
Acero Débil
Queda claro que comenzar la temporada 0-3 estaba presupuestado para equipos como los Dolphins, que desde un inicio, dejaron claro que esta temporada era de reconstrucción. Si bien el corte de caja en la NFL se debe hacer cada 4 semanas, es evidente que hay equipos cuyas alarmas deben estar sonando y retumbando en las oficinas deportivas, uno de ellos, sin duda, son los Steelers.
Para un equipo con el linaje que tienen los Acereros, perder tus tres primeros partidos de la temporada es una señal más que evidente que las cosas no venían bien desde hace tiempo, sobre todo si nos remontamos a la temporada anterior conde ganaron 7 juegos consecutivos, enfilándose a ser campeones divisionales, antes de que todo se derrumbara y terminarán perdiendo la división en la Semana 17.
No ver a los Steelers de Mike Tomlin en postemporada, es algo extraño, sin embargo, en esta vida todo tiene un porqué, mismo, que, en el caso de Pittsburgh viene de una serie de eventualidades que no van acorde a la forma de conducirse de una franquicia cuya oficina frontal trabaja mejor que ninguna otra, a excepción de los Patriots.
Primero el drama de Le’Veon Bell, quién decide en la Semana 8 que no jugará la temporada 2018 para cuidarse de cara a esta temporada 2019. Parecía que no habría inconveniente con esto pues James Conner había sido una revelación esas primeras 8 semanas de la temporada, el problema es que desde esa semana 8 de la temporada anterior, Conner no ha superado las 100 yardas por carrera en ningún partido.
La vida sin Antonio Brown, tampoco es tan sencilla como los fríos números nos pueden evidenciar. La temporada anterior, Juju Smith-Schuster levantaba la mano para convertirse en el nuevo gran receptor de los Acereros, todo esto, mientras los defensivos le hacían doble cobertura a Brown -quién aún así, sumó más de 100 recepciones; más de 1,000 yardas y 15 touchdowns-. Ahora, sin Antonio Brown quitándole presión de encima, Juju no ha superado 100 yardas en un solo juego, anotando apenas su primer touchdown de la temporada en la Semana 3.
Sumemos a todos estos problemas la lesión de Ben Roethlisberger, quién venía del mejor año estadístico de su carrera y que, además, lucía como el pilar que mantendría al equipo a flote. Habienod intercambiado a Joshh Dobbs quien venía aprendiendo del Big Ben, la tarea de suplir al quarterback de los Acereros recaía en Mason Rudolph, quien, dicho sea de paso, no lució mal en su debut, sin embargo, ya teniendo 60 minutos para mostrarse, dejó en claro las muchas carencias que aún tiene como pasador, así como la falta de sincronía con sus receptores a quienes voló en más de una ocasión con pases mal colocados.
No todo es malo en Pittsburgh, la defensiva dejó en claro que serán la carta fuerte del equipo en la temporada. La llegada de Minkah Fitzpatrick le da una profundidad y fortaleza renovadas a la secundaria, sin embargo, por más buena que sea su defensiva, si la ofensiva no puede aprovechar y ganar un partido donde el rival les entrega el balón 5 veces, entonces el panorama no luce nada alentador para la Steeler Nation.
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