
Tigres: el club pone y el pueblo quita
El lunes 6 en la columna -aquí mismo publicada- con el nombre “¿Quién inventó a Rodrigo Ares de Parga?” exhibí mis dudas sobre la operación (no el propósito) de la designación del nuevo director ejecutivo de Selecciones Nacionales, cuya tarea principal era/es nombrar al técnico de la Selección Nacional.
Hasta ahora para lo que ha servido el puesto y su ejecución: organizar desayunos con los candidatos, recomendar un perfil sin tocar base con el club con que tenía contrato y, de paso, dinamitar esa relación de trabajo; claro, hablamos de Diego Cocca en Tigres.
Lo que provocó el madruguete de Ares de Parga-Cocca fue que Tigres echara al argentino de sus filas; todo precedido por una feroz reacción de los aficionados del club de la UANL, que agraviados condenaron la conducta de Diego y exigieron su salida ya, (“para qué esperar”, escribieron algunos).
Dos meses, con 22 días duró la gestión de Cocca, a quien Tigres presentó el miércoles 16 de noviembre, día también en que los aficionados ungieron al argentino y le dieron respaldo ante la legítima duda de si jugaría como con Atlas: “El vamos a ganar como sea, para mí, no existe; ganar lo tienes que ir a buscar y lo vamos a buscar. Atlas quedó Atlas, esto es Tigres”.
Hoy en dos líneas Tigres apenas lo mencionó: “Informamos que hemos decidido dar por finalizada la relación laboral con Diego Cocca como Director Técnico del Club Tigres, tras conocer su decisión de aceptar el cargo de entrenador de la Selección Nacional”.
Una triste salida, un triste papel el de Cocca, al que deseamos éxito en la Selección Nacional. Lo rescatable es que, de todas, la afición de Tigres sí se hace sentir y su club escucha, ¡escucha! ¿Cuántos ejemplos más en la Liga MX?
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