Desde la yarda 1

Polos opuestos se atraen

Todo listo para el Super Bowl LIV. San Francisco y Kansas City iluminarán la ciudad de Miami el 2 de febrero para definir al campeón de la NFL. Dos equipos que, en distintos momentos de la historia, fueron el epítome de lo que una franquicia busca. Por los Niners es muy fácil recordarlo pues dominaron durante casi dos décadas la liga. Para los Chiefs hay que remontarse a las épocas de la fusión entre la AFL y la NFL, cuando Hank Strahm era su entrenador y Len Dawson su quarterback.

Hoy, el panorama no podría ser más opuesto para ambos equipos, pues su identidad en nada se relaciona y eso hace que el enfrentamiento sea aún más apetecible.

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Desde que fue nombrado el titular en Kansas City, Patrick Mahomes no ha hecho otra cosa que maravillarnos. Su temporada anterior -en la cual llegó a la final de conferencia- fue algo que solo nos podíamos imaginar conseguir en Madden. Superando las 5 mil yardas por pase y lanzando 50 touchdowns, Mahomes fue designado el MVP de la liga, quedándose a una serie ofensiva de llegar al Super Bowl ¡En su primer año como titular!

Si bien estadísticamente 2019 no fue lo esperado para el quarterback de los Chiefs, su liderazgo y entendimiento del esquema ofensivo planteado por Andy Reid, además de su incomparable habilidad atlética, han hecho que los Chiefs hoy puedan encontrarse en la antesala de levantar el trofeo Lombardi, algo que no habían saboreado en 49 años.

Si bien tuvo una mejor significativa en la recta final de la temporada, la defensiva de KC sigue siendo su talón de Aquiles, sin embargo, contar con un jugador como Mahomes, que en tercera y largo te puede convertir el primero y diez con un pase sacado cien por ciento de la chistera, es un alivio. Agregamos a su repertorio un arsenal que incluye al mejor ala cerrada receptor de la liga (Travis Kelce), a dos verdaderos bólidos como receptores abiertos (Tyreek Hill / Mecole Hardman) y un más que respetable juego terrestre. Los Chiefs son un equipo que puede anotar a placer y que, tal como demostraron en la Ronda Divisional, no les preocupa ningún tipo de desventaja.

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Lo interesante aquí surge cuando volteamos al otro lado del balón. Los 49ers tienen un ADN tan distinto a los Chiefs que el enfrentamiento parecería mandado a hacer para la frase: “Las ofensivas ganan partidos, pero las defensivas ganan campeonatos”.

A lo largo de la temporada, una cosa caracterizó a San Francisco: su defensiva. Una unidad tan bien construida y entrenada que funcionaba como una boa constrictor, primer amarraba a su víctima y posteriormente la apretaba hasta que no le quedaba aliento en su cuerpo y sus huesos quedaban hechos trizas. Eso sucede porque tiene una línea defensiva armada con talento de primera ronda y anclada por un cuerpo de linebackers que recorren lateralmente a una gran velocidad, permitiéndole a la defensiva secundaria, prácticamente, defender siempre con un hombre de más.

Si a esa dominante defensiva le agregamos el juego terrestre más creativo de la NFL, podemos entender que para Kyle Shanahan pasar el balón no es una prioridad, aún cuando en tus filas tienes al segundo mejor ala cerrada de la liga, así como una baraja de muy buenos receptores abiertos. Pero todo tiene un porqué.

Hace 3 años, cuando Shanahan era coordinador ofensivo en Atlanta, tuvo en sus manos la posibilidad de cerrar un partido que ganaban fácilmente por 25 puntos. En tercera y tres, Shanahan quiso mantener la identidad de lo que fue ese año la mejor ofensiva de la liga, pero la historia ya la conocemos todos. Pase incompleto, patada de despeje y serie anotadora de Nueva Inglaterra, el resultado: el regreso más grande el historia de una Super Bowl y el quinto campeonato en la era Brady-Belichick.

Para Kyle Shanahan ese fue un error que lo marcó de por vida, pero no en el sentido negativo, sino todo lo contrario. Entendió que el juego terrestre, a pesar de vivir en una época de “pase primero”, es la esencia primordial de cualquier ofensiva, por lo mismo es que esta postemporada Jimmy Garoppolo solo ha lanzado el balón en 27 ocasiones (19 vs Minnesota y 8 vs Green Bay), tendencia que no esperamos cambie durante el Super Bowl.

Polos opuestos tomarán el emparrillado en un par de semanas ¿Quién escribirá su nombre con letras de oro: el experimentado entrenador con la joven superestrella y el explosivo juego aéreo o el joven genio ofensivo con la gran defensiva y el dominante juego terrestre?

  • Douglas Sloane
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