y Tamaulipas saben de polka. ¡Qué divertido es escuchar a los jarochos! En Veracruz suena el arpa y la gente inmediatamente sonríe. Estar en Jalisco y no disfrutar los acordes del mariachi es un desperdicio. En Guanajuato “La vida no vale nada” escribió el poeta popular mexicano, quizá más grande de la historia, José Alfredo Jiménez. Tan solo escuchar las Jaranas en Yucatán emocionan a cualquiera, tanto como las marimbas de Chiapas. En Aguascalientes recuerdan su feria de San Marcos y cantan el corrido con orgullo; En Oaxaca se escucha “la llorona” y la piel se pone de gallina. Todo esto se conjuga en una trajinera de Xochimilco o en una noche de bohemia en la plaza Garibaldi de la Ciudad de México. El país sabe cantar, bailar y disfrutar en maneras distintas.
En el lugar correcto
Tata Martino, déjeme platicarle de la afición al futbol. Usted ya ha ido a varios estadios en el país, ha enfrentado a México en el pasado, seguro ya conoce de algunos fieles seguidores del TRI. Creo que no me equivoco al catalogar a la afición mexicana como una de las mejores del mundo y si existiera un mundial de aficiones, pasaríamos sin problema del quinto partido. Estamos en los mejores eventos, pero también en los más remotos. Allá, cuando un día jueguen un día en África u Oceanía, habrán mexicanos gritando hasta quedarse sin voz. Llegan por miles a los estadios y se hacen presentes, sea quien sea el rival. Alguna vez me tocó ser parte de esa pequeña cantidad de afortunados que estuvimos presentes en el estadio Castelao, en Fortaleza, cuando México enfrentó al anfitrión Brasil, de la entonces copa del mundo de 2014. Quizá no éramos más de 8 mil paisanos, pero al final del partido, que terminaría cero a cero, los hinchas brasileños ovacionaron a los aficionados mexicanos pues aceptaron que en ocasiones fuimos más ruidosos que ellos, siendo que nos superaban por 45 o 50 mil personas. ¡Los mexicanos sabemos apoyar!
Ahora, no todo es perfecto, como la mayoría de los países latinoamericanos, México vive tiempos bastante agitados y desafiantes. Grandes cambios: Un nuevo Gobierno, con nuevas y fuertes políticas para erradicar el cáncer de la corrupción. Tenemos el problema de siempre, el más complicado, nuestro vecino del norte y su presidente que como usted sabe, insiste en crear un muro en la frontera. Un país muy violento, cuatro de las cinco ciudades más peligrosas del mundo son mexicanas. Como ve, tenemos nuestros problemas que no son pocos y podría pasar horas contándoselos. ¡Pero creo que para esto se creó el futbol! Va mucho más allá de gritos y cánticos; es alegría absoluta, un bálsamo que sana heridas y reconforta millones de almas, que ven en un campo el ensueño de la victoria.
“Toda la gloria proviene de atreverse a comenzar”
Una nueva etapa de esperanza inevitablemente nace bajo su mando don Tata Martino, no sé si ya se enamoró de México, si no es así, pronto sucederá. Porque el mexicano sabe respaldar en todo tiempo y hacer sentir a cualquiera parte de su familia. Sabe lo que es sufrir y comprender al que sufre. Le harán reír más de lo que le harán enojar. Aunque también somos brutalmente honestos a la hora de criticar. Seguramente se sentirá en casa y ojalá un día se sienta mexicano, tanto como decía la cantante costarricense Chavela Vargas, cuando le preguntaban por que se hacía pasar por mexicana si no había nacido aquí, ella respondía: “Los mexicanos nacemos donde se nos da la rechingada gana”.
Sepa Tata, que hoy se le recibe con las puertas abiertas, ¿Puede imaginar cuántas millones de ilusiones se depositarán en usted?. Hoy solo le pedimos que sus pupilos suden la playera hasta que se les pegue al pecho, que sientan los colores, la vibra, la emoción y pasión, el orgullo de representar a un país tan generoso y tan hambriento de triunfos, con tantas ganas de gritar un gol en medio de sus problemas y divisiones. Con tantas ganas de volver a soñar, de reencontrarse y abrazarse unos a otros para olvidar sus diferencias.
Ahora si, oficialmente: ¡Bienvenido a México!
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