Los tambores de guerra sonaban en Europa y para Il Duce era primordial otro campeonato para afianzar su régimen, por lo que se valió de una intimidación que resuena al día de hoy.
El italiano tenía en sus pies que la Azzurra siguiera con vida en esta Copa del Mundo, pero el delantero voló su penalti y así la Verdeamarela se quedó con el campeonato.