Desde la yarda 1

Escoge tu veneno

La expresión “escoge tu veneno” (pick your poison), es muy utilizada por los comentaristas en Estados Unidos. Se refiere a que escojas por qué modo te va a hacer daño un jugador o equipo determinado. Por ejemplo, cuando un equipo tiene un gran cuerpo de receptores y un sobresaliente juego terrestre, debes escoger si les cortas las alas o las piernas.

Esta temporada, los Ravens son el ejemplo perfecto de la frase que le da titulo a la columna de esta semana. Si bien son una ofensiva top 5, una defensiva top 5 y el mejor equipo corriendo el balón, Baltimore tiene una peculiaridad que lo eleva por encima de cualquier otra escuadra de las 32 que confirman la NFL: su quarterback.

Lamar Jackson está convertido en un tren bala imparable y los 10 triunfos consecutivos del equipo lo avalan. Se ha vuelto el jugador más complicado para descifrar. Su habilidad para correr el balón con visión, siendo elusivo y veloz, sumado a una mejora más que notable para lanzar el balón, tienen al jugador de segundo año en asiento de primera fila para ganar el premio a MVP de la liga.

Antes de seguir con esta apología de Lamar Jackson debo admitir que yo fui uno de esos que compraron el tren de “Lamar es más corredor que quarterback”. Hoy, puedo decir que me equivoqué terriblemente.

¿Cuál es le gran mérito de Lamar Jackson? Compromete a la defensiva. El esquema planteado por Greg Roman, coordinador ofensivo de los Ravens, sumado con el talento de Jackson para correr y lanzar, hace que la defensiva rival se comprometa a “escoger su veneno”, el problema es que muchas veces cuando al defensiva se compromete, por ejemplo, a frenar a Lamar escapándose por el lado derecho de la línea ofensiva, el quarterback tiene la fuerza y precisión suficiente para encontrar a su receptor en una trayectoria larga.

Un jugador que además aprendió a tomar decisiones inteligentes y no arriesgar mucho el balón rompe cualquier esquema defensivo, pues además de toda esta capacidad mostrada en el campo sabe que su equipo lo respalda. Un equipo que, por cierto, está armado para enaltecer las fortalezas de su mejor jugador. Con una línea ofensiva dominante y un grupo de alas cerradas que no solo saben atrapar bien el balón sino que bloquean como cualquier tanque cuando se abre el campo para su general.

Viene la prueba de fuego para Jackson y los Ravens, la postemporada, que si todo sale a pedir de boca para ellos tendrá que pasar por Baltimore en camino al Super Bowl ¿Podrá alguno de los otro equipos de la AFC descifrar con qué veneno frenarán a los Cuervos o tiene en sus manos Lamar Jackson la fórmula mágica para terminar con el estigma que los quarterbacks corredores no pueden ganar el Trofeo Lombardi?

  • Douglas Sloane
MÁS OPINIONES